Métodos sostenibles que puedes utilizar cuando tienes la regla
El tema del cambio climático y cómo reducir nuestra huella en el planeta está cobrando cada vez más importancia y, por fortuna, está siendo abordado por empresas y gobiernos de diferentes países, como ocurrirá en la próxima cumbre por el cambio climático de la COP25 de Madrid, España. Pero, ¿sabías que puedes aportar tu granito de arena con pequeños cambios? Por ejemplo, replanteándote aspectos relativos a tu ciclo menstrual.
Cada vez más personas se unen a un cambio en sus hábitos, a reducir residuos, reciclar y a optar por estilos de vida más sostenibles, pero existe un interrogante que inquieta a las mujeres: ¿cómo puedo evitar producir residuos y contaminar el ambiente durante la menstruación?
La menstruación es un proceso natural que ha sido estigmatizado por muchas culturas, pero que, en la actualidad, está sirviendo como vehículo en la búsqueda de igualdad de género para las mujeres. Se ha convertido en un símbolo de empoderamiento femenino, pero el uso de los productos tradicionales hechos de plástico es insustentable e insostenible para el planeta.
Los productos convencionales de higiene menstrual como compresas y tampones utilizan derivados del plástico, algodón que requiere de pesticidas y otros químicos como blanqueadores, los cuales no solo contaminan los suelos, sino que contribuyen en la acumulación de las islas de plástico del Océano Pacífico.
Sin embargo,existe una manera de mantener la salud menstrual sin contaminar los océanos, y esta es la copa menstrual.
Datos que debes conocer
Una mujer menstrúa en promedio durante 40 años de su vida, al menos 5 días cada mes, y utiliza una media de dos compresas o tampones cada día de su menstruación.
Si tenemos en cuenta las matemáticas, durante su vida fértil una mujer habrá utilizado y desechado al menos 4.800 toallas o tampones, ella sola. Así ocurre con al menos 3 billones de mujeres menstruantes cada año.
Se estima que en medio siglo se ha acumulado un total de 20 billones de desperdicios solo en productos como compresas, tampones y empaques menstruales.
Una investigación de la Universidad de Georgia concluyó que China es el Estado responsable de arrojar más productos de plástico en los océanos, con un total de 8,8 millones de toneladas métricas. Le sigue Indonesia, con 3,3 millones, y Filipinas, con 1,9 millones.
Según un estudio de la revista Nature, el impacto ambiental que esto genera es tangible y se evidencia en la gran isla de plástico del Pacífico, la cual cubre una superficie estimada de 1.6 millones de kilómetros cuadrados, casi 4 veces la superficie de España.
Afortunadamente, la conciencia se vuelve global, y así lo viviremos con la cumbre de la COP25, una conferencia sobre el cambio climático organizada por la ONU desde 1995.
¿Cuánto contaminan las compresas y tampones?
La industria de productos cosméticos y de higiene menstrual es masiva. Sin embargo, no siempre han sido muy transparentes acerca de los materiales y el contenido con los que fabrican las compresas menstruales y tampones. Al fin y al cabo, lo que importaba era que cumplieran su función (retener el flujo menstrual) y que pudieran ser desechadas tras cada uso. Fácil, práctico y sin tener que ver la sangre.
Sin embargo, ante la presión de la sociedad, que exige utilizar productos más saludables, se ha reconocido el daño ambiental de los compuestos de algodón, rayón y distintos tipos de polímeros que se incluyen tanto en los tampones como en las compresas y toallitas sanitarias.
Y sobre todo hay un tóxico principal, el plástico. Algunos materiales como polietileno, poliéster y polipropileno, que también se pueden encontrar en bolsas plásticas de supermercado y envases caseros, son los que se utilizan para crear las distintas capas que componen a una compresa menstrual para que cumpla su función de retener la sangre. Estos materiales no son biodegradables y podrían tardar hasta 800 años en descomponerse en microplásticos.
Según un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) “la mayoría de los microplásticos en los océanos provendría del lavado de textiles sintéticos”, de acuerdo con un artículo publicado por Stephanie Chavalier Naranjo.
Con respecto al rayón, una tela sintética derivada del petróleo, se sabe que se usa tanto en tampones como en compresas menstruales. De acuerdo con la IUCN, hasta un 35 por ciento de los microplásticos provienen de este tipo de textiles sintéticos, mientras que otro 2 por ciento agregado, proviene de artículos de cuidado personal.
Este acumulado de microplásticos no biodegradables se esparce por el mundo cuando “son absorbidos por organismos…, y se integran a la cadena alimenticia y contaminan los entornos más remotos.”
Además, de toda la basura acumulada en los océanos, el plástico representa el mayor contaminante acumulado y es el causante mayoritario del calentamiento global.
Y, ¿qué hay del gel super absorbente que se utiliza en estos productos?
Se trata del poliacrilato, una sustancia que está asociada directamente a los casos de Síndrome de Shock Tóxico, una afección grave producida por una bacteria y asociada con los productos de higiene menstrual.
Por otro lado, los sembradíos con los que se produce el algodón, que es un producto natural y biodegradable usado en tampones, son tratados con pesticidas y sustancias químicas que son nocivos para la salud íntima y generan un alto impacto ambiental.
Los envoltorios de estos productos menstruales son otro factor contaminante y también están incluidos en la fórmula para este caos oceánico. Pero otras opciones como las copas menstruales de Sileu, tienen cero plástico, y todos sus materiales son biodegradables y se extraen de la glucosa de plantas, como el maíz.
Las ventajas de la copa menstrual
Seguro que ya has oído hablar de este método porque no es un producto nuevo, cada vez tiene más popularidad entre las mujeres que quieren mejorar la forma en la que menstrúan.
Diversos estudios han demostrado que es una opción muy segura porque..
Está fabricada con silicona de grado médico hipoalergénico.
No permite fugas y es muy higiénica.
Es reutilizable hasta por 10 años
Y no genera la cantidad de residuos que sus contrincantes en el mundo de la higiene menstrual.
“Esto último es de vital importancia, cuentan los responsables de Sileu (fabricantes de la copa menstrual) porque además de reducir el impacto ambiental desde el hogar, es un excelente mecanismo que permite a las mujeres unirse al movimiento para cuidar el planeta y vivir sin plástico, sin tener que descuidar la salud menstrual ni deshacerse de su ropa por estar manchada”.
Y a ti, ¿te parece que la copa menstrual es un método más limpio, higiénico y sostenible?
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