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La enfermedad que más miedo nos da, por delante del coronavirus

Esta semana se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad para la que todavía no existe un tratamiento curativo y eficaz, y a la que los españoles tememos más que a Covid-19. Esto es lo que nos preocupa

En España, y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente la padecen unas 800.000 personas y es, además, el tipo de demencia neurodegenerativa más común. (Foto: Getty)
En España, y según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente la padecen unas 800.000 personas y es, además, el tipo de demencia neurodegenerativa más común. (Foto: Getty)

Según los resultados de la encuesta “Actitudes y percepciones de la población española sobre el Alzheimer”, elaborada por la Fundación Pasqual Maragall con motivo del Día Mundial del Alzheimer, a los españoles nos preocupa mucho la posibilidad de padecer Alzheimer por “el sufrimiento que supone vivir con este tipo de demencia (tanto para el enfermo como para su entorno) y el hecho de que aún no se haya encontrado un tratamiento curativo”.

Un temor ‘justificado’ por los datos que arroja por el informe ‘Demencia en Europa 2019’: España es uno de los países del mundo con mayor proporción de casos de Alzheimer entre las personas de más de 60 años, cuatro de cada 100 españoles tendrán demencia en 2050 (en dos de tres casos, la causa será el Alzheimer) y, debido al envejecimiento de la sociedad, en los próximos 20 años, la prevalencia de la demencia debida a la enfermedad de Alzheimer será el doble.

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Entre un 30 y un 40 por ciento de los casos de demencia está sin diagnosticar, según los datos de la Sociedad Española de Neurología, y cuando se diagnostican, en muchas ocasiones, suele ser de forma tardía. (Foto: Getty)

La preocupación por el Alzheimer se incrementa respecto a las personas mayores, ya que el 83 por ciento de la población sitúa a esta enfermedad como el principal problema de salud al que se enfrenta este colectivo, a mucha distancia del Parkinson (48 por ciento), que se posicionaría en segundo lugar y por delante de enfermedades infecciosas como la Covid-19 (34 por ciento).

Los datos también revelan la gran incidencia del Alzheimer entre la población, ya que 2 de cada 3 españoles afirman que tienen o han tenido en su entorno a una persona afectada por esta enfermedad, un familiar de primer grado en el 28 por ciento de los casos.

“Somos conscientes del alto impacto del Alzheimer, y queríamos saber si esta percepción se reflejaba en la sociedad y si el impacto real de la enfermedad se correspondía con la percepción de la sociedad. Además, necesitábamos que la encuesta tuviera presente el momento actual, con la aparición de la Covid-19”, explica el director de la Fundación Pasqual Maragall, Arcadi Navarro.

La edad es el principal factor de riesgo para desarrollar esta enfermedad, y debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres, actualmente su prevalencia es tres veces mayor en mujeres que en hombres. En todo caso, se prevé que el número de afectados de ambos sexos aumente considerablemente en los próximos años como consecuencia del envejecimiento de la población. (Foto: Getty)

No obstante, a pesar de que la edad constituye el primer y más importante marcador de riesgo para desarrollar Alzheimer, también influyen otros factores como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o la diabetes. El haber sufrido traumatismos craneoencefálicos también aumenta el riesgo de desarrollar demencia.

“A diferencia de la edad, todos estos son factores de riesgo modificables, por lo que fomentar estrategias de prevención podría ayudar a reducir el número de casos que se producen cada año. Algunos estudios apuntan a que una reducción de al menos un 25 por ciento en estos factores de riesgo podrían ayudar a prevenir entre 1 y 3 millones de casos de Alzheimer en el mundo”, señala el doctor Juan Fortea, coordinador del grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Avances importantes

La buena noticia es que, en la última década, el Alzheimer ha pasado de diagnosticarse ‘por eliminación’ o exclusión de otras enfermedades a ser una dolencia clínica que puede detectarse mediante técnicas de neuroimagen y también por biomarcadores (indicadores biológicos que pueden medirse y relacionar su presencia e intensidad con el desarrollo de una enfermedad), detectables hasta dos décadas antes del inicio de los síntomas. Esto facilita la detección precoz, incluso antes de que el paciente comience a presentar síntomas evidentes de deterioro cognitivo.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que, paralelamente al desarrollo de los síntomas cognitivos que definen la enfermedad, la mayoría de los pacientes presenta también otro tipo de trastornos, siendo los más habituales los trastornos del sueño (hasta un 75 por ciento de los pacientes presentan algún tipo de alteración en el curso de la enfermedad) así como la depresión, apatía, agitación o agresividad (presentes hasta en un 50 por ciento de los casos).

Unas consecuencias que hacen que el Alzheimer sea una de las enfermedades que más impacto emocional causa en los enfermos y en los cuidadores, que suelen ser miembros de la propia familia. Por eso, concluye el estudio, nos ‘asusta’ tanto padecer esta demencia. Aun así, el 80 por ciento de los encuestados confía en la investigación científica para encontrar un cura pronto.

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