Cómo evitar que la mascarilla empañe tus gafas

Las mascarillas se han vuelto un complemento más en nuestra salida a la calle, pero tienen un problema que todos hemos empezado a sufrir, especialmente quienes llevan gafas, y es que son incómodas de llevar. Así puedes evitar que se empañen

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Las personas que usan gafas son los más afectados por las mascarillas. Combinar ambos elementos es especialmente incómodo, ya que el aire que liberamos dentro de la mascarilla acaba escapándose por el puente de la nariz, provocando que las gafas se empañen. (Foto: Getty)

Durante la pandemia de coronavirus, las personas con gafas han aprendido que casi cada vez que exhalan, la mascarilla hace que se empañen. Si bien no es un problema importante, es bastante molesto. Afortunadamente, hay formas de evitar la condensación en tus gafas sin dejar de seguir las pautas oficiales sobre cómo usar las mascarillas adecuadamente.

Colocar algo absorbente entre la mascarilla y las gafas puede ayudar a solucionar el problema. (Foto: Shutterstock)
Colocar algo absorbente entre la mascarilla y las gafas puede ayudar a solucionar el problema. (Foto: Shutterstock)

1.- Jabón en seco

Una de ellas se muestra en este vídeo explicativo, que no ha tardado en viralizarse por las redes, donde el traumatólogo Alejandro León, de la Clínica Plenum, nos muestra un sencillo truco que consiste en frotar el cristal por ambos lados con una pastilla de jabón, sin haberla mojado previamente, y limpiarlo con una gamuza (o un trapo de lino o algodón).

El pero que tienes este truco tan sencillo es que solo funciona en lentes minerales como las que usa el doctor, que son de vidrio y plomadas. En las gafas de composición orgánica, las que utilizamos todos los demás, podríamos estropear el cristal. Recuerda que en el mercado existen alternativas como las toallitas antivaho, que evitan las rayaduras y la pérdida del tratamiento antirreflejante de las lentes más comunes.

A falta de pastillas podría realizarse el mismo procedimiento con una gota de jabón líquido, a ser posible neutro, que no tenga color ni olor, ya que algunos compuestos podrían dañar nuestros ojos y provocar escozor o picor. Tras extender bien el jabón, con ayuda de un papel sin humedecer se elimina el exceso de producto hasta que quede totalmente transparente.

2.- Agua y jabón

Los médicos ya probaron una técnica similar mucho antes de la pandemia de coronavirus, puesto que ya usaban mascarillas y gafas todos los días durante su desempeño profesional en los quirófanos. De hecho, descubrieron y codificaron esta técnica en un estudio de 2011 publicado en la revista médica Annals of The Royal College of Surgeons of England.

"Inmediatamente antes de usar una mascarilla facial, lave las gafas con agua jabonosa y quite el exceso", recomienda el estudio. “Luego, deje que se sequen al aire o seque suavemente las lentes con un pañuelo suave antes de volver a colocarlas”.

Según explica el informe, el agua jabonosa crea una película delgada que detiene temporalmente la tensión superficial que hace que los vidrios se empañen debido a la respiración, dificultando la condensación de la humedad producida por el aliento.

“Este ‘efecto tensioactivo’ se utiliza ampliamente para evitar la nebulización de las superficies en muchas situaciones cotidianas“, precisa el estudio. Sin embargo, no es una solución permanente y debe repetirse varias veces al día.

3.- Añadir una protección extra

Otra posible solución sería, según publica South China Morning Post, colocar un pañuelo de papel o kleenex en el puente de la nariz, por debajo de la mascarilla. También serviría un trozo de gasa o una toallita seca. Aunque el papel absorberá la mayor parte de la humedad, mantenerlo en su sitio puede ser complicado. Para asegurarse de que no sale ni gota de vaho, tal y como explica el doctor Salvador Casado, puedes usar un poco de esparadrapo para fijar la mascarilla en la parte superior.

O puedes sujetarlo con otros elementos como horquillas, clips... lo importante es asegurarse de que se ajusta alrededor de la nariz, lo que limitará la cantidad de aire caliente que sale de la máscara hacia arriba.

Por cierto, esta opción fue una de las dos soluciones que aportó (en diciembre) el Departamento de la Policía Metropolitana de Tokio para que sus ciudadanos evitaran los resfriados y las alergias, pero que ahora se han vuelto indispensables en plena crisis del coronavirus.

La primera es doblar un cuarto de la mascarilla en la parte de arriba antes de usarla (¡ojo! Esto reduce el área de la cara que está cubierta) y la segunda es colocar un pañuelo en la parte superior de la mascarilla, junto a la nariz.

Obviamente, debes tener en cuenta que estas dos soluciones son vitales y fáciles de llevar a cabo con las mascarillas más flexibles, las que se pueden doblar, pero no con los modelos más rígidos.

4.- Una gota de detergente

Varias investigaciones han probado que el vaho puede combatirse con química. Por ejemplo, los detergentes tensioactivos, como el de la lavadora, contienen compuestos hidrófilos que son capaces de limpiar restos de suciedad. Cuando se enjuaga, las moléculas de agua se ven atraídas por el detergente y actúan de cuña limpiando la suciedad incrustada. “Este mismo proceso sirve en el cristal de nuestras gafas, atrayendo el agua líquida que se condensa en la lente”, según publica La Razón.

5.- Espuma de afeitar

Pero al hablar de detergentes tensioactivos, no estamos hablando solo del que se usa en la lavadora, también vale el jabón de manos e incluso algunos espumantes como los presentes en la espuma de afeitar.

De hecho, los trabajadores de la madera que tienen que usar gafas de seguridad con mascarillas para evitar que el polvo o las astillas entren en sus ojos, descubrieron que la crema de afeitar también es efectiva para prevenir la condensación.

6.- Spray antivaho

Además, algunos aerosoles químicos pueden evitar que la humedad se acumule en las gafas. Los nadadores profesionales suelen usarlos para evitar el efecto niebla en medio de una carrera. Al igual que el agua y el jabón, estos aerosoles están diseñados para evitar que la condensación se adhiera a las lentes.

7.- Patata y papel de cocina

Por no dejarnos nada fuera, añadimos un último remedio, casero, casero. El almidón, presente en algunos vegetales como la patata o el aguacate, puede ser tu aliado contra el vaho. El proceso es sencillo: corta una patata por la mitad y restriega su parte interna por ambos lados del cristal. Es necesario retirar el exceso con un papel de periódico o con un paño seco, pero no hay que usar agua ya que lo eliminaría.

El problema de este método es que si no retiramos bien el exceso de almidón, sus moléculas acaban agregándose entre ellas formando una fina capa blanquecina que distorsiona nuestra visión.

En fin, da igual el método que intentes, solo recuerda que el uso efectivo de una mascarilla, va combinado con un exhaustivo y frecuente lavado de manos, según aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por eso, debes tener claro cómo hay que ponerse y quitarse una mascarilla. Estas son las indicaciones que da el doctor Wang Zhou, director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan, en su Manual de prevención del coronavirus, de Alienta, el primer libro publicado en España sobre cómo prevenir y hacer frente al Covid-19.

1. Una vez identificada la parte exterior, interior, superior e inferior de la mascarilla, lavarse las manos antes de usarla. La mascarilla debe cubrir la nariz y la boca y ajustarse bien alrededor de la cara para formar un ambiente cerrado, de modo que el aire pase a través de ella pero no por los espacios que la rodean. A continuación, colocarse las gomas alrededor de cada oreja.

2. Además de la parte exterior e interior, la mascarilla quirúrgica también tiene una tira dura pero flexible en la parte superior. Al usarla, con la parte delantera hacia afuera, conviene asegurarse de que dicha tira quede en la parte superior, moldeada alrededor de la nariz.

3. Lavarse bien las manos antes de quitarse la mascarilla. Para quitársela, se debe empujar el lado exterior de la mascarilla con una mano mientras se sostienen las gomas de sujeción en las orejas y se retiran. Doblar la mascarilla con la parte interior hacia adentro. Si la parte interior no está contaminada, se permite una reutilización limitada.

No obstante, el Dr. Zhou matiza que “todas las mascarillas tienen un efecto protector limitado”, y que una mascarilla debe reemplazarse regularmente en los siguientes casos:

  • Cuando cuesta respirar a través de ella;

  • Cuando está dañada o deteriorada;

  • Cuando no se ajusta perfectamente al contorno del rostro;

  • Cuando se haya contaminado con sangre, gotículas respiratorias, etc.;

  • Tras la salida de una sala de aislamiento o tras el contacto con cualquier paciente infectado con una enfermedad infecciosa que requiera precauciones de contacto (ya que la mascarilla estará contaminada).

¿Qué tal te apañas con la mascarilla? ¿Has notado molestias al usarla? ¿Qué haces para que no se empañen tus gafas?

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