Coronavirus: el Liceu de Barcelona reabrió con un concierto para 2292 plantas

De a poco los grandes teatros públicos europeos están volviendo a la llamada nueva normalidad. Ayer, en esta lucha cuerpo a cuerpo contra la pandemia y sus nuevos hábitos, le tocó al Teatro Liceo, de Barcelona. El Liceu, así se lo suele llamar, fue inaugurado en 1847 y está ubicado en la Rambla de esa ciudad catalana. Es uno de los tantos íconos culturales de Barcelona. En su larga vida se tuvo que recuperar del incendio de 1861, y de otro que sucedió en 1994. De este último se recuperó recién la noche del 7 de octubre de 1999 cuando se presentó Turandot, bajo la dirección de escena de Nuria Espert, una verdadera leyenda de la escena española. En la extensa historia de vida de la sala lo de anoche seguramente será otro mojón de este teatro dirigido artísticamente por Víctor García de Gomar. Esta vez la tragedia fue el coronavirus, que hizo que la actividad escénica española bajara sus telones el 11 de marzo.

Anoche, el artista Eugenio Ampudia (pintor, escultor, artista visual y conceptual) presentó una acción performática que llamó Concierto del bioceno para plantas. En el coqueto patio de butacas y en los palcos el artista español puso 2.292 plantas, las únicas invitadas a escuchar Crisantemi, de Puccini, durante 6,40 minutos. Había desde ficus hasta plantas de lavanda de un metro y medio de altura. El espectáculo se emitió en directo por la web del teatro con el objetivo de que los interesados se lo pudieran reproducir a las plantas que tienen en casa. La acción fue documentada fotográficamente y con un video experimental que da cuenta de la noche que la famosa sala se convirtió en una especie de invernadero.

El happening concluyó esta mañana con la entrega de las plantas a los sanatorios del Hospital Clinic. Cada maceta llegó con la firma del reconocido artista. "Las dejamos en buenas manos, porque los sanitarios saben mejor que nadie cómo cuidar a los seres vivos", señaló Ampudia. Su mensaje apunta a lo político como a lo filosófico. "Cuando sucedió la delicada situación que hemos pasado, miré y saqué mis conclusiones. Y una de ellas es la relación con el resto de las especies que habitan el planeta. No solo como observador de sus estrategias sino en un plano de absoluta igualdad, que es lo que tiene que darse", aseguró en declaraciones publicadas en el diario La Vanguardia, de España.

En escena, frente a esas casi 3000 plantas el cuarteto UceLi fue el encargado de interpretar la composición de Puccini. La elección de esa partitura no fue casual. "El compositor escribió esta pieza al morir Amadeo de Saboya y es casi un réquiem, una mezcla de delicia y melancolía (...) A las plantas había que contarles algo concreto, lo que habíamos pasado durante este tiempo. Y hacerlo con música, un lenguaje que entienden o al menos les influye. Esta pieza puede transmitir el estado de tristeza a otros seres", apuntó el artista que presentó en 2008 una retrospectiva en Rosario.

Como en una especie de continuidad con la propuesta de anoche, la próxima acción programada por el Liceu será el 9 de julio. Esa vez se escuchará Cuatro estaciones, de Vivaldi, revisitado por Max Richter .¿Dónde? En los jardines del Teatro Nacional de Cataluña. La situación del medio ambiente ha sido troncal en la acción de ayer. "En un momento en el que gran parte importante de la humanidad se ha confinado en espacio acotados y se ha visto forzada a renunciar a la movilidad, la naturaleza ha avanzado para ocupar los espacios que le hemos arrebatado", señaló el creador de esta performance.