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Las razones por las que solo algunos médicos se ponen doble mascarilla: ¿sirve para algo?

Hoy en el supermercado he visto a un cliente con doble mascarilla, utilizando la misma fórmula que algunos profesionales sanitarios (FFP2 + quirúrgica). No es la primera persona que veo que recurre a este supuesto ‘truco’ y tampoco soy la única sorprendida.

En Twitter algunos usuarios se han formulado la misma pregunta, ¿por qué? ¿Acaso hay evidencia de que eso pueda beneficiarnos? ¿Disminuye el riesgo de infección? ¿Mejora la durabilidad de la FPP2?

(Foto: Asepeyo-Centro de Investigación e Innovación en Sant Cugat)
(Foto: Asepeyo-Centro de Investigación e Innovación en Sant Cugat)

POR QUÉ LO HACEN LOS MÉDICOS

Esta medida, explica a Maldita.es la farmacéutica y divulgadora Marián García, “se está llevando a cabo en algunas unidades de cuidados intensivos, sirve para poder utilizar durante más tiempo la mascarilla FFP2, especialmente cuando hay falta de material en los centros”

Según cuentan los propios sanitarios lo hacen “para que no se manche la FFP2 con salpicaduras, particularmente en quirófano”. Después de atender a los pacientes, “cambiamos la quirúrgica”. También en odontopediatría las usan así, protegen la FPP2 de salpicaduras y humedad. “También usamos pantallas en todos los procedimientos invasivos”, explica .

En enfermería también llevan la quirúrgica para proteger la FFP2 de posibles salpicaduras, “no por aumentar su filtración ni su durabilidad”.

Por su parte, Gemma del Caño, farmacéutica y especialista en seguridad alimentaria, advierte de que llevar doble mascarilla “puede empeorar la respirabilidad, hace que se humedezca antes y tenga menos tiempo de uso. Y cuando algo ya protege... pues ya protege”.

Sin embargo, hay expertos que justifican el doble uso de la mascarilla porque “ajusta mejor la FFP2, por lo que no sale el aire por la zona superior y no se te empañan las gafas”. Así lo ha probado este estudio que concluye que la combinación de la mascarilla autofiltrante FFP2 con una mascarilla quirúrgica multiplica por 100 el factor de protección frente al Covid-19.

Aunque no existen más datos sobre la eficacia de esta práctica (hemos consultado las revisiones y otras fuentes médicas como Preclic, del Colegio Oficial de Enfermería de Valencia), parece lógico pensar que si te ves en la tesitura de tener que reutilizar una mascarilla FFP2 más allá del tiempo recomendado (entre ocho y diez horas), no está de más colocar encima una quirúrgica, que dura cuatro, para evitar su deterioro.

No obstante, según explica el doctor Francisco Jose Roig Vázquez en este video, colocar una quirúrgica para conseguir un uso prolongado de la FFP2 (o de una KN95) no proporciona mayor protección y tampoco prolonga la durabilidad ya que provoca condensación, humedeciendo y disminuyendo la eficacia filtrante de la FFP2.

“El uso prolongado de la mascarilla más allá de las horas indicadas por el fabricante aumenta en un 47 por ciento las posibilidades de contagios”, añade el neumólogo del 12 Octubre. Lo recomendable para los sanitarios sería usar la FFP2 con mascarilla; en la calle con una quirúrgica sería suficiente, y en espacios interiores, la FFP2”.

Usar dos quirúrgicas no sirve de ayuda

Lo que no tiene sentido es ponerse dos mascarillas quirúrgicas a la vez en direcciones opuestas, ni tampoco en el sentido correcto. Así lo explicaba Boticaria García en este artículo de divulgación: “Andar con experimentos lo único que puede hacer, en el mejor de los casos, es que nos quedemos igual pero no va a mejorar su eficacia".

Las mascarillas quirúrgicas están compuestas por tres capas de tejido no tejido, y están creadas para tener capas de filtración intercaladas en el medio.

  1. Una capa externa (la de color azul claro), impermeable y repelente de fluidos.

  2. Una intermedia, que hace de filtro antibacteriano

  3. Y otra interna que absorbe la humedad que exhalamos al respirar, hablar o cantar.

"Si nos ponemos una en cada dirección estamos usando los materiales para el sentido contrario para el que están diseñados", afirma. Es decir, si no se pone la capa azul para afuera "se pierde la función impermeable".

Pero además, debido a su diseño, el filtrado no tiene las mismas características en un sentido y en otro, y su mala colocación puede causar una menor protección.

Otro efecto negativo de invertir la mascarilla radica en la dirección de las gomas que sujetan, pensadas para que la parte blanca de este complemento sea siempre la interior y la coloreada, la exterior.

“Esto hace que, al colocarnos mal la mascarilla, esta quede torcida y que no ajuste bien a nuestra piel”, señala el médico Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), quien pide seguir siempre las indicaciones del fabricante.

Además, Armenteros aclara que la capacidad filtrante de una mascarilla no varía con una segunda. “Las quirúrgicas protegen de dentro hacia fuera y, por tanto, a las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Si nos ponemos dos va a ocurrir lo mismo, no van a proteger de fuera hacia dentro”, explica.

Por tanto, no se recomienda el uso de doble mascarilla quirúrgica (ni del revés ni bien colocadas) por no aportar mayor capacidad de filtrado y por menor ajuste facial.

¿Puede ser contraproducente?

Ya hemos visto que colocar una mascarilla quirúrgica sobre una FFP2 es la única excepción posible pero “esto no significa que aumente la protección, simplemente impide que ciertas sustancias exteriores puedan depositarse sobre la superficie de la FFP2”, aclara el Dr. Armenteros.

De esta manera, prosigue, “alargamos el tiempo medio de utilidad de este tipo de mascarilla un poco más, que se mantienen más horas del día que una quirúrgica”. Quizás pueda resultar más incómodo, pero niega que pueda ocasionar algún perjuicio.

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