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La cultura halal y la del jamón conviven en un pueblo rural de España

Miami, 7 dic (EFE).- La coexistencia de la cultura del jamón y la "halal", las reglas dietéticas de los musulmanes, en Órgiva, un pequeño pueblo del sur de España, es "una lección de tolerancia", según la profesora Cristina Civantos, que acaba de publicar un ensayo en inglés sobre este tema.

En este pequeño pueblo de apenas 6.000 habitantes enclavado en la región de la Alpujarra granadina "se junta lo halal con una comarca que, para muchos, es todavía sinónimo de jamón serrano", dice a EFE Civantos, profesora del Departamento de Lenguas Modernas y Literatura de la Universidad de Miami (UM).

SUPERMERCADOS CON CARNES HALAL

La realidad cotidiana muestra, sin embargo, las muchas manifestaciones en Órgiva y la comarca de esta coexistencia "sin roces mayores", como el hecho de que en muchos supermercados "hay una sección de carnes halal y en la escuela secundaria les explican a los alumnos el significado de ayuno del Ramadán", sostiene la académica de nacionalidad española, pero nacida y criada en Miami.

A unos 70 kilómetros de la ciudad de Granada, con tres comunas hippies que datan de los años 80 y principios de los 90, entre ellas Beneficio, que es considerada la mayor de Europa, y también una importante comunidad de inmigrantes norteafricanos, Órgiva es vista como un rincón multicultural en Andalucía.

En "Jamón y halal: Lessons in Tolerance from Rural Andalucía" (Jamón y halal: Lecciones de tolerancia de la Andalucía rural) la también profesora de Estudios Españoles y Árabes evoca recuerdos de sus viajes a Órgiva, el pueblo de donde es originaria su familia paterna, que lleva 30 años visitando.

Desde 1989, todos los años, Civantos viaja a Órgiva para disfrutar de las fiestas locales y participar en la cosecha de aceitunas y almendras, una hermosa relación sentimental que alumbró en ella la idea de escribir un libro nutrido de "entrevistas a miembros de distintas comunidades del pueblo y de la zona".

Muestra de la implantación en Órgiva de la cultural halal, entendida como parte de la vida diaria de los residentes musulmanes, fue la apertura en 2021 de una carnicería de este rito, "Carnicería Halal Alpujarra", una manifestación, dice Civantos, de cómo se articula la tolerancia.

Pero advierte de que el fenómeno de la tolerancia o el multiculturalismo son términos que deben ser despojados de usos que sirven solo para "tapar tensiones y diferencias de poder".

Se trata, alertó, de una manera de representar al pueblo de Órgiva, objeto de múltiples programas de televisión, que "minimiza y borra tensiones y limita" el concepto de tolerancia a su "significado más superficial", en vez de abrir un "espacio de diálogo sobre cómo la coexistencia pacífica se crea y mantiene".

A medida que llevaba a cabo su investigación en esta comarca de valles y barrancos, Civantos tuvo la oportunidad de recoger y profundizar en fenómenos tan interesantes como "las historias orales de los conversos al Islam sufí y de los inmigrantes del Magreb", así como de cuestiones sobre la "preparación de alimentos y restricciones alimenticias" de esta práctica ortodoxa.

UN MENA MUSULMÁN EN UN BAR DE ÓRGIVA

Relata su encuentro y entrevista con un mena (menor extranjero no acompañado) en un bar de Órgiva. El joven no comió la tapa que le había servido la camarera porque, como luego le dijo a Civantos, "no podía estar seguro de que la tapa no hubiera tenido contacto con carne de cerdo", especialmente en una zona que es el centro de la producción del jamón serrano.

Pero las restricciones alimentarias, en opinión de la académica de la UM, son también "una metáfora muy apta para los límites sociales y las normas de aceptación que forman las bases de la tolerancia".

Insiste Civantos en que su libro quiere, en buena parte, desarmar esa "representación superficial de la zona como un multiculturalismo y armonía arraigada en el legado de al-Ándalus", algo que, asegura, "obstruye el acceso a las lecciones sobre la tolerancia".

Esa tolerancia que, a juicio de la profesora, es un "intercambio no exento de tensiones", como el que ofrece, dice, "la nueva Alpujarra".

A la postre, subraya, la tolerancia necesita ser reconocida como una "negociación perpetua, qué diferencias serán aceptadas y cómo", en lugar de "disimular las diferencia y relaciones de poder, hay que reconocerlas y crear así una dinámica de tolerancia".

(c) Agencia EFE