Nuevas cuotas de inclusión de los Premios Óscar son más sencillas de cumplir de lo que aparentan

Nuevas cuotas de inclusión de los Premios Óscar son más sencillas de cumplir de lo que aparentan
Nuevas cuotas de inclusión de los Premios Óscar son más sencillas de cumplir de lo que aparentan

Recientemente la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció que a partir de 2024 las producciones tendrán que cumplir con una serie de pautas para poder competir por el Óscar a Mejor Película. Lo que algunos interpretan como una lista de “reglas” que atentarán contra la libertad creativa, en realidad es un esfuerzo de parte del organismo por diversificar la industria cinematográfica de Hollywood. ¿Será demasiado difícil realizar un filme digno de ser nominado? Lo cierto es que es más sencillo de lo que muchos piensan.

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Durante años los Premios de la Academia han sido tachados por ser “demasiado blancos”. Particularmente, la categoría de Mejor Película se ha inclinado por el trabajo de renombrados directores masculinos caucásicos con protagonistas del mismo tipo. Por poner un ejemplo, en la última gala más de la mitad de los filmes nominados tenía en común historias centradas en personajes blancos acompañadas de una buena dosis de acción/violencia (Guasón (91%), El Irlandés (100%), Había una vez en... Hollywood (94%), 1917 (98%) y Contra lo Imposible (94%)).

Al final Parásitos (100%) de Bong Joon-ho resultó ganadora y como si esto no fuera suficiente para marcar la historia de los Óscar, el resurgimiento del movimiento Black Lives Matter sin duda fue determinante para que la Academia decidiera replantearse sus pautas para elegir las mejores producciones año con año. Las pautas se dividen en cuatro conjuntos de estándares y una película pasa si puede marcar una viñeta en dos de los cuatro conjuntos. En un nuevo artículo de Reuben Baron para CBR titulado “Oscars' New Diversity Requirements Are So Basic ANY Film Should Pass Them”, el periodista analiza estos requerimientos y por qué cumplirlos no es tan difícil como el público ha estado opinando.

Tal como plantea el periodista, el “Estándar A: Representación en Pantalla, Temas y Narrativas” es el único que genuinamente podría resultar problemático para algunas producciones comerciales. Para aprobar este estándar, una película necesita un actor principal de un grupo racial/étnico subrepresentado, al menos el 30% de actores secundarios de por lo menos dos grupos subrepresentados o una historia que gire en torno a un grupo subrepresentado.

Sin embargo, el “Estándar b: Liderazgo Creativo y Equipo de Proyecto” es mucho más sencillo de aprobar, dado que el filme sólo necesita diversidad en los equipos de marketing, publicidad y/o distribución de una película. Actualmente es muy difícil encontrar un equipo conformado sólo por hombres blancos o que excluya a personas con discapacidades.

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Reuben Baron presenta un ejemplo de cómo hubieran funcionado estos estándares en anteriores filmes nominados a Mejor Película como El Irlandés (100%) de Martin Scorsese y Dunkerque (92%) de Christopher Nolan:

Para elegir algunos nominados recientes a Mejor Película, El Irlandés reprobaría el Estándar A pero fácilmente pasaría el Estándar B varias veces, con la cinematografía de Rodrigo Prieto, la edición de Thelma Schoonmaker, el casting de Ellen Lewis, la decoración del set de Regina Graves, el vestuario de Sandy Powell y una larga lista de productores. Dunkerque también fallaría el Estándar A y, dependiendo de cómo se califiquen ciertos roles, podría fallar el primer punto del Estándar B, pero pasaría absolutamente el segundo punto del Estándar B, como cualquier set de película que emplee a cientos de personas fácilmente debería hacerlo.

Lo que sin duda traerá un aire completamente nuevo a Hollywood es el “Estándar c: Acceso y Oportunidades a la Industria”, pauta que precisamente propone ofrecer pasantías pagadas u oportunidades de capacitación a miembros de grupos subrepresentados.

Sin duda esta pauta le podría dar ventaja a los grandes estudios que tienen los recursos para pagar pasantías, pero dado que las producciones independientes tienden a cumplir con los estándares A y B la mayor parte del tiempo, el estándar C no sería un factor decisivo sobre ellos. Reuben Baron termina su artículo para CBR asegurando que estas pautas son básicas, por lo que nadie debería alarmarse por los futuros cambios:

En última instancia, estos nuevos estándares de diversidad simplemente codifican un mínimo de lo que ya es una práctica estándar en la industria cinematográfica. Para bien o para mal, estos estándares son tan simples que cualquier película puede y debe aprobarlos, por lo que realmente no califican como un cambio significativo en absoluto.

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