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Cada día más violencia

La violencia no cesa y México lo siente, y lo sufre.

No terminamos aún de resolver los estragos económicos por la pandemia, y la violencia cada día agobia más a las empresas de México.

Nunca entenderé como un negocio “tan rentable” como el narcotráfico (cerca de 30 mil MDD ingresan a México cada año producto del tráfico de drogas según la BBC) debe apoderarse de negocios tradicionales o combinarse con atrocidades como la extorsión, el secuestro, el tráfico de menores y de órganos, que terminan afectando gravemente a todo nuestro México.

Hace unos días el periodista Héctor Aguilar Camín escribía: “El crimen pasó poco a poco en estos años de la violencia “especializada” del narco, que lo que quiere es producir, transportar y exportar drogas, a la violencia múltiple, ubicua, a ras de pueblos y comunidades, que lo que quiere es extorsionar a la sociedad. El nuevo crimen genérico de México no es el del narco sino el del derecho de piso, vale decir, la exacción violenta de todo lo que hay en el horizonte: negocios grandes y pequeños, puestos de los mercados públicos o vendedores ambulantes, productores de aguacate o vendedores de pollo, gobiernos locales o tortillerías, y hasta iglesias”.

La frase de nuestros padres de “pescar en río revuelto” se ha convertido en la estrategia de muchos delincuentes de grandes y de pequeñas estructuras, que han visto en la fragilidad de nuestras autoridades la oportunidad de expandir sus territorios logrando amedrentar a la sociedad, creando redes enormes de delincuencia que cada día afecta a más regiones de nuestro país.

Lo preocupante de ello es la pasividad de nuestro gobierno federal que no termina de aceptar la gravedad de la situación y que se escuda en que -son los medios de comunicación quienes “exageran” lo que está pasando en gran parte del país-.

Lo vivido hace unos días en Zacatecas y más particularmente en Fresnillo donde hubo enfrentamientos y bloqueos en la vía más importante que nos conecta por esta zona, con el norte del país, es una muestra de la falta de acción que nuestras autoridades. Fueron tan delicadas las acciones, que varios municipios decidieron cancelar las clases en las escuelas y universidades, lo que agrava mucho más, la situación de los municipios zacatecanos.

México necesita urgentemente una nueva estrategia para el manejo de su seguridad. Las acciones hasta hoy no han dado ningún resultado positivo, y la realidad es que la percepción de la ciudadanía es que estamos llegando a situaciones de ingobernabilidad, lo que afecta enormemente la economía de México, llevándonos, en el corto plazo, a un detonante de mayor desempleo, más fugas de capitales, y al final, mayor pobreza. Con la pandemia, México acumuló cerca de 2.5 millones de pobres más, así que nuestro panorama no es alentador, y esta violencia interminable, y peor aún, creciente, seguramente afectará el objetivo del presidente de disminuir la pobreza de nuestro país.

 

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