David Tennant, el mejor villano también sabe hacer comedia

David Tennant en Staged
David Tennant en Staged

Con la industria audiovisual en una prolongada pausa a causa de la pandemia, hubo quienes decidieron que ni siquiera una cuarentena estricta y global podía detener su creatividad. Entre ellos, estuvieron los actores británicos Michael Sheen, David Tennant y el director y comediante Simon Evans. El encierro, la falta de actividad profesional y una inusual cantidad de tiempo libre llevaron al trío a crear Staged, la serie que se estrena hoy en OnDirecTV. Con la producción de Infinity Hill, la compañía de Axel Kuschevatzky, Phin Glynn y Cindy Teperman, el ciclo resultó un éxito inesperado, un auténtico suceso de cuarentena que no sólo demostró las posibilidades del medio televisivo aún con restricciones, sino que también reveló la cara menos conocida de uno de sus protagonistas: David Tennant.

Para muchos, el actor escocés será siempre el Doctor –uno de los doctores– de Doctor Who, la serie de fantasía que es una institución de la TV británica desde la década del 60. Para otros, es el actor shakespeariano que empezó a trabajar en el teatro en la infancia y a los 16 años fue el estudiante más joven en ser elegido para el Conservatorio de Música y Teatro de Escocia. La mayoría, sin embargo, lo conoce por sus personajes televisivos, un grupo de variopintos villanos y seres perturbados a los que, con alguna excepción, nadie relacionaría con la comedia. Y sin embargo, eso es lo que consigue Staged. Al imaginar una versión alternativa de las vidas y las personalidades reales del trío, la serie hace de la neurosis, el ego y los celos de las estrellas una comedia imperdible. Claro que para apreciar el rango interpretativo de Tennant, no viene mal repasar algunos de sus personajes más memorables y recientes.

Michael Sheen y David Tennant, juntos a la distancia en Staged
Michael Sheen y David Tennant, juntos a la distancia en Staged


Michael Sheen y David Tennant, juntos a la distancia en Staged

Staged. La consigna es simple: como el resto del mundo, los actores David Tennant y Michael Sheen están en cuarentena. El proyecto de participar juntos de la obra Seis personajes en busca de un autor está en detenido y ninguno de los dos lleva demasiado bien el encierro con sus familias. Y sus familias sienten lo mismo. Por eso, cuando Evans les propone empezar los ensayos por Zoom ambos aceptan, aunque a Sheen haya que convencerlo un poco. Los actores, amigos en la vida real y en esta versión deformada de ella, compiten por todo: los galeses vs. los escoceses, las obras de teatro que hicieron, su habilidad para los idiomas y una larga lista de etcéteras que exponen lo poco que se toman en serio su fama y todo lo que la acompaña. En el caso de Tennant, eso implica aparecer en cámara vestido de entrecasa como un padre apenas presente, un marido despistado y un neurótico que dice tener la compulsión de deletrear las palabras de atrás para adelante en su cabeza, un síntoma de su intranquilidad que ni siquiera logra ejecutar con éxito. Disponible en OnDirecTV/ DirecTV Go

Good Omens. En los primeros episodios de Staged, Sheen y Tennant discuten por problemas de cartel. “Es por orden alfabético”, insiste Sheen, con el abecedario de su lado y su colega rechaza esa lógica. “Es mi turno. Vos apareciste primero en Good Omens”, patalea Tennant. Y tiene razón, pero lo cierto es que en la serie basada en la novela de Neil Gaiman que ambos protagonizaron resulta difícil separar a uno del otro o valorar cuál de los dos actores se destaca más en el relato. De hecho, sus personajes representan a las dos caras de la moneda, el bien y el mal, un ángel y un demonio asociados para salvar al mundo del apocalipsis. Tennant es Crowley, una suerte de rockstar del infierno, seductor, cínico y tramposo que lleva milenios complicando la vida de los humanos. Por todo su aire malévolo y canchero, rápidamente resulta evidente que lo que Crowley necesita es un amigo y que nadie mejor para ocupar ese puesto que el bueno de Aziraphale, al que Sheen interpreta con la justa cantidad de ingenuidad. Una temporada. Disponible en Amazon Prime Video.

Jessica Jones junto a Killgrave, su gran némesis. El desafío de la nueva temporada, será encontrar una figura opuesta igual de carismática.
Jessica Jones junto a Killgrave, su gran némesis. El desafío de la nueva temporada, será encontrar una figura opuesta igual de carismática.


Jessica Jones (Krysten Ritter) junto a Killgrave (Tennant), su gran enemigo

Jessica Jones. Cuando Marvel todavía apostaba a cultivar su pata televisiva en Netflix, su mejor intento fue la primera temporada de Jessica Jones. La detective privada de Hell’s Kitchen en Nueva York con superpoderes necesitaba de una actriz excepcional para interpretarla y la consiguió con Krysten Ritter. Y claro, en este tipo de relato tan importante como el héroe es su rival. En este caso, para encarnar al malévolo Kilgrave, nadie mejor que Tennant. Un villano con la habilidad de manipular a cualquiera y obligarlo a hacer todo lo que él desee, su vínculo con la protagonista utiliza la fantasía para escenificar el abuso y las consecuencias emocionales que provoca en sus víctimas. Tres temporadas. Disponibles en Neflix.

David Tennant al frente de Des, una prometedora miniserie
David Tennant al frente de Des, una prometedora miniserie


David Tennant al frente de Des, una prometedora miniserie

Des. La miniserie de tres episodios relata la historia real de Dennis Nilsen, un asesino serial escocés que fue atrapado por la policía en la década del ochenta después de haber asesinado a más de una docena de hombres. Haciendo uso de su aspecto entre anodino y amenazante –una combinación que Tennant perfeccionó como nadie– al actor le alcanzan apenas un par de escenas para demostrar lo espeluznante de la maldad de Nilsen. Con cada aparición del personaje, el actor construye una historia entre fascinante y repugnante, un relato que demuestra las acciones de un sociópata sin sentimentalismo ni golpes bajos, una cuerda floja que Tennant con elegancia. Una temporada, Disponible en DirecTV Go.

Criminal. El experimento de realizar una serie policial confinada a la sala de interrogatorios en la que el foco está puesto en la habilidad verbal y argumentativa de los detectives sólo podía ser efectiva si de un lado y el otro del escritorio había personajes lo suficientemente interesantes para atrapar al espectador en ese ambiente cerrado y asfixiante. La ventaja del elenco estable del programa, encargado de interpretar a los policías, es que su historia puede ir revelándose con el transcurso de los episodios mientras que los sospechosos de ocasión cuentan con poco menos de una hora para convencer al público de su inocencia. Así, los creadores de la serie acertaron al poner a Tennat como el primer acusado de la primera temporada. Y para complicarle más las cosas, en muchas de sus escenas, su personaje –un médico acusado de violar y matar a su hijastra– solo repite “sin comentarios”. Si uno se preguntaba cuánta emoción e intención se le puede aplicar a la repetición de esas dos palabras, la respuesta está en la terrorífica impavidez de Tennant. Dos temporadas. Disponibles en Netflix.