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Así debes cuidar el cordón umbilical de tu bebé para evitar infecciones

El cordón umbilical cumple una función vital durante el embarazo. No sólo se trata de un mero cordón que une al bebé con la madre, sino que, a través de él, le llegan sustancias nutritivas y sangre rica en oxígeno. Como bien es conocido, en el parto, éste se corta, quedando un pequeño resto que se caerá pasados unos días. Pero, mientras ese momento llega, resulta esencial cuidar la zona de una manera minuciosa para evitar cualquier tipo de complicación. Hablamos con la matrona Mª Ángeles Rodríguez Rozalén, directora de 'Los consejos de tu matrona', para averiguar cómo podemos hacerlo, con éxito, en casa.

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¿Cómo se corta el cordón umbilical en el parto?

Durante el parto, el cordón se corta utilizando lo que se conoce como la técnica de clampaje y corte. Según nos indica la matrona, esto consiste en colocar dos pinzas quirúrgicas en el cordón: "una a unos 3 centímetros del ombligo del bebé, y otra a unos dos centímetros de ésta. Después, se realiza el corte entre estas dos pinzas, y en esa zona más cercana al ombligo se coloca una pequeña pinza de plástico, que se desprenderá con el resto del cordón pasados unos días".

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Una higiene meticulosa para evitar las infecciones

Mª Ángeles Rodríguez nos explica que normalmente el cordón tarda en cicatrizarse entre unos 8 y 14 días. En este tiempo, será fundamental mantener una higiene muy meticulosa, "al igual que en el resto del cuerpo". Sin embargo, en el caso del muñón umbilical, habrá que poner especial interés para evitar posibles infecciones. El procedimiento adecuado será:

  • Antes de comenzar, lo primero que debe hacer la madre es lavarse las manos.

  • Después, usar una gasa estéril, tocando lo menos posible la parte que entrará en contacto con la zona de cura, y limpiar alrededor del muñón. Aunque la gasa se puede impregnar con clorhexidina, la Asociación Española de Matronas y la Asociación Española de Pediatría destacan que sería suficiente hacerlo con agua y jabón, terminando la cura con la gasa impregnada con algún antiséptico alrededor del muñón.

  • En cuando el cordón empiece a secarse, se puede prescindir de la gasa, y dejar el muñón al aire libre para acelerar el proceso. De hecho, la experta advierte que la humedad puede retrasar la cura.

Madre con su bebé recién nacido en el hospital
Madre con su bebé recién nacido en el hospital

Signos que nos pueden alertar de que hay una infección

La matrona nos comenta que en España, no suele haber muchos casos de infección de cordón umbilical (onfalitis), apenas un 0,07%, según estimaciones. Aun así, incide en que es muy importante cuidar esta zona los siguientes días la parto, ya que "puede convertirse en la vía de acceso de infecciones al vulnerable organismo del recién nacido y provocar complicaciones mayores". Es el caso de algunos países en vía de desarrollo, donde, según explica, llega a suponer una causa de mortalidad de los recién nacidos, que se puede evitar si se dan unas condiciones de higiene correcta.

Por ello, además de los cuidados anteriormente descritos, es vital estar atentos a algunos signos que nos pueden alertar de que se ha producido una infección:

  • Enrojecimiento de la zona.

  • Secreción sero-sanguinolenta (rosada).

  • Inflamación y mal olor.

  • Calor en la piel alrededor del cordón umbilical.

Si la infección deja de ser localizada (es decir, sólo en la zona del ombligo), pueden aparecer otros signos de alarma muy importantes:

  • Fiebre.

  • Letargo.

  • Irritabilidad y llanto.

  • Inapetencia.

  • Flacidez.

En ambos casos es vital contactar con el pediatra de manera urgente para que valore su situación y ponga el tratamiento adecuado para el pequeño.

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Si existe una infección, ¿cuál sería el tratamiento adecuado?

En el caso de que se trate de un enrojecimiento de la zona o esté inflamada, la matrona explica que, habitualmente, el "tratamiento será local con antisépticos y alguna pomada antibiótica".

Sin embargo, si dicha infección ha dejado de ser localizada, manifestándose con fiebre o inapetencia, se tendrá que ingresar al bebé, y el tratamiento incluirá antibióticos por vía intravenosa.

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