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Deja de comer controlando desde la cabeza (mentalidad de dieta), así fracasarás otra vez

¡Hazlo desde el estómago! La nueva alternativa a las dietas que no funcionan y a los riesgos de la cirugía

Tanto pensar no te beneficie, céntrate en cómo te sientes y podrás controlar tu apetito. (Foto: Getty)
Tanto pensar no te beneficie, céntrate en cómo te sientes y podrás controlar tu apetito. (Foto: Getty)

Muchas personas asumen que en verano van a engordar pero, ¿podemos evitarlo? Según nos cuenta Luis Navarro, director de Navarro Clínica, el centro más innovador en desarrollar la forma definitiva de adelgazar, sí hay una forma (natural) de evitarlo.

Este terapeuta, coach y especialista en gestión de las emociones asegura que “podemos comer en verano y no engordar”.

El creador del Método Navarro para Adelgazar expone cinco claves a seguir para no coger peso durante el período estival y sentirnos mejor.

1. Comprueba si tienes ‘hambre física’

Pon la atención en tu estómago: allí está el indicador del apetito. Observa si tienes una sensación de ‘hambre física’ en el estómago. Si no lo notas, es que en realidad no tienes esa necesidad vital de ingerir algún alimento.

Son los pensamientos o los deseos tipo: “me apetece”, “huele muy bien”, “qué buena pinta tiene”, “es la hora de comer o de cenar”… los que desencadenan las ganas de comer. Pero todo eso es mental.

“Si no tienes sensación física de hambre en el estómago es que no te hace falta comer”, insiste Navarro. Si no comes (porque no tienes hambre) notarás que no te pasa nada.

Si aprendes a identificar el ‘hambre emocional’, educarás a tu estómago y te encontrarás mucho mejor. (Foto: Getty)
Si aprendes a identificar el ‘hambre emocional’, educarás a tu estómago y te encontrarás mucho mejor. (Foto: Getty)

2. Disfruta comiendo

El placer al comer lo notamos en la boca, en las papilas gustativas, el olor, el sabor, la textura… Come con la intención de disfrutar comiendo. De esta forma masticarás mejor los alimentos las veces necesarias para saborear la comida. En vez de tragar la comida, tómate tu tiempo y disfrútala. En una frase: cuando comas, come”.

Con la tripa llena todo va bien, ¿verdad? Pues apunta esto: quedarse con un poquito de hambre es mejor que llenarse por completo.(Foto: Getty)
Con la tripa llena todo va bien, ¿verdad? Pues apunta esto: quedarse con un poquito de hambre es mejor que llenarse por completo.(Foto: Getty)

3. ¿Sabes cuándo parar?

Al disfrutar comiendo y comer más despacio notarás que sientes en tu estómago la sensación de saciedad. Cuando esto sucede, ya tienes bastante energía y no hace falta que comas más. Ese es el truco para no sobrepasarnos: dejar de comer antes de estar llenos.

El experto nos anima a identificar ese momento y tener la suficiente fortaleza mental para que el cerebro mande la orden de parar y cumplirla. “Te sentirás mucho mejor. Además, siempre puedes volver a comer más tarde. No estás delante de la última cena. Esa paella tan buena no desaparecerá hoy de la faz de la tierra”, añade.

4. Come de todo

No hay alimentos que engorden, no es cierto. Lo que engorda es el conjunto de lo que comemos, y no un alimento en particular, por muchas calorías que tenga. Además, si sientes que no debes comer algo, lo controlas o te lo prohíbes, acabarás dándote un atracón, comiendo en exceso y sintiéndote culpable. “Desde la prohibición hay atracón, y desde la elección hay moderación”.

Apuesta por los snacks naturales, frescos y crudos. Tienes que acostumbrar a tu cuerpo a querer lo que es bueno para él. (Foto: Getty)
Apuesta por los snacks naturales, frescos y crudos. Tienes que acostumbrar a tu cuerpo a querer lo que es bueno para él. (Foto: Getty)

5. Muévete

Aprovecha las vacaciones y el tiempo libre para moverte, nadar, caminar, jugar o practicar a cualquier deporte, mejor si es al aire libre. Descansar no significa no hacer nada. Tu cuerpo necesita a acción y te sentirás mucho mejor después de haberte movido un poco.

La clave de este método está en resolver las emociones negativas, como la ansiedad, que nos impulsan a comer en exceso. Aprendiendo esta técnica y practicándola se puede usar en cualquier momento que los necesites. Así evitas comer compulsivamente cuando te sientas mal. En vez de comer controlando desde la cabeza (mentalidad de dieta) se pasa a comer progresivamente, desde el estómago (de forma natural).

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