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Demos gracias por este sencillo placer

Masa de pan para envolver un trozo de queso mozzarella en Nueva York el 22 de noviembre de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)
Masa de pan para envolver un trozo de queso mozzarella en Nueva York el 22 de noviembre de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)
Bolitas de pan con queso en salsa de tomate en Nueva York el 22 de noviembre de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)
Bolitas de pan con queso en salsa de tomate en Nueva York el 22 de noviembre de 2020. (Andrew Scrivani/The New York Times)

LONDRES — ¿Ya tienen planes para disfrutar deliciosos platillos el día de Acción de Gracias?

Por más reducida que sea la comitiva, el hecho de que este año haya sido tan inesperado hace todavía más especial sentarnos juntos para disfrutar una comida en familia. Una de las tradiciones que más disfruto es que todas las personas sentadas a la mesa compartan por qué están agradecidas. Me pregunto cuán diferentes serán nuestras palabras de agradecimiento este año en comparación con otros años más “normales”.

Pensar en eso me hizo recordar una anécdota del día de Acción de Gracias que una buena amiga compartió conmigo hace unos años.

Cuando todos se sentaron a la mesa para esta celebración, les pidieron a los niños empezar con sus agradecimientos. Las primeras intervenciones se refirieron a aspectos un tanto previsibles (o que quizá un padre había sugerido con toda discreción): dar gracias por un abuelo muy querido, o quizá por uno de sus maestros favoritos. Por un nuevo amigo o un osito de felpa que había sido un fiel compañero mucho tiempo.

Algunos padres dieron gracias por la salud, por momentos de felicidad, por parejas que se mantenían a su lado, por expresiones de amor y mil cosas buenas. Luego, un niño se puso de pie, empujó su silla hacia atrás y, muy satisfecho por las sabias palabras que pronunciaba, dijo con toda audacia: “Doy gracias por Netflix, porque me encanta Netflix”.

Hubo un breve momento de silencio mientras todos sopesaban las reacciones en la habitación (este momento bien podría haber sido la peor broma para los padres) y a continuación todos prorrumpieron en exclamaciones de aprobación. ¡Claro que sí! ¡Vamos a dar gracias por la televisión! Por todos los servicios de emisión en continuo que vemos cada noche tirados en el sofá y las series que nos gustan. Con las expectativas reducidas a ese nivel, los niños no tardaron en seguir la corriente.

“Yo doy gracias por la pizza”, dijo alegre uno de ellos.

“Yo doy gracias por la pasta al pesto”, intervino otro.

“Sándwiches de queso tostados”, gimió un pequeño.

“Bolitas de masa”, dijo otro.

“¡Chocolaaaaate!”, exclamó el más pequeño de la mesa antes de que todos rompieran en carcajadas y no pudieran hablar más.

Hace poco, recordé esa historia y llegué a la conclusión de que esos niños no estaban nada equivocados. No deberíamos tener que pasar una pandemia para darnos cuenta de que lo que realmente importa en la vida son las cosas más sencillas.

Sin embargo, para muchos, 2020 será el año en que el mejor momento, más de un día, fue cuando hicieron bolitas de masa, compartieron una pizza, saborearon una pasta al pesto o disfrutaron un sándwich de queso tostado (y también Netflix).

A continuación presento mi tributo, o mi manera de dar gracias, a esta sensación: al gusto de preparar algo sencillo y compartido, reconfortante y básico, con ingredientes que siempre tenemos en la cocina (o eso espero) y en lo que pueden ayudar los pequeños de la casa. De hecho, preparar bolitas de masa es una especie de juego infantil, sin duda de más categoría que jugar con masillas de colores. Es igual de terapéutico y divertido, pero mucho más sabroso para comer.

Brindo por la capacidad de dar gracias por todas las cosas importantes como la salud, la felicidad y el amor, pero también por la salsa de tomate, las hojas de albahaca y el queso fundido. También, por supuesto, por las bolitas de masa: por la pura y completa alegría de preparar, hornear y comer con los dedos, de un solo bocado, bolitas de masa.

Receta: Bolitas de pan con queso en salsa de tomate

Tiempo de preparación: 1 hora, más el tiempo de levado

Rinde 4 porciones

Para las bolitas de pan:

3/4 de taza (100 gramos) de harina blanca para hacer pan

1/4 de taza (60 mililitros) de agua tibia

1 1/2 cucharaditas de aceite de oliva, y un poco más para barnizar

1/2 cucharadita de levadura seca activa (de acción rápida)

1/4 de cucharadita de sal kosher

Para la salsa:

1/3 de taza (80 mililitros) de aceite de oliva

7 dientes de ajo, pelados y picados

1 lata (400 gramos) de tomate perita, bien triturado a mano

3 cucharadas de hojas frescas de orégano, más 1 cucharada para decorar

2 cucharadas de hojas frescas de albahaca picadas en trozos grandes, más 2 cucharadas para decorar

1 cucharadita de azúcar

Sal kosher y pimienta negra

100 gramos de queso mozzarella con bajo contenido de humedad

1. Prepara las bolitas de pan: Vierte la harina, el agua tibia, 1 1/2 cucharaditas de aceite, la levadura y la sal en el tazón de una batidora de pedestal. Con el gancho para masa, amasa durante 7 minutos a velocidad media; desprende con una raspa lo que se quede pegado al fondo del tazón para distribuir los ingredientes según sea necesario, hasta que la mezcla quede suave y elástica. Transfiere a un tazón mediano con un poco de aceite para evitar que se pegue y también barniza la masa con un poco de aceite. Cubre con un paño húmedo y deja la masa levar en un lugar tibio durante una hora, o hasta que se infle y quede suave.

2. Aparte, prepara la salsa: Coloca los 80 mililitros de aceite y el ajo en un sartén mediano apto para horno y calienta con flama media-baja; sofríe entre 4 y 5 minutos, hasta que se suavice y suelte el aroma (el ajo no debe dorar, así que baja la lumbre si es necesario). Vacía 3 cucharadas de la mezcla de ajo y aceite en un tazón pequeño y reserva.

3. Vacía los tomates con su jugo, el orégano, la albahaca, el azúcar y ¼ de cucharadita de sal en el sartén y coloca sobre una flama media-alta durante 4 minutos; mueve ocasionalmente. Añade 160 mililitros de agua, baja la flama a media-baja y mantén sobre la flama 15 minutos; mezcla con frecuencia, hasta que espese un poco. Reserva.

4. Corta el queso mozzarella en 20 cubos.

5. Vacía la masa en una superficie de trabajo limpia y utiliza un cortador de masa o cuchillo afilado para dividirla en 8 porciones iguales.

6. Usa tus manos para aplanar cada porción, forma un círculo de 6 centímetros de diámetro y coloca un cubo de mozzarella al centro. Levanta la masa alrededor del cubo y presiónala con firmeza para cerrar el envoltorio. Gira la bolita, con la parte que pellizcaste hacia abajo, y usa la palma de tu mano para rodarla sobre la superficie de tal forma que quede lisa y uniforme.

7. Coloca en una bandeja de horno cubierta con papel para hornear y termina de hacer las demás bolitas; distribúyelas en la bandeja con la misma separación. Cubre con un paño y déjalas levar en un lugar tibio otros 30 minutos.

8. Calienta el horno a 190 grados Celsius. Barniza las bolitas de masa con un poco de aceite de oliva y hornea 10 minutos, o hasta que adquieran un tono dorado. Deja a un lado y calienta la parrilla (ajusta la intensidad de la parrilla del horno a media-alta).

9. Vuelve a colocar la salsa sobre una flama media-alta y espera a que suelte el hervor. Ya que esté hirviendo, añade a la salsa las bolitas de pan horneadas y distribuye los cubos de queso restantes alrededor. Cambia a la rejilla media o deja bajo la parrilla de 2 a 4 minutos, hasta que el queso se funda y esté burbujeante y las bolitas de pan se doren bien.

10. Espolvorea sobre las bolitas el aceite con ajo que habías reservado y condimenta un poco con sal y pimienta. Coloca encima el orégano y la albahaca adicionales, y sirve de inmediato.

© 2020 The New York Times Company