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La depresión 'sonriente' o cómo algunas personas ocultan su malestar

Cada vez se habla más de la depresión, algo que reclaman desde hace tiempo los expertos en salud mental. Psiquiatras, psicólogos y especialistas de otras especialidades médicas piden a la población que no se culpe a una persona que sufre esta enfermedad, que no se la tilde de débil y que se comprenda que igual que padeces diabetes puedes sufrir este tipo de dolencias, que generan mucho sufrimiento tanto a quienes lo padecen como a su entorno más cercano. También se pide que no se estigmatice ni se etiquete a alguien que sufre esta dolencia. También que se conozca esta patología para poder distinguir cuándo alguien está triste o, realmente, está deprimido, aunque trate de ocultarlo haciendo una vida más o menos normal, no llore o sonría. Por ello, hoy vamos a hablar de la depresión 'sonriente' para aclarar este concepto y ayudar en la medida de lo posible a tantas personas que están lidiando con esta enfermedad.

Para ello, hablamos con Ricardo de Pascual, doctor en Psicología Clínica y profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad Europea. Este experto nos explica que la depresión sonriente, como tantas otras cosas, "no es nada más que un nombre que se le da a una forma concreta de estar pasándolo mal. Esto tiene un peligro: se crea una expresión, un hashtag, que tiene bien poco que ver con el conocimiento científico de cómo funciona nuestro comportamiento y mucho que ver con buscar la viralidad. Cuando una persona está deprimida, no tiene por qué estar todo el tiempo llorando o triste de una manera obvia; esto no es algo nuevo, ni dice nada acerca de la gravedad o falta de ella del problema en concreto".

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¿Cómo podemos sospechar que una persona sufre depresión?

"En primer lugar, deberíamos dejar de decir que las personas "tienen" depresión, como el que tiene un brazo o un catarro", sostiene el experto. Ricardo de Pascual recuerdaque los problemas psicológicos no son como las enfermedades físicas, y siempre es preferible hablar de personas con depresión o personas deprimidas que de personas que "tienen" depresión. "Podría darse el caso de que una persona aparentemente muy feliz estuviera deprimida, por supuesto, pero no hay una señal de alarma que sea universal. Tal vez un aislamiento o falta de actividad mantenidas en el tiempo podrían ser señal de que algo no va muy bien. En cualquier caso, hay también que convivir con la idea de que no siempre vamos a saber lo que ocurre en la vida privada de otras personas, lo que piensan o lo que sienten y que la mejor forma de saber si alguien está bien o mal es tener una buena relación con esa persona y preguntarle".

Cuando le preguntamos acerca de los síntomas que nos pueden hacer sospechar que una persona sufre esta dolencia, Ricardo de Pascual añade que tampoco tiene mucho sentido hablar de síntomas de la depresión porque, como decía anteriormente, los problemas psicológicos no siguen la misma lógica que los problemas médicos. Sin embargo, sí nos da algunas pistas o señales que nos pueden poner sobre aviso. "Algunos de los comportamientos a los que llamamos "depresión" incluyen el aislamiento, la tristeza continuada (que no tiene por qué ser constante), el haber dejado de disfrutar con cosas con las que antes se disfrutaba o tener pensamientos frecuentes de poca valía o de desesperanza. Cualquiera de estas cosas puede darse en una persona que dé una cara pública feliz o alegre; simplemente se darán en un círculo más íntimo".

Por otro lado, nos inquieta saber que hay personas que pueden despistarnos por completo, ya que aparentemente parece que están bien, pero que, sin embargo, acabamos averiguando, en ocasiones, de una manera trágica, que están rotas por dentro. Ante la pregunta de cómo pueden ocultarlo tan bien o lo suficientemente bien para que no podamos sospechar un desenlace fatal, Ricardo de Pascual nos responde que "dependerá de cada cual, pero hasta cierto punto es algo que todos hacemos. Tendemos a ocultar los estados emocionales extremos en distintos contextos por muchos motivos, pero, principalmente, porque es lo que nos enseñan a hacer. Hay también una cierta idea de que estar triste o deprimido es una señal de debilidad y que, por lo tanto, hay que ocultarlo".

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¿Cómo se trata la depresión?

Es esencial que el tratamiento sea individualizado, porque no tratamos la depresión como una etiqueta, sino que tratamos a la persona en concreto y cada uno tiene su historia y sus circunstancias. "Por esto mismo es recomendable huir de "recetas", como si la depresión fuese una gripe o una infección", afirma el experto en psicología clínica. El psicólogo debe evaluar detenidamente, realizar un análisis funcional del caso y, posteriormente, diseñar una intervención ajustada a la persona. Habitualmente, "en problemas de tipo depresivo, estas intervenciones incluyen pautas como ir volviendo poco a poco a las cosas que antes hacían feliz a la persona o incorporando cosas y actividades nuevas, además de, en el caso de que haya problemas relativos a pensamientos de poca valía, introducir algún tipo de técnica de modificación del pensamiento".

El entorno también puede hacer mucho para apoyar a una persona que sufre depresión. "Como en cualquier otro caso, es muy importante que la persona sepa que no está sola y que puede contar con ayuda; en ocasiones, esta ayuda será hablar de los problemas, pero en muchas otras debería ser ayudar a la persona a distraerse de esos problemas. Lo más conveniente dependerá del caso y de la evaluación que haga un profesional. De nuevo, la mejor forma de ayudar a alguien pasa por preguntar, y por generar una buena relación de apoyo mutuo, concluye Ricardo de Pascual.

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