La desaparición progresiva de Sam Worthington tras arrasar con 'Avatar'

Protagonizar la película más taquillera de la historia debería traducirse en un no parar de ofertas de estudios que buscan tener a la estrella del momento en sus filas. Pero no fue el caso de Sam Worthington, el actor que dio vida a Jake Sully en Avatar. Pese a erigirse como uno de los rostros emergentes más prometedores de finales de la década de los 2000, vio como su carrera fue progresivamente en decadencia después de alcanzar la cima con la aventura de ciencia ficción de James Cameron. Y las razones son casi inexplicables.

Lo más lógico es pensar que una mala elección de papeles lo abocó a su desaparición de las altas esferas de Hollywood, puesto que tras Avatar empezó a dejarse ver en blockbusters fallidos y películas de acción poco apreciadas por crítica y público como el remake de Ira de Titanes, el thriller Al borde del abismo, Sabotage de David Ayer o la cinta de aventuras Everest.

Bien es cierto que se dejó ver en proyectos de prestigio como Hasta el último hombre de Mel Gibson en 2016 o la serie Manhunt en 2017, pero tras estos papeles su carrera quedó limitada a cintas de serie B de poca relevancia como Titán o Fractura para Netflix, Alphas, The Last Son o 9 Bullets. De hecho, este último título se estrenó este 2022 obteniendo un 0% de críticas positivas en webs como Rotten Tomatoes, algo impensable hace una década cuando Worthington era una estrella de prestigio en boca de todos gracias a Avatar.

También habría que valorar que en los últimos años ha puesto muchos de sus esfuerzos en su vida personal, ya que desde que contrajo matrimonio en 2014 con la modelo australiana Lara Worthington se ha dedicado a formar una familia que actualmente componen junto a sus tres hijos. Además, ahora, a sus 45 años, el actor tiene la oportunidad de volver a lo más alto gracias a las secuelas de Avatar, el ambicioso proyecto de cuatro películas de James Cameron que apunta a dar mucho que hablar en los próximos años.

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