Despidos, extremismo, volantazos: Elon Musk deja una estela polémica en Twitter

Elon Musk, en la inauguración de una fábrica de Tesla Berlin Brandenburg, en Gruenheide, Alemania. (Patrick Pleul/Pool via AP, Archivo)
Elon Musk, en la inauguración de una fábrica de Tesla Berlin Brandenburg, en Gruenheide, Alemania. (Patrick Pleul/Pool via AP, Archivo)

WASHINGTON.- Más mensajes de odio, más discrecionalidad, más libertad para que prolifere la desinformación, más quejas por lo que se lee y lo que no se lee, y una clara voluntad para meter el dedo en la política. Despidos masivos. Una guerra declarada a Apple. El regreso de Donald Trump. Migración a otras redes. En poco más de un mes, Elon Musk ya ha dado varios golpes de timón en la dirección de Twitter, y ninguno parece ir en la dirección de calmar los temores y ansiedades que provocó su apoderamiento de una de las redes sociales más influyente del planeta.

Los primeros análisis sobre publicaciones y conversaciones en la red social desde que Musk se hizo cargo de la empresa muestran una mayor proliferación de mensajes antisemitas, de insultos racistas o en contra de los gays, según el Centro para Contrarrestar el Odio Digital y la Liga Antidifamación y otras organizaciones civiles, reveló The New York Times.

El multimillonario Elon Musk adquirió este año Twitter. (Photo by STR/NurPhoto via Getty Images)
El multimillonario Elon Musk adquirió este año Twitter. (Photo by STR/NurPhoto via Getty Images)

Investigadores de la Universidad Tufts que monitorearon narrativas sobre la Guerra Civil norteamericana, el fraude electoral o acusaciones de pedofilia en la recta final a la última elección legislativa indicaron que, desde la asunción de Musk, “la calidad de la conversación ha decaído, con más extremistas y proveedores de contenido de odio probando los límites de lo que Twitter podría permitir”.

“Si bien la conversación de Twitter sobre estos temas no fue un bastión de debate tranquilo y civilizado, reflejó el compromiso de combatir la desinformación, el discurso de odio y las ideas tóxicas”, indicaron los investigadores de la casa de estudios. “Después de la adquisición de Musk, la calidad de la conversación ha decaído, con más extremistas y proveedores de contenido de odio probando los límites de lo que Twitter podría permitir”, agregaron.

La plataforma también dejó de aplicar su propia política contra la desinformación sobre la pandemia del coronavirus, otra decisión que generó preocupación inmediata entre expertos en salud, pero que, como otras decisiones de Musk, fue celebrada por la derecha y quienes abogan por una conversación virtual sin límites ni restricción alguna, una lectura absolutista de los alcances del derecho a la libertad de expresión por la cual el propio Musk ha mostrado simpatía. Un mensaje en el blog de la empresa dijo que a partir del 23 de noviembre de 2022, “Twitter ya no aplica la política sobre información engañosa de Covid-19″.

Musk también ha metido mano en quién puede publicar y quién no en su plataforma. El empresario decidió suspender la cuenta del rapero Ye, antes llamado Kanye West, luego de que publicó una esvástica –uno de los pocos límites que marcó públicamente–, y también decidió reinstaurar la cuenta de Trump.

La decisión la tomó con una votación virtual de 24 horas: tras realizar una encuesta en la red social, el 51,8% de los más de 15 millones de votos respaldó el retorno del magnate a la plataforma, una evidencia de la discrecionaldad del multimillonario. Musk también ventiló la idea de una amnistía generalizada para las cuentas suspendidas por la gestión anterior, otra movida en la misma línea de su intención de relajar las reglas de moderación de la empresa.

“Esto será increíble”, escribió Musk días atrás. Fue luego de que anticipó la difusión de los “Twitter Files”, o los “Archivos de Twitter”, sobre una de las polémicas que irrumpieron en la última elección presidencial: el contenido, supuestamente comprometedor, de una computadora portátil de Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden. La historia fue publicada en su momento por el New York Post, del magnate de medios australiano, Rupert Murdoch. Musk aludió a que hubo un intento por “suprimir” la historia.

Un hilo en Twitter de Matt Taibbi, un periodista conservador, dejó al descubierto las deliberaciones internas en la plataforma luego de la publicación de la historia, aunque fue recibido con bostezos porque no indicó que hubiera habido interferencia política alguna por parte de los demócratas para aniquilar la historia. El hilo de Twitter indica que la compañía decidió limitar la difusión del artículo sin un pedido mediante de los demócratas, la campaña de Biden o el FBI.

Musk también sugirió después que era “posible” que Twitter haya interferido en la elección de Brasil, aunque ese tema quedó después en la nada.