El director de Independence Day critica a Marvel y Star Wars sin mirarse el ombligo
Por Alberto Cano.- A Roland Emmerich le debemos muchos títulos míticos del cine de acción y catástrofes. Independence Day, Godzilla, El día de mañana, 10.000 a.C. o 2012 son algunas de las películas que pueblan su extensa filmografía, producciones muy reconocidas por el público caracterizadas por grandes dosis de grandilocuencia, destrucción y efectos especiales.
Aunque en la pasada década se adentró en otros terrenos con dramas como Anonymous o Stonewall, no ha dejado de ser un cineasta de grandes blockbusters, como bien ha vuelto a demostrar con el estreno reciente en cines de Moonfall. Precisamente, esta película protagonizada por Halle Berry y Patrick Wilson le ha llevado a reflexionar sobre la evolución del cine de acción en los últimos años y a dejar una opinión nada exenta de controversia.
Ante la dominancia de películas de superhéroes gracias a las franquicias de Marvel o DC, Emmerich cree que la industria va camino de su propia perdición. Según el director de Independence Day, Hollywood se ha encasillado en un bucle de repetir esquemas en base a secuelas y sagas donde apenas hay hueco a nuevas ideas. “Oh, sí”, señalaba el director cuando fue preguntado por Den of Geek sobre si el género de catástrofes había cambiado en los últimos años. “Porque, naturalmente, Marvel, DC Comics y Star Wars prácticamente se han hecho cargo. Está arruinando un poco nuestra industria, porque ya nadie hace nada original”, declaraba Emmerich.
El director de El día de mañana cree que el género debe dirigirse a ideas “nuevas y audaces”, poniendo el ejemplo de cineastas como Christopher Nolan. “Es alguien que puede hacer películas sobre lo que quiere”, resalta sobre el prestigio que el director de Origen o Tenet se ha ganado en base a propuestas frescas que cautivaron al público. Según explica, aunque él lo tenga “un poco más difícil” que Nolan para vender su visión, sigue teniendo “un nombre lo suficientemente grande” en el cine de catástrofes para tratar de huir de la repetición de las franquicias actuales. Sin embargo, echando un vistazo a la filmografía de Roland Emmerich, tal vez sea el menos indicado para salir a criticar a Marvel, DC o Star Wars.
Aunque su cine apueste mayormente por películas de acción ajenas a sagas o personajes reconocidos, casi todos sus trabajos se sustentan por los mismos ingredientes y tópicos que uno podría esperar de cualquier producción de desastres. Y un claro ejemplo lo hemos vuelto a ver en Moonfall, su última cinta. Mediante un argumento que nos presenta a la Luna camino de destruir la Tierra tras salirse de su órbita, Emmerich vuelve a apostar por elementos vistos infinidad de veces en sus películas: Destrucción masiva, fenómenos meteorológicos extremos, teorías de la conspiración, extraterrestres,…
Es decir, lo mismo que ya vimos en 2012, El día de Mañana o Independence Day. No hay nada nuevo en ella. Y por entretenida que pueda ser, la impresión que deja es precisamente la misma que critica el propio director: La de ver un blockbuster genérico con una fórmula repetitiva y cansina.
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Además, Emmerich tampoco debería salir a criticar secuelas y sagas cuando él mismo se prestó en 2016 a dirigir una secuela de Independence Day. Aunque, en este caso, se arrepintió de haber realizado este trabajo. “Debería haber dejado de hacer esta película porque teníamos un guion mucho mejor, luego tuve que improvisar muy rápido otro guion”, dijo Emmerich a Yahoo en 2019 sobre los cambios de Independence Day: Contraataque tras no poder contar con Will Smith en su reparto. “Debería haber dicho que no porque de repente estaba haciendo algo que me criticaba a mí mismo: una secuela”, matizaba.
Ante esta perspectiva, Roland Emmerich recalca que no tiene intención alguna de unirse a Marvel o Star Wars en el futuro, aunque como decimos, el director debería mirar su propio ombligo y valorar que el tipo de cine que él frecuenta no está para nada alejado de estas producciones. Pero, por otro lado, el director también reconoce que su aversión a estas películas y sagas tal vez se deba a su origen alemán, donde los cómics y el cine de superhéroes tardaron más en asentarse. “Había comics como los de 'Las aventuras de Tintín', pero eran más infantiles y no había superhéroes. Por eso, al principio, los superhéroes no funcionaban en Alemania. Necesitaron 10 o 15 años para llegar al mismo nivel que el resto del mundo... Pero nunca he encontrado ningún interés en ese tipo de películas", concluye.
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