Cómo es el nuevo disco de Coldplay, Moon Music: estribillos para corear en los estadios y todos los argentinos que participan
A lo largo de toda su carrera, Chris Martin parece haber convertido a Coldplay en una maquinaria capaz de convertir cualquier estribillo en un refrán coreable por miles de personas en un estadio abarrotado. Lo hizo en sintonía con el rock indie en sus primeros tres discos, le dio un revestimiento cercano a U2 en Viva la Vida y Mylo Xyloto, y tuvo distintas encarnaciones y variantes (del R&B al K-Pop pasando por las baladas y algún coqueteo dance), que tuvo su pico más ambicioso en Music of the Spheres, un álbum con la galaxia como concepto que tuvo una gira mundial a tono, tanto en estética como en extensión (allá están los 10 River de 2022 como prueba). Pensado como su continuación natural (más precisamente, como si fuera su segunda entrega), Moon Music retoma la narrativa galáctica de su predecesor, y también bastantes de sus andamiajes sonoros, pero encuentra sus momentos más inspirados cuando toma distancia para hacerse valer por su propia cuenta.
El viaje espacial de Coldplay comienza con “MOON MUSIC”, una introducción cinematográfica con una orquesta que se desplaza lento, como si estuviese flotando en el cosmos, hasta que un piano se abre paso con unos pocos acordes, acompañado del latido de un corazón, mientras Martin reflexiona sobre el efecto de sus acciones y su rol en el mundo. La atmósfera intimista y melancólica de repente se transforma en un final que se convierte a su vez en el comienzo del tema siguiente, “feelslikeimfallinginlove”, un estallido pop de esos que Coldplay convirtió ya en su marca registrada, un melodía en 4K con una letra sobre la resiliencia sentimental de una pareja, con una coda diseñada exclusivamente para que una multitud pueda corear su estribillo compuesto solo por onomatopeyas.
El tema siguiente, “WE PRAY”, toma el refrán de cuerdas de “Viva la vida” y lo reestructura para hacer un tema más opresivo y cargado. Lo que en el hit de 2008 era pura luminosidad ahora marcha con un paso más apesadumbrado que mezcla discurso religioso, crisis humanitaria y la necesidad de un líder político con el cual identificarse (“Y entonces rezamos para que alguien venga y nos muestre el camino, y rezamos para tener refugio y algunos discos para escuchar”) y que menciona a “Baraye”, el himno de las protestas sociales en Irán. Sobre el final del tema, del que partiicpan Little Simz, Burna Boy y Elianna, hace su entrada triunfal Tini. Su presencia no es el único eslabón en el vínculo de Moon Music entre Coldplay y la Argentina. El diseño del arte del disco estuvo a cargo de la artista Pilar Zeta, colaboradora frecuente del grupo desde A Head Full of Dreams, de 2016, y la imagen de un arcoíris lunar que ilustra la portada fue tomada por el fotógrafo bahiense Matías Alonso Revelli.
Casi como una ventana al pasado, “JUPiTER” sintoniza con el primer Coldplay, el más despojado y sutil, un viaje folk sostenido en gran parte por Martin y su guitarra acústica luego ornamentado con coros, cuerdas y mandolina. En cambio, “GOOD FEELiNGS” es un funk sintético lleno de graves imponentes y con la guitarra endiablada de Nile Rodgers marcando el pulso para una canción que parece hecha para sonar en una discoteca en una galaxia muy, muy lejana. Algo de ese espíritu reaparece más adelante en “AETERNA” aunque con menos esmero, un tema hecho a la medida de cualquier pista de baile, donde la mano del productor Max Martin (el orfebre pop detrás de los éxitos más grandes de Britney Spears, Taylor Swift y The Weeknd) se hace notar.
Por alguna extraña y llamativa vuelta del destino, el momento más elevado de Moon Music no puede ser mencionado, al menos de manera formal. Mencionado por la banda como “ALiEN HiTS / ALiEN RADiO” pero titulado solamente con el emoji de un arcoiris tanto en plataformas como en formatos físicos, el tema encuentra el balance justo entre la ambición plus ultra de Coldplay y la sensibilidad genuina que es capaz de evocar, un viaje musical de siete minutos que comienza con ruidos de naves y dispositivos espaciales y se sumerge en un dream pop etéreo en el que la banda parece haber tomado nota de las lecciones impartidas por Brian Eno las veces que produjo a la banda. Luego, la euforia galáctica abre paso a la melancolía y la canción se apaga hasta cerrar con el audio de una entrevista a la poetisa y activista social Maya Angelou en la que hace mención a que por cada nube que tuvo en su vida tuvo también varios arcoiris.
Y de los emojis se pasa a las siglas. “iaam” es el acrónimo de “I am a Mountain”, otra canción en la que Martin habla sobre levantarse, seguir adelante y ser perseverante, pero también buena persona, quizás con demasiada inocencia (“Lamento mucho algunas cosas que dije en el camino. Realmente te amo, simplemente no me agradé a mi mismo ese día”, dice cerca del estribillo). Y si los mejores momentos de Moon Music se dan al distanciarse de Music of the Spheres y su pop anabólico, también aparecen cuando el pasado más distante se manifiesta de alguna forma, como es el caso de “All My Love”, una balada sobre adversidad en una relación que fluye de manera más orgánica. La canción empieza con piano y voz y luego una acústica se suma lentamente, hasta que la aparición de un arreglo de cuerdas funciona como la llegada inminente del resto de la banda con un subidón emotivo. Es el mismo formato de “Fix You” o “The Scientist”, empleado en una canción que puede medirse con las anteriores sin ruborizarse.
Para cerrar el disco, Coldplay decidió recurrir a “One World”, un tema con el que en 2023 abrió una convocatoria para que sus fans grabasen su aporte para dar forma a un coro de dimensiones épicas. Las voces se suman de a poco hasta crear un gran enjambre vocal como si fueran todas parte de un diálogo enorme ocurriendo en simultáneo en distintos rincones del mundo (o de la galaxia). Mientras esto pasa, Martin repite una sola frase como un mantra: “Al final, es solamente amor”, dice el vocalista, un lema que es aplicable a la vez al tema, el eje del disco o el motor narrativo del grueso de la discografía de la banda que lo tiene por líder.