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Disney se pasa de falta de tacto con la tragedia de Bobby Driscoll, su primer Peter Pan

Disney acaba de estrenar Chip y Chop: Guardianes rescatadores en su plataforma de streaming. Siguiendo la estela de clásicos como ¿Quién engaño a Roger Rabbit?, esta producción de la casa Mouse apuesta por el crossover entre personajes propios y otros estudios en medio de una propuesta nostálgica que mezcla animación e imagen real y recupera a las dos ardillas más míticas de la compañía. Como bien ocurrió en el clásico de Robert Zemeckis de los 80, volvemos a encontrarnos con una historia detectivesca en el marco de la industria de Hollywood donde se da hueco a infinidad de cameos, referencias y cuestiones reales, como el guiño a uno de los casos más oscuros en los que Disney se vio involucrado hace varias décadas.

Les hablo de la historia real de Bobby Driscoll, el niño que puso voz a Peter Pan e inspiró su diseño para la cinta de Disney de 1953. En esta película de Chip y Chop es referenciada dentro del arco argumental de su villano, un Peter presentado como alguien viejo y demacrado que tras ver cómo la industria le dejó de lado al hacerse mayor se vio arrastrado al lado criminal, un destino similar al de Driscoll. Sin embargo, la película lo referencia con un tono trivial, cómico y despreocupado, lo que supone un auténtico shock valorando que el actor, tras ser abandonado a su suerte, se vio arrastrado a una oscura espiral de consumo de drogas que se saldó con su temprana muerte.

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Para los que desconozcan su relato, Bobby Driscoll, cuyo nombre real era Robert Cletus Driscoll, fue una de las mayores estrellas de Disney durante los 40 y 50. Tras mudarse a Los Ángeles a causa de la enfermedad pulmonar que padecía su padre, no tardó en ser descubierto por Hollywood gracias a su dulzura y carisma infantil, cualidades que cualquier estudio deseaba encontrar en sus pequeñas estrellas. Fue la Metro Goldwyn Mayer quien primero se fijó en él, dándole la oportunidad de debutar en la gran pantalla con la película Lost Angel de Roy Rowland en 1943. Después llegaron otros títulos como The Bonanza, Así es mi amor, Three Wise Fools, Bajo el manto tenebroso o De hoy en adelante, mayormente comedias o dramas románticos.

En 1946, Disney, viendo el buen desempeño del joven actor, decidió contratarle para protagonizar Canción del sur, el primer largometraje donde mezclaron imagen real con animación y que a lo largo de los años siempre ha acaparado críticas por racista. Polémicas aparte, la cinta tuvo un buen desempeño en taquilla y erigió a Driscoll y a Luana Pattern, su coprotagonista, como grandes estrellas infantiles de la época. El estudio no dudó en explotar esta gallina de los huevos de oro y afianzarse de estas dos jóvenes promesas, por lo que tres años más tarde volvió a contar con ellos para protagonizar Danny (So Dear To my Heart), otra producción familiar donde, guiados por éxito de Canción del Sur, se volvió a hacer uso de la mezcla entre intérpretes reales y personajes animados.

La estrella de Disney Bobby Driscoll en la película 'When I Grow Up' en 1951 (Foto: Michael Ochs Archives/United Artists/Getty Images)
Bobby Driscoll en la película 'When I Grow Up' en 1951 (Foto: Michael Ochs Archives/United Artists/Getty Images)

Driscoll, que llegó a ganar un Óscar juvenil por este trabajo en So Dear To my Heart, firmó un contrato a largo plazo con Disney que le llevó a protagonizar otros éxitos de la época como la adaptación de La isla del tesoro dirigida por Byron Haskin en 1950, donde interpretó a Jim Hawkins. También apareció junto a Walt Disney en múltiples vídeos promocionales, prestó su voz a personajes animados como Goofy Jr. y la casa Mouse llegó a acuerdos con otros estudios como Horizon Pictures o RKO para que apareciera en películas como La ventana y When I Grow Up. Y es que Bobby Driscoll era una de las grandes promesas del Hollywood de antaño, pero todo cambió a mediados de los 50.

Su último gran papel bajo el amparo de Disney fue el de Peter Pan, personaje que fue inspirado por su aspecto físico y al que puso su voz. Curiosamente, tras interpretar a este niño que no quería crecer, fue la edad lo que le jugó una mala pasada para continuar en la cima de Hollywood. Según informes de la época y declaraciones de interpretes que coincidieron con Driscoll por aquellos años, su entrada en la pubertad y los cambios que estaba experimentando en su rostro habrían llevado a Disney a prescindir de su contrato.

“Según tengo entendido, fue un despido bastante grosero", dijo el actor Billy Gray, antiguo amigo de Discroll, en declaraciones recogidas por EW. "Escuché que se le informó que ya no estaba bajo contrato a través de ellos conduciendo hasta la entrada y se le negó la entrada al estudio. Esa fue su notificación de que ya no lo necesitaban allí".

Sus cambios y el ser todavía percibido como una estrella infantil Disney le dificultaron abrirse hueco en otros estudios, derivando a que desde mediados de los 50 solo trabajara en programas de radio, producciones para televisión como Day is Done o películas menores como The Party Crashers. No le quedó más remedio que abandonar Hollywood, adentrarse en un modo de vida más mundano y matricularse en la escuela pública de la Universidad de West Los Ángeles para continuar sus estudios, donde fue víctima de acoso y burlas. Tampoco fue fácil hace frente a su fallida relación con Marilyn Jean Rush, una joven de 19 años con la que tuvo un hijo y dos hijas tras estar casados entre 1956 y 1960. Como consecuencia, Driscoll se vio arrastrado al consumo de drogas y a un ambiente criminal cuando apenas tenía 17 años.

Como bien señalan artículos de la época de medios como The New York Times, fue arrestado varias veces por posesión de drogas, asalto, robo y fraude y en 1961 se vio obligado a ingresar en rehabilitación. “No estoy muy seguro de por qué comencé a consumir narcóticos. Tenía 17 años cuando experimenté por primera vez con estas cosas. En todo momento estaba usando todo lo que tenía disponible... principalmente heroína, porque tenía el dinero para pagarla", declaraba en declaraciones de la época que también recogen publicaciones como EW. “Realmente no se recuperó de haber sido abandonado por Hollywood", reflexiona también el actor Billy Gray. "Lo golpeó duro. Era un adicto a la heroína. Fue trágico y no había mucho que pudiera hacer al respecto. Era fuerte, inteligente y debería haberlo sabido mejor. Pero esa fue una elección que hizo y no pude disuadirlo".

Bobby Driscoll, circa 1950. (Photo by Getty Images)
Bobby Driscoll, circa 1950. (Photo by Getty Images)

Fue entonces cuando sucedió la tragedia. Tras ser puesto en libertad en 1965, se trasladó a Nueva York con la intención de seguir explorando su carrera artística. Consiguió entrar en los círculos de artistas como Andy Warhol o poetas como Wallace Berman, pero no debieron ser suficientes para cubrir el vacío que la marcha de Hollywood dejó en él y las consecuencias de su adicción a las drogas. El 30 de marzo de 1968, cuando tan solo tenía 31 años, fue encontrado muerto en una vivienda del East Village de Manhattan por dos niños que se encontraban jugando por la zona, un fallecimiento que fue debido a una insuficiencia cardíaca causada por sus adicciones.

Volviendo a Chip y Chop: Guardianes rescatadores, toda esta historia está implícita en el Peter Pan que ejerce de villano de la película. Pero, como decía, por triste y trágico que sea el relato, la película no da con el tono adecuado para su tratamiento. Una persona que fue víctima de las malas prácticas del Hollywood de antaño, que tuvo que lidiar con problemas personales graves y que se vio abocado al peor de los desenlaces posibles, merecía mucho más cuidado y respeto y no ser tratado como una mera referencia dentro de un personaje malvado.

Creo que un guiño a una historia tan trágica como la de Bobby Driscoll merecía ser tratada con claroscuros, con intención de homenaje y con parte de autocrítica desde la propia Disney. Bien es cierto que esta película de Chip y Chop, en su juego de referencias donde aparecen personajes tan impensables como el diseño horrible del Sonic de Paramount o incluso un Batman vs E.T El Extraterrestre, entra a hablar de muchos de los problemas que arrastra la industria de Hollywood, pero al ser una película que acaba tan perdida entre su no parar de guiños y su tono tan nostálgico cualquier intento de crítica se queda en tierra de nadie. Y aún así, creo que en ningún momento se aprecia esta intención en el personaje de Peter Pan, puesto que simplemente te lo presentan como un villano que acaba sumido en la sucesión de bromas cómicas que ocurren durante todo el metraje. Y, personalmente, me parece de una falta de sensibilidad enorme. Y creo que Disney debería haber pensado mucho mejor si era adecuado llevar la película en esta dirección o haber enfocado al personaje de una manera completamente diferente.

Chip y Chop: Guardianes rescatadores está disponible en Disney+ desde el 20 de mayo.

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