DJ Nano nos descubre su lado más personal: 'Voy a ser un padre controlador. Por supuesto'
A punto de cumplir treinta años en la profesión, DJ Nano ha conseguido cosas que ni siquiera se hubiera imaginado. No sólo ha pinchado en lugares de todo el mundo –algunos de los más insospechados–, sino que ha colaborado con artistas que también admira. Su último logro ha sido publicar el primer cómic inspirado en un DJ, Tokyo Madness, en la que el propio Nano es el protagonista y termina enfrentado a alienígenas.
Con motivo del lanzamiento de esta inesperada 'marcianada', hablamos con el DJ, que nos descubre su lado más íntimo, el de José Luis Garana de los Cobos como persona. En ¡HOLA!, recuerda lo difícil que fue su infancia y lo bien que tampoco pintaba su futuro antes de meterse en la música y convertirse en padre. Además, Nano nos cuenta las luces y las sombras de una profesión como la suya.
-No es común que un DJ saque un cómic. ¿Cómo surgió la idea de Tokyo Madness?
-Planeta fue la editorial con la que saqué el libro –se refiere a Al otro lado de la cabina, editado en 2021– e hicimos un trabajo maravilloso. Nos llevamos realmente bien y creo ambas partes coincidíamos en que estaría bien volver a trabajar en algo. No me apetecía otro libro porque ya me había abierto muchísimo, así que surgió la idea de hacer una novela gráfica, un cómic. Cuando cuando salió la palabra cómic, me entusiasmó.
-La historia es auténtica una 'marcianada'.
-Sí, es una 'marcianada' en toda regla. Y eso fue parte de culpa de Rafa, que es el guionista. En un principio, la historia iba a tener villanos y otro tipo de problemas, pero Rafa nos puso sobre la mesa la idea de los alienígenas y hacer un combate intergaláctico de DJs y música. Me pareció superdivertido. Al fin y al cabo, esa es la finalidad del cómic, que la gente pase un rato divertido.
-Además, el cómic incorpora cosas de tu vida real. Por ejemplo, aparece tu hijo, Travis.
-Cuando empecé a diseñar un poco el guion y pensar en los dibujos, ya tenía muy claras algunas cosas, como mezclar la ficción con mi vida real. Por eso, hay muchos personajes que son reales, como la gente que me acompaña a los viajes, la gente de la oficina, mi mujer y, por supuesto, mi hijo. Me hace mucha ilusión que salga porque él tuvo una reacción muy bonita cuando le comenté que iba a hacer un cómic. Le entusiasmó. Desde muy pequeñito, dibuja muchísimo y, cuando le conté la idea, se fue a su habitación a dibujar. Al cabo de un tiempo, mi hijo me trajo unos bocetos y me contó sus ideas. Le vi muy, muy involucrado y muy ilusionado, así que decidimos que uno de los personajes fuera él.
-Los dibujos de Tokyo Madness los firma Bea Gutiérrez. ¿Qué tal dibujas tú?
-Realmente, mal. Ahí no sé de quién ha salido mi hijo, porque soy bastante malo dibujando. Soy muy creativo en otras cosas, pero, en el dibujo, nada, nada. Ni mucho menos es uno de mis fuertes.
-Llevas casi 30 años pinchando.
-El otro día hicimos el cálculo y son 29 desde que tuve mi primer sueldo como disc jockey. En mayo se cumplirán 30 años de la primera vez que tuve un flyer con mi cara y mi nombre.
-Cuando echas la vista atrás y ves todo lo que has conseguido, ¿qué se te pasa por la cabeza?
-Me siento muy afortunado. Todo esto surgió por una pasión y se convirtió en mi forma de vida. Le debo mucho a esta profesión porque tengo una vida llena de momentos maravillosos.
-De todo lo que has conseguido, ¿de qué te sientes más orgulloso?
-De poder trabajar en aquello que una vez creí. Sobre todo, la figura de un DJ que tenemos ahora no tiene que ver con la que había antes. He vivido ese crecimiento de la figura artística del DJ, que yo vengo de cuando se nos llamaba pinchadiscos y lo que hacíamos era mezclar dos canciones. Haber sido testigo y haber formado parte de esa evolución es una cosa de la que me siento muy, muy orgulloso.
-Tienes 47 años. ¿Te ves pinchando toda la vida o tienes algún plan B?
-Creo que voy a pinchar siempre. En estas profesiones tan pasionales lo que te va bajando es la salud, el físico o la cabeza. Ahora, estoy a tope, en un momento estupendo de forma y de gana, así que no veo el fin. ¿Y planes B? Efectivamente, hago muchas más cosas aparte de pinchar. Esta profesión también me ha llevado a tener otras líneas de negocio y de trabajo.
-¿Cómo cuáles?
-Por ejemplo, la promoción de eventos. Hacemos eventos muy potentes también para otros artistas. También estoy en temas de ropa y en algo de hostelería. Tengo bastantes cosillas por ahí.
-Una de las peores cosas de pinchar será que trabajar cuando el resto disfruta de su tiempo libre o está de vacaciones. No sé si sientes que te has perdido, algo de lo que te arrepientas.
-Ahora que echo la vista atrás, no es que me arrepienta, pero sí me doy cuenta que no tuve una adolescencia y unos primeros años de juventud normales. Mientras que todo el mundo aprovechaba los fines de semana para salir con amigos o hacer viajes, yo me dediqué a trabajar. Los momentos que más he trabajado han sido los que ha dedicado la gente a su ocio. La profesión, como todas, tiene sus cosas buenas y malas.
-¿Cuál ha sido la mayor 'marcianada' que has hecho como DJ?
-Muchas. Por ejemplo, pinchar en una grúa a más de 200 metros de altura y lleno de arnés para hacer vídeos. He pinchado en todas las situaciones que te puedas imaginar.
"Creo que voy a pinchar siempre. En estas profesiones tan pasionales lo que te va bajando es la salud, el físico o la cabeza. Ahora, estoy a tope, en un momento estupendo de forma y de gana, así que no veo el fin"
-Este verano, animaste la boda de David Summers. Habrás trabajado en lugares que jamás te hubieras imaginado.
-En todo tipo de eventos, tanto públicos como privados. Los que más me han sorprendido han sido públicos, como Tomorrowland o el Festival Ultra, de Miami, que es el festival número uno para cualquier artista… Pinchar en el escenario principal es una meta que se me había ocurrido nunca. Luego, la profesión me ha llevado a conocer a gente a la que he admirado durante toda mi vida y que, a día de hoy, son mis amigos, como es David y todos los integrantes de Hombres G. Son regalos que te da la vida.
-¿Alguien que te haya sorprendido ver en tus sesiones?
-Muchísima gente. Me acuerdo de cuando estuve pinchando un buen rato para Bruce Willis. Era como 'guau'. He pinchado para muchas personalidades muy conocidas de nuestro país y también de fuera. En las fiestas privadas, he visto a gente que no te esperas o ni te imaginas ver en una pista de baile… Gente de dentro de la política o que vemos precisamente en ¡HOLA! Es chocante pero muy guay.
-Me pones los dientes largos. ¿No puedes decir ningún nombre?
-Al ser eventos privados, se tienen que quedar en la privacidad.
-Si tu hijo te dijera que quiere ser DJ, ¿qué le dirías?
-Estaría encantado. Ahora está en esa edad en la que todavía no sabe lo que quiere ser. Es un chico que le va fantásticamente bien en el colegio y se relaciona realmente bien. Es un tío muy feliz. Cuando tenga claro lo que quiera hacer, su familia y yo estaremos para ayudarle y apoyarle. Que sea feliz, que esa es la finalidad.
-Mejor que nadie, sabes cuáles son los peligros de la noche. Ahora tu hijo tiene doce años, pero, cuando sea adolescente, ¿serás un padre controlador?
-Sí, voy a ser controlador. Por supuesto. Su familia y yo estamos muy pendientes de su desarrollo. Miedos hay, por supuesto, pero no ya por el mundo de la noche, sino por la sociedad en general. Cuando yo era muy jovencito, me junté con quien no debía y eso me llevó a tener problemas. Conozco perfectamente los problemas, pero hay que lidiar con ello y llevarlo lo mejor posible. También estoy muy pendiente del crecimiento de mi hijo para apoyarle y darle buenos consejos.
-¿Cómo compaginas tu trabajo de DJ con esta faceta de padre? Viajando tanto, te resultará difícil.
-Tengo la suerte de que puedo llevar y recoger a mi hijo al colegio gran parte del año. También puedo ocuparme de él en momentos cuando muchas familias no pueden por sus trabajos. Pero también están las giras internacionales, que han hecho que pase mucho tiempo fuera de casa. Sin embargo, con los años aprendes a hacer esas cosas internacionales en periodo más reducido, para no estar tantos días fuera. Hice un click el día que mi hijo aprendió a nadar y yo me encontraba en Asia. Perderme algo tan importante hizo que yo cambiara. Por ejemplo, pasé de irme a Japón tres semanas a llegar a pinchar en Tokio y volverme al día siguiente.
"Si mi hijo me dijera que quiere ser 'dj' estaría encantado. Ahora está en esa edad en la que todavía no sabe lo que quiere ser. Es un chico que le va fantásticamente bien en el colegio y se relaciona realmente bien. Es un tío muy feliz"
-Ya confesaste que tuviste una infancia difícil por tu madrastra. ¿Qué aprendiste de la experiencia que te hayas aplicado como padre?
-Siempre tuve muy claro que, si tuviera hijos, haría todo lo posible para que fueran muy felices. Tengo muy claro lo que es ser un niño infeliz y, sobre todo, lo que afectan los problemas que tuve yo para el crecimiento y el desarrollo. Me siento muy contento de tener un hijo feliz, un hijo normal. Como bien has dicho, tuve una etapa muy complicada y, gracias a Dios, salió bien porque encontré un camino. Pero, perfectamente, podría haber salido muy mal. De hecho, en su día, pintaba que no me iba a ir muy bien en la vida.
-Siempre dices que la música te ha salvado. ¿Dónde crees que estarías de no haber sido DJ?
-Pues no lo sé… Antes de ser disc jockey, me fui de voluntario a la Legión y quería ser militar. Al vivir en el barrio de Moncloa, siempre estuve rodeado de militares. También por familia. O, a lo mejor, me hubiera dedicado a la publicidad, el marketing o vete a saber… Lo mismo, los derroteros de la vida me habrían llevado por caminos complicados. No lo sé. Por suerte, encontré la música.
-Parece que la vida de un DJ consiste en irse de fiesta y viajar mucho, pero también hay mucha soledad y problemas de los que nadie habla. El caso más dramático es el de Avicci –que se suicidó en 2018–. ¿Cómo se logra mantener la estabilidad emocional con una profesión así?
-No es fácil, pero se puede llevar. En mi caso, la intensidad de trabajo me fue llegando poco a poco. De esta forma, acabas siendo profesional, aprendes a llevarlo y a tener buenos hábitos de vida. Creo que los problemas vienen cuando las cosas llegan de golpe. Ahí no sabes asimilar muy bien lo que te está ocurriendo y tomas malas decisiones. Mi caso ha sido, más o menos, fácil. Es decir no me ha costado tener buenos hábitos y poder llevar mi profesión de una forma correcta.
-Siempre has dicho que nunca has tenido problemas con la droga. ¿Cómo se dice no estando tan presente en la noche?
-Diciéndolo… No sé. Efectivamente, la hay, pero nunca ha ido conmigo o me ha atraído. Me gusta más la parte cultural y la parte del trabajo que la parte de la juerga que hay alrededor.
-¿Cómo aguantas toda la noche?
-Es fácil, durmiendo bien. Es verdad que tengo la suerte de aprovechar bien las horas de sueño. Si actúo a las cuatro mañana, duermo hasta las dos y media, me doy una ducha y me voy a la sala o al festival. Después, según termino, me voy corriendo otra vez al hotel a descansar porque, al día siguiente, posiblemente tenga un avión u otra actuación.
-Además de DJ, has producido canciones. ¿Tienes colaboración soñada?
-He tenido la suerte de conocer a muchos artistas que han acabado siendo amigos y colaborando con un montón de ellos, llevando su música a mi terreno, al de la electrónica. Este año me he quitado la espinita de editar algo con Hombres G y con Dani Martín, que hay una remezcla en su último disco. Son amigos, pero, sobre todo, es gente a la que admiro muchísimo. Por ambas cosas, me ha hecho mucha ilusión trabajar con ellos.
-En 2020 fuiste una de invitados a un encuentro en La Zarzuela con Felipe VI y Letizia. ¿Cómo recuerdas ese día?
-Fue muy bonito. Más allá de por supuesto poder estar con los Reyes, fue un honor grande para mí, y creo que para toda la industria de electrónica, que el Ministerio de Cultura creyera que un DJ fuera representante de la cultura española. Había veinticinco o veinte personas y ese año decidieron incorporar a un disc jockey. Fue un logro maravilloso de esta profesión y esta industria, que claro que es cultura.
-¿Te preguntaron algo los Reyes que te llamara la atención?
-La verdad es que no. Fue un encuentro muy, muy rápido y muy agradable. Al producirse en pandemia, allí se hablaba de la pandemia. Pero fue muy agradable y un recuerdo muy bonito.