Dueños de mascotas se consideran padres de sus perros y gatos, según estudio

Una investigación sugiere que los dueños de mascotas sienten realmente el mismo nivel de devoción por ellas que los padres por sus hijos.

Según un estudio, los dueños de animales de compañía sin hijos muestran un nivel de cuidado y apego a sus mascotas similar al de los padres por sus propios hijos, aunque de forma específica para cada especie.

Los resultados se se dan a conocer en momentos que los dueños de mascotas de todo el país gastan miles de millones de dólares en sus animales, en comida y regalos, medicamentos, atención veterinaria y mucho más. Según un reporte publicado por la American Pet Products Association, los estadounidenses gastaron $123,600 millones en sus mascotas en 2021, un aumento de $23,000 millones con respecto al año anterior.

Según el estudio de septiembre de 2021, realizado por Shelley Volsche, profesora adjunta de Antropología en la Universidad Estatal de Boise, “es un rompecabezas evolutivo” que la gente elija criar animales en lugar de tener sus propios hijos.

La necesidad de criar es crucial para el bienestar emocional y social de la gente, y las personas que deciden no tener hijos pueden satisfacer esa necesidad cuidando de animales en su lugar, sugiere el estudio.

Esta idea parece bastante evidente: la gente se refiere a sí misma como “padres de mascotas”, usando frases como “papá de perro” o “mamá de gato” para describir sus relaciones con sus mascotas.

Al mismo tiempo, estas personas se aseguran de reconocer la diferencia entre el cuidado de un animal y el de un niño, y tratan de satisfacer las necesidades específicas del animal, escribió Volsche para The Conversation. Los dueños de mascotas sin hijos también son más propensos a reconocer a los animales como individuos con sus propias emociones y pensamientos, informó el medio.

“Aunque los detalles puedan parecer muy diferentes —asistir a clases de adiestramiento en lugar de a funciones escolares, o dar paseos a los perros en lugar de llenar libros para colorear a los niños—, ambas prácticas cumplen la misma función evolutiva”, escribió Volsche. “Tanto si se trata de un niño como de una mascota, las personas satisfacen la misma necesidad evolutiva de cuidar, enseñar y amar a otro ser que siente”.