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Dura pulseada por el futuro de Pesce en el BCRA: ¿podrá Alberto Fernández retener su último bastión de poder?

La continuidad de Miguel Pesce al frente del Banco Central más allá del próximo mes amenaza con volver a tensionar el clima interno del Gobierno con una discusión reglamentaria sobre su mandato, en medio del apoyo político del presidente Alberto Fernández y las presiones en contrario del ministro de Economía, Sergio Massa, y la vicepresidenta Cristina Kirchner, cuyo rol en el Senado es clave.

Pesce está en la mira de CFK desde hace meses. Su espacio político nunca ocultó el malestar de la vicepresidenta con el manejo del Banco Central por la fuerte caída de las reservas de dólares. La reorganización del Gabinete a partir del desembarco de Massa reavivó las dudas sobre su continuidad en la entidad, pero Fernández lo respaldó para seguir.

Sin embargo, el mandato de 6 años que establece la Carta Orgánica del Banco Central para el presidente de la entidad, sumado al decreto con el que Fernández designó a Pesce en 2019 sin precisar la fecha de finalización de sus funciones y a la negativa de Cristina Kirchner a darle el correspondiente acuerdo del Senado, abrieron nuevamente las dudas.

Distintas fuentes del oficialismo consultadas por iProfesional deslizaron que Massa quiere hacer cambios en el directorio de la entidad y reemplazar a Pesce, a la vez que señalaron que "Alberto (Fernández) lo banca sí o sí". Allí asoma una tensión política vinculada no solo al manejo de una economía en crisis sino a la situación del propio Presidente.

Y es que Alberto Fernández aceptó la reorganización general de su gobierno bajo la presión de Cristina Kirchner, de Massa y de la Liga de los Gobernadores, en lo que fue una pérdida de terreno político hacia adentro de la alianza Frente de Todos. En ese contexto, Pesce sería uno de los últimos bastiones del jefe de Estado ante el avance de sus socios sobre la gestión.

En ese marco cobra relevancia la discusión reglamentaria que tiene como telón de fondo la duración de 6 años del cargo de presidente del Banco Central. La teoría y los antecedentes recientes sugieren que Fernández debería firmar a fines de septiembre un nuevo decreto si quiere mantener a Pesce en el puesto. Otra interpretación sería que podría permanecer en el puesto hasta 2025.

Alberto Fernández sostuvo a Pesce en medio de la crisis política pero se encamina a una nueva pulseada por el cargo

Miguel Pesce en el Banco Central: ¿el último bastión de Alberto Fernández?

La renovación del Gabinete nacional fue el último intento por terminar con la durísima pelea pública entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con Massa como garante de una paz cuyo objetivo es asegurar la continuidad de la gestión y aplacar la crisis político-económica que había dejado al Gobierno en una grave situación de debilidad.

En ese proceso, Massa y Cristina Kirchner se repartieron las áreas clave para el manejo de la economía. Alberto Fernández (que había apoyado hasta último momento al renunciado Martín Guzmán) se conformó con mantener a Pesce, uno de los funcionarios de su confianza, y resistir el avance sobre el Banco Central, especialmente por parte de la vicepresidenta.

"Creo que Alberto va a resistir todavía un poco más", aventuró un operador del oficialismo en el Senado, donde la situación de las autoridades del Banco Central siempre generan expectativa por ser la Cámara encargada de avalar esos nombramientos, a pesar de que el directorio puede ejercer sus funciones "en comisión", es decir, sin acuerdo del Senado.

Esa es la situación en la que está Pesce, debido a que Alberto Fernández envió su pliego a la Comisión de Acuerdos del Senado el 27 de diciembre de 2019 pero ese cuerpo, encabezado por una senadora de estrecha confianza de Cristina Kirchner como es Anabel Fernández Sagasti, lo "cajoneó".

Dudas sobre la continuidad de Pesce: ¿qué podría hacer el Presidente?

El Presidente mandó el pliego de Pesce al Senado luego de nombrarlo en el cargo a través del decreto 29/2019 que firmó un día después de asumir la Presidencia. "Desígnase en comisión, Presidente del Banco Central de la República Argentina al Licenciado D. Miguel Ángel Pesce", dice la medida, que no especificó hasta cuándo.

Esta situación es distinta a la de otros miembros del directorio de la entidad designados entre 2019 y 2020 a través de decretos que le pusieron como fecha final de su gestión el 23 de septiembre de 2022, por ejemplo el vicepresidente, Sergio Woyecheszen, y la directora Claudia Berger. En tanto, otros integrantes del directorio -que se renueva por mitades- terminan el 23 de septiembre de 2025.

Massa está interesado en reemplazar a Pesce y se suma a la presión de Cristina Kirchner

Es allí donde aparecen las dudas reglamentarias en torno a la finalización del mandato de Pesce que, en teoría, llegó a la entidad a completar los 6 años para los que había sido designado Federico Sturzenegger en 2016, durante la gestión del ex presidente Mauricio Macri.

Sturzenegger fue nombrado titular del Central "en comisión" por decreto en diciembre de 2015 y como venía a completar el mandato inconcluso de la gestión previa, hubo un nuevo decreto el 23 de septiembre de 2016. En noviembre de ese año el Senado aprobó finalmente su pliego, siendo el último presidente de la entidad en tener ese aval que exige la ley.

El decreto de 2016 ratificó a Sturzennegger en el cargo hasta el 23 de septiembre de 2022 y el acuerdo del Senado validó ese mandato de 6 años, pero la crisis de deuda 2018 eyectó a Sturzenegger del Banco Central y su lugar fue ocupado primero por Luis Caputo y después por Guido Sandleris. Ninguno de los dos tuvo el aval del Senado.

La designación de Pesce en 2019 tras la llegada de Alberto Fernández a la Presidencia de la Nación se dio como consecuencia de aquel mandato inconcluso de Sturzenneger, Caputo y Sandleris y los antecedentes de este tipo de situaciones indican que el jefe de Estado debería firmar un nuevo decreto para retenerlo, en medio de las presiones de sus socios.

Los antecedentes que complican los planes de Fernández y Pesce

En 2010, durante la presidencia de Cristina Kirchner, se desató un escándalo en el Banco Central porque Martín Redrado, titular de la entidad desde 2004, se negó a cumplir con una orden del Gobierno y defendió la "independencia" que teóricamente tiene la autoridad monetaria.

Con asistencia del Congreso Cristina Kirchner removió a Redrado y designó en su lugar a Mercedes Marcó del Pont, en febrero de 2010. En abril de ese año el Senado aprobó su pliego en una sesión cargada de polémica (fue clave la abstención del riojano Carlos Menem) y confirmó el mandato de Marcó del Pont hasta 2016.

Cristina Kirchhner es la principal rival del presidente del Banco Central y tiene trabado su pliego en el Senado desde 2019

No obstante, en medio de una reorganización del área económica Cristina Kirchner reemplazó a Marcó del Pont por Juan Carlos Fábrega en 2013, a su vez reemplazado por Alejandro Vanoli en 2014 hasta el final del mandato de la hoy vicepresidenta en 2015.

Precisamente el mandato de 6 años inconcluso que había empezado con Marcó del Pont fue lo que obligó a Macri a ratificar por decreto en 2016 a Sturzenneger. Estos antecedentes son los que justificarían que Alberto Fernández necesite de un nuevo decreto para mantener a Pesce.

No obstante, la existencia de directores del Banco Central con mandato hasta 2025 pone sobre la mesa la interpretación de que Pesce, ingresado en 2019, debería estar en ese pelotón y no en el de los funcionarios que concluyen en septiembre de este año.

La discusión reglamentaria estará íntimamente ligada al tema político central: si Fernández podrá o no retener a Pesce para no ceder más terreno a Massa y Cristina Kirchner en un área tan importante para el contexto económico actual como es el Banco Central.

El presidente del BCRA, en la mira

Las tensiones alrededor de la figura de Miguel Pesce no son nuevas. El presidente del Banco Central había tenido una relación tirante con Guzmán que solo se empezó a encauzar en el último mes de gestión del ministro más criticado por Cristina Kirchner.

Pese a ello, la vicepresidenta nunca vio con buenos ojos al titular de la máxima entidad monetaria. Prueba de ello fue que su pliego está congelado en el Senado desde que entró en 2019, mucho antes de que estallara la disputa pública con Alberto Fernández. Cristina Kirchner le atribuye inoperancia al funcionario para administrar a la autoridad bancaria.

"Hay un deporte nacional por apoderarse de las reservas del Central", le había dicho la vicepresidenta al Presidente durante el acto por los 100 años de YPF que compartieron en junio pasado, en un tiro directo a Pesce.

Además, el presidente del Banco Central fue uno de los que trabó el proyecto del kirchnerismo para modificar el secreto bancario, fiscal y bursátil. Pesce le advirtió al bloque oficialista de senadores que esa medida podría desatar una corrida bancaria importante y con ello metió dudas en la bancada, que decidió dejar la iniciativa en stand by.