Anuncios

El buen perder de Javier Cámara en los Premios Feroz

Sabes que lo de a la tercera va la vencida no tienen ninguna base estadística, ¿verdad, Javier? Le decía anoche al actor al comienzo de la gala de entrega de los Premios Feroz Silvia Abril, la presentadora de la misma, a Javier Cámara, nominado por Truman. Dicho y hecho. Nada más cierto. Ganador en el Festival de San Sebastián ex aequo junto a Ricardo Darín, el protagonista de Hable con ella volvía a estar nominado con los votos de un sector de los críticos e informadores cinematográficos, que son quienes entregan estos premios. Era su tercera vez –es un clásico ya– y tampoco se lo llevó.

(Foto: Premios Feroz)

Aunque a diferencia de las dos veces anteriores, por Vivir es fácil con los ojos cerrados y La vida inesperada, en esta ocasión sí subió al escenario a recoger la estatuilla. Claro, que no era para él, sino para su compañero de reparto, Ricardo Darín, premiado y ausente al encontrare rodando en Argentina. Darín ganó y Cámara subió a recoger el premio en su nombre. Podría haberlo hecho cualquier otro miembro del equipo, pero lo hizo él y dio toda una lección de buen perder.

Se río de la situación. Recordó los momentos previos cuando se ponía el traje y se acordaba de un monólogo de Rowan Atkinson en el que este se subía a recoger el premio de otro actor. Y bromeó con la posibilidad de quedarse el premio porque, después de todo, era su cumpleaños. Lo cierto es que habría sido un bonito regalo por su cincuenta aniversario. Pero la votación quiso que no fuese así y tuvo que conformarse con un pequeño momento de gloria en el escenario, una de las ovaciones más fuertes de esta edición y un cumpleaños feliz cantado a coro al que él mismo acabó por sumarse.

(Foto: Premios Feroz)

No tuvo estatuilla ero sí el cariño y reconocimiento de la profesión, la suya y la de los que escriben de cine, dando toda una lección de buen rollo, ese que transmite Truman. Unos premios aún jóvenes que se han hecho un hueco en el panorama cultural español a base de buen humor, galas cortas y el apoyo de los rostros más conocidos del séptimo arte. Si en la primera edición Pedro Almodóvar sorprendió con su asistencia, anoche fue una Penélope Cruz impecable con su abrigo blanco e hipersolicitada quien se dejó ver en las mesas que sustituyen al patio de butacas. Estaba nominada por Ma ma.

No tuvo premio, como Javier Cámara. Se lo quedó Inma Cuesta por La novia. Porque anoche fue la gran noche de esa adaptación de Bodas de sangre de Lorca orquestada por Paula Ortíz que ha maravillado a una gran parte de la crítica. Se llevó seis de los trece premios que se entregan: película dramática, dirección, música, actriz protagonista, actriz de reparto y tráiler –entregado a Roberto Bra, el ganador más joven de esta edición con solo 24 años–. La sorpresa fue el triunfo de El negociador como mejor comedia. Ni siquiera Borja Cobeaga, su director y guionista, se lo esperaba. A los Feroz le gustan las propuestas arriesgadas, diferentes.

(Foto: Premios Feroz)

La gala, conducida por una Silvia Abril que tiró de tablas televisivas para derrochar humor y agilidad de ritmo, estuvo plagada de momentos divertidos. Desde el ‘acoso’ al que la presentadora sometió a Mario Casas y Luis Tosar, objetos de su deseo, al cameo en un vídeo de Andreu Buenafuente o la aparición sorpresa de Javier Sardá para hacer entrega a su hermana Rosa María del premio de honor de este año tras José Sacristán y Concha Velasco. Genio y figura esta Sardá que puso al respetable en pie, a sus pies.