El motivo desconocido por el que a algunos le entran ganas de comer tierra, arcilla o hielo

Se trata de un reflejo involuntario que podría responder a un posible desorden nutricional e incluso ser (teóricamente) saludable para algunas personas

Comer tierra es una práctica muy arraigada en pueblos asiáticos, africanos y americanos; algunos creen que podría suplir la carencia de ciertos minerales como el hierro, y que calmaría dolores gástricos. ¿Qué hay de cierto? (Foto: Getty)
Comer tierra es una práctica muy arraigada en pueblos asiáticos, africanos y americanos; algunos creen que podría suplir la carencia de ciertos minerales como el hierro, y que calmaría dolores gástricos. ¿Qué hay de cierto? (Foto: Getty)

Sufrir cansancio a menudo, tener la piel pálida, las uñas quebradizas, dificultades para concentrarse en las tareas diarias o sentir ansia de comer productos no alimenticios como tierra, arcilla o hielo serían los importantes (e impactantes) efectos que pueden tener algunos trastornos de salud sobre las personas que los padecen.

En realidad, son síntomas de déficit de hierro y anemia, un problema que padecen (sin saberlo) un tercio de los habitantes del mundo y que está considerado como un marcador de pronóstico negativo y el “primer signo de alarma” de enfermedades crónicas.

Así, son muchas las patologías que acusan la falta de hierro. Se conoce su relación, entre otras, con la insuficiencia renal crónica, las enfermedades inflamatorias intestinales (enfermedad de Chrön y colitis ulcerosa) o la insuficiencia cardíaca.

No es recomendable en absoluto pero existe la creencia (no avalada por la ciencia) de que masticar hielo podría ayudar a la absorción de toxinas acumuladas por la comida y aportar minerales al organismo. (Foto: Getty)
No es recomendable en absoluto pero existe la creencia (no avalada por la ciencia) de que masticar hielo podría ayudar a la absorción de toxinas acumuladas por la comida y aportar minerales al organismo. (Foto: Getty)

Aunque cualquier persona puede tener déficit de hierro, afecta especialmente a niños menores de cinco años, preadolescentes, mujeres embarazas y mujeres pre-menopáusicas.

Y esa deficiencia podría llegar a provocar impulsos involuntarios como meterse un puñazo de tierra en la boca o masticar hielo, ¿por qué? Un estudio de Universidad de Cornell en Ithaca (Nueva York) publicado en The Quarterly Review Biology mantiene que la hipótesis nutricional está detrás de este trastorno conocido como geofagia.

En el caso concreto de las mujeres y los niños, la falta de hierro“puede tener efectos importantes sobre su salud y su calidad de vida. Hay muchos estudios que relacionan el déficit de hierro con un mayor riesgo de infecciones urinarias durante el embarazo, de afección de la placenta, de nacimiento de niños de bajo peso y de trastornos de aprendizaje hasta los 5 años de edad”, explica el Dr. José Antonio García Erce, hematólogo y responsable del Banco de Sangre de Pamplona.

Además, se conoce su relación con la fragilidad de uñas y pelo, problemas de concentración, irritabilidad, menos rendimiento escolar e intelectual, menor rendimiento deportivo, e incluso explicaría parte del comportamiento de los adolescentes.

En cualquier caso, las consecuencias del déficit de hierro varían de una persona a otra, pero pueden producir un deterioro global de la salud y del bienestar en general. Aunque no provoque anemia, el déficit de hierro puede ser debilitante, exacerbar una enfermedad crónica subyacente e incrementar la morbilidad y la mortalidad.

Por ejemplo, en los niños, el déficit de hierro puede alterar de forma importante el desarrollo cognitivo y motor. Por tanto, como advierte el Dr. Miguel Montoro, gastroenterólogo responsable de formación de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), “hay que concienciarse sobre las graves consecuencias del déficit de hierro, una enfermedad que es el principal déficit nutricional a nivel mundial”.

La falta de hierro es el trastorno nutricional más común en el mundo. Los vegetales de hoja verde, la carne roja y las legumbres te ayudarán a combatirlo. (Foto: Getty)
La falta de hierro es el trastorno nutricional más común en el mundo. Los vegetales de hoja verde, la carne roja y las legumbres te ayudarán a combatirlo. (Foto: Getty)

Hasta el 25 por ciento de la población mundial padece anemia, la cual afecta tanto a la capacidad física como psíquica o intelectual. Y el déficit de hierro es su principal causa. “En los últimos años se ha demostrado la relación del déficit de hierro, no sólo con un mayor riesgo de desarrollar una anemia o una recaída, sino además con una peor calidad de vida, mayor riesgo de infecciones, mayor riesgo de partos prematuros o neonatos de bajo peso”, indica el especialista.

La principal causa de déficit de hierro son las patologías digestivas al repercutir sobre la absorción de micronutrientes o conllevar pérdida de sangre en las heces. “Tal es el caso, entre otras, de la enfermedad celiaca (enfermedad intestinal crónica más frecuente), la intolerancia al trigo no celiaca, la enfermedad inflamatoria intestinal o los tumores del tubo digestivo, especialmente el cáncer de colon”, afirma el Dr. Montoro.

Si quieres reducir las posibilidades de tener anemia cuida tu dieta incluyendo alimentos ricos en hierro como los cereales integrales, espinacas, filete de ternera, paté de hígado o vísceras como riñones. ¿Picoteos que te ayudan? Unas almejas, un puñado de pistachos… Y si vas a tomar legumbres como lentejas o garbanzos, prepara una guarnición de arroz o un sofrito de tomate y pimiento.

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