El menú de Navidad que cuida tus órganos vitales (¡y lleva carne roja!)

Lo que comemos además de hacernos sentirnos bien o mal, tanto física como emocionalmente, puede proteger o dañar nuestro organismo. Esta propuesta es buena para el corazón y el cerebro

Junto con los lasgostinos, el marisco de concha es uno de lo más demandados estas fiestas. (Foto: Getty)
Junto con los lasgostinos, el marisco de concha es uno de lo más demandados estas fiestas. (Foto: Getty)

Si todavía estás dándole vueltas a lo que pondrás para comer o cenar estas navidades, echa un ojo a esta propuesta y adáptala a los gustos de tu familia y amigos. Antes de hablarte de ingredientes y platos quiero recordarte lo importante que es un paso previo: el de la compra. Además de la calidad de la materia prima conviene fijarse en la procedencia de los alimentos que adquirimos. Y no volverse loco, lo caro y lo fresco no siempre es lo mejor.

Con el mismo mimo que pones la mesa, así debes elegir los platos con los que agasajarás a tus invitados. Intenta que prime la calidad frente a la cantidad. (Foto: Getty)
Con el mismo mimo que pones la mesa, así debes elegir los platos con los que agasajarás a tus invitados. Intenta que prime la calidad frente a la cantidad. (Foto: Getty)

Marisco, carnes rojas, vino tinto, chocolate, frutos secos… Es imposible pensar en diseñar un menú navideño que no contenga alguno de estos ingredientes.

Estos alimentos, además de formar parte de las recetas que se suelen consumir en estas fechas tan especiales, tienen un denominador común: todos ellos cuentan entre sus ‘ingredientes’ con el cobre, un micronutriente esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo y que hace que los menús de Navidad sean, además de apetitosos, saludables y equilibrados.

Si te pasas con la contundencia de los entrantes, pondrás en aprietos a los comensales. Mejor abrir boca con pequeños y ligeros bocados. (Foto: Getty)
Si te pasas con la contundencia de los entrantes, pondrás en aprietos a los comensales. Mejor abrir boca con pequeños y ligeros bocados. (Foto: Getty)

Placeres del mar

Entre los mariscos, que son una de las principales fuentes de cobre, destacan principalmente por su concentración de este nutriente las ostras, los calamares, la langosta, el pulpo o los cangrejos.

Otros alimentos ricos en cobre cuyo consumo también es habitual en estas fechas son las carnes rojas, las verduras, los frutos secos, el chocolate negro y las frutas deshidratadas (ej. ciruelas, pasas, orejones, higos…).

Sí, ¡se puede comer de todo! Incluso carnaza. Unicamente hay que controlar las cantidades, elegir los platos principales con cabeza (en función del horario de las comidas y cenas) y… ¡no repetir! Controlar las ansias de comer demasiado te ayudará a aguantar todas las comilonas sin ponerte malo.

Asimismo, el vino tinto, cuyo consumo también se incrementa en estos días señalados para brindar por los buenos deseos y propósitos de Año Nuevo, es otra fuente natural de cobre. Y de nuevo la moderación (y el no meclarlo con otras bebidas) es clave para no sufrir las temidas resacas.

¿Y cómo se pueden casar todos estos alimentos? Pues con una completa y sencilla propuesta navideña como esta que te traigo, elaborada por expertos en nutrición del Instituto Europeo del Cobre; prodría ser una buena opción para la comida o la cena de Nochebuena o el día de Navidad.

(Foto: Insituto Europeo del Cobre)
(Foto: Insituto Europeo del Cobre)

Así te sentará

Una ingesta adecuada de cobre es esencial para el correcto funcionamiento de órganos vitales como el corazón o el cerebro, y para varios de los principales sistemas de nuestro organismo, como pueden ser los sistemas inmunitario, circulatorio, óseo y nervioso.

Entre los beneficios de incluir una ingesta diaria de cobre dentro de una dieta sana y equilibrada, se encuentra la prevención de enfermedades como la anemia, la hipertensión, la osteoporosis o los niveles altos de colesterol.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que una dieta equilibrada debe incluir como mínimo 1 miligramo de cobre al día para evitar cualquier problema de salud asociado a una deficiencia de cobre. De igual manera, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), recomienda una ingesta diaria de 1,3 miligramos de cobre para los adultos y de 1,5 miligramos para las mujeres embarazadas o en lactancia.

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