El placer (gastronómico) con el que sorprenderás a tu pareja

Relegado a los postres, este alimento ‘afrodisíaco’ (mucho más valorado fuera de nuestro país) tiene mucho que aportar a tu platos y a tu salud. ¡Sácale partido!

Cocinar juntos es una buena manera de sentirnos más cerca de nuestra pareja, reforzar vínculos y, de paso, comer mejor. (Foto: iStock)
Cocinar juntos es una buena manera de sentirnos más cerca de nuestra pareja, reforzar vínculos y, de paso, comer mejor. (Foto: iStock)

No voy a negar que lo de las fresas y el cava suele funcionar, pero lo realmente seductor es mostrarle a tu pareja que puedes salir de tu zona de confort y preparle un delicioso ‘Terciopelo de manzana y cava’ o unos ‘Aguachiles de gambas’ (luego te cuento dónde encontrar las claves para prepararlo).

Y es que cocinar en pareja enciende la pasión y es una de las experiencias que más enriquecerán tu relación, porque el hombre o la mujer que cocina bien (¡o al menos lo intenta!) demuestra tener calidad de vida, además de sentido de la salud y amor por el hogar. Vamos que ponerse al mando de los fogones se considera como una afición realmente atractiva.

Por eso hoy quiero hablarte de Los secretos del cava, de Planeta Gastro. Como vino que es, el cava se considera un alimento, y como tal, por las cualidades de sus componentes, está reconocido como un elemento de la dieta mediterránea con propiedades beneficiosas (siempre que se tenga en cuenta la moderación en su consumo). Sí, ya sé que este tema es un poco lioso porque una copa al día tiene beneficios cardiovasculares pero otros estudios aseguran que es tóxico y aumenta la probabilidad de contraer algunas enfermedades, como el cáncer. Por eso, en la moderación está la clave.

Desecha la idea de que el cava es solo para brindar en ocaciones especiales. (Foto: Getty)
Desecha la idea de que el cava es solo para brindar en ocaciones especiales. (Foto: Getty)

Más que un excitante sexual

Como a muchas otras bebidas, al cava se le conoce por sus efectos estimulantes de la libido, y aunque el vino tinto se ha considerado siempre más saludable por su mayor contenido de polifenoles, cada vez hay mayores evidencias científicas de los efectos protectores del vino blanco y los espumosos elaborados mediante el método tradicional con segunda fermentación en botella: el cava en España o el champagne en Francia.

El cava es una bebida alcohólica de baja graduación que pertenece al subgrupo de los vinos espumosos, caracterizados por el añadido de CO2 durante una fase de su elaboración que se conoce como la segunda fermentación en botella. Esta se llena con vino base y se incorpora una mezcla de azúcar y levaduras vínicas que, al fermentar, producen la espuma propia del cava. Haciendo uso de un consumo moderado y no generalizado, este vino puede ser un gran aliado de un estilo de vida saludable.

La mayoría de componentes provienen de la uva y su proceso fermentativo, y entre ellos, cabe destacar los polifenoles (no alcohólicos) , muy beneficiosos para el organismo por sus cualidades antioxidantes (mayores, según estudios in vitro, que las de las vitaminas E y C). Proporcionan hidrógeno o electrones y atrapan radicales libres, deteniendo el proceso de oxidación.

Además, debido a su alto contenido en polifenoles, compuestos biosintetizados por las plantas con propiedades antioxidantes, ayuda a retrasar el envejecimiento, prevenir el alzhéimer y favorecer un adecuado funcionamiento cardiovascular. Además, su aportación calórica no es excesiva.

Entre las muchas bondades del vino, una de las más sorprendentes es que<strong> ayuda a quemar grasas.</strong> ¿La dosis diaria recomendada? <strong>250 ml al día.</strong>(Foto: Getty)
Entre las muchas bondades del vino, una de las más sorprendentes es que ayuda a quemar grasas. ¿La dosis diaria recomendada? 250 ml al día.(Foto: Getty)

Asimismo, se ha observado su relación con la reducción de la presión arterial, la mejoría de la función endotelial, la disminución del riesgo de diabetes mellitus y un perfil lipídico más saludable, con aumento del colesterol protector y limitando el perjudicial. Todos, efectos atribuidos a las acciones antioxidantes y antiinflamatorias del vino, que actuarían evitando o retrasando la aparición de la arteriosclerosis. También destaca el efecto de esta bebida sobre la agregación plaquetaria o sistema de coagulación.

Su composición es compleja. Con una graduación alcohólica que no supera el 14% vol/vol, entre sus nutrientes se encuentran el agua (mayoritariamente), el alcohol, los hidratos de carbono simples (azúcares) y pequeñas cantidades de vitamina B6, minerales (potasio, fósforo, magnesio, sodio y calcio), ácidos orgánicos y sustancias antioxidantes como ácidos fenólicos, ácidos cinámicos, derivados de la tirosina, estilbenos, flavonoides y taninos condensados.

También reduce las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares. Eso sí, siempre que el consumo de vino sea moderado y esté incluido en la dieta mediterránea. (Foto: Getty)
También reduce las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares. Eso sí, siempre que el consumo de vino sea moderado y esté incluido en la dieta mediterránea. (Foto: Getty)

Como partenaire gastronómico, no tiene desperdicio

Para disfrutarlo, basta con conocerlo. El buen cava es aquel que al descorcharse hace un ruido seco, sordo y no muy fuerte, no derrama la espuma y la mantiene durante todo el tiempo en la copa.

Dicen también los cavistas que las burbujas deben ser pequeñas y formar una hilera fina que ascienda veloz hasta la superficie. Si un cava satisface ambas condiciones, su calidad estará prácticamente asegurada, pero necesitas saber algo más para disfrutar en la mesa de una experiencia completa.

Debes tener en cuenta el tiempo de crianza y que, según la denominación más o menos oficial, se puede distinguir entre cava tradicional, cava reserva, cava gran reserva y Cava de Paraje Calificado. Además, en función de los azúcares añadidos por litro, se clasifican en brut nature, extrabrut, brut, extraseco, seco, semiseco y Dulce —la adición de azúcar va desde los 0 gramos por litro en el brut nature hasta los 50 gramos por litro del dulce—.

Y, también, que las posibles armonías para cada tipo de comida han de definirse en función de las siguientes variables básicas: acidez, dulzor, estructuray efervescencia. No hay placer gastronómico con el que no armonice el cava:

  • Un tradicional brut es perfecto en aperitivos, ensaladas o mariscos cocidos.

  • Un dulce o un semiseco dan un toque magnífico a postres, pastelería o chocolates.

  • Un reserva brut y un brut nature, a aperitivos complejos, patés, pescados o carnes blancas.

  • Mientras que un paraje calificado es ideal para platos muy elaborados y complejos.

  • Y un rosado con más crianza para arroces y carnes blancas.

Y estos son solo algunos ejemplos. Si quieres saber más, descúbrelo en Los secretos del cava, de Planeta Gastro.

¿Te animas a cocinar?

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