El restaurante en el que pescas tu propio pez llega a Nueva York

¿Cuántas veces te has preguntado en un restaurante por la frescura del pescado que te han servido? El camarero, claro está, siempre deja claro que se trata de una captura del día, que no ha llegado hace más que unas horas al restaurante y prácticamente que ha llegado a intercambiar una pequeña conversación con él. Pero, claro, la duda siempre está ahí aunque la realidad siempre aflora cuando uno le hinca el diente a la pieza… Esto nunca ocurriría en Zauao, una cadena de restaurantes nipona donde el pescado es tan fresco, tan fresco, que puedes conocerlo antes de comértelo.

(Foto: Flickr)
(Foto: Flickr)

Resulta que en los locales de Zauao hay una gran piscina en el centro del restaurante alrededor de la que se sitúan las mesas. Los clientes llegan, se van sentando, piden una caña de pescar con cebo y esperan a que algo pique… ¿Cómo? Sí, la gran peculiaridad de Zauao es que esta piscina no es para meterse y refrescarse, sino que está llena de la comida… Allí se encuentran nadando langostas japonesas, caballas y otros pescados. Una vez que los clientes capturan algún pescado o marisco, un camarero aparece a por la pieza para llevarla a la cocina, donde se prepara en sushi, en tempura o a la brasa.

Desde luego, es un concepto muy japo y que parecía difícilmente exportable, pero lo original y raro siempre gusta y, por eso, ahora va a llegar a Nueva York, donde abrirán restaurante próximamente. Seguramente os preguntaréis qué ocurre si ningún pescado pica: en ese caso, que no cunda el pánico porque aquí nadie se queda sin comer. Enseguida aparece en escena un camarero del restaurante más que dispuesto a echar un cable y asegurar así que no haya ningún comensal que acabe tomando lechuga y tomate en lugar de pescado…

(Foto: Zauo)
(Foto: Zauo)

¿Y para los que no les gusta el pescado? Pues, tranquilidad, porque hay una carta que incluye productos que no son del mar. No obstante, no creemos que nadie vaya a Zauao por algo que no sea capturar su propio pescado. Nos preguntamos si este restaurante acabará extendiéndose por todo el mundo e incluso si no aparecerán copias en versión cárnica. Claro, que no nos imaginamos a nadie cazando conejos o persiguiendo un cerdito por la sala de un restaurante: hay límites. Mientras tanto, nos quedará acudir a Zauao para ejercer de pescadores por un día, confiando en que piquen, claro.