El 'síndrome Erasmus', el nuevo peligro que acecha a las parejas

Pistas para que el verano no rompa vuestro amor

Las vacaciones son una prueba de fuego, un gran test de pareja. Para superarlo necesitáis confianza y comunicación. (Foto: Getty)
Las vacaciones son una prueba de fuego, un gran test de pareja. Para superarlo necesitáis confianza y comunicación. (Foto: Getty)

En verano la posibilidad de ruptura aumenta. Pasar más tiempo a solas con tu media naranja hace que surjan más desencuentros y puede que ya no seas capaz de obviar todo eso que te molesta y que pasas por alto el resto del año.

Es algo así como el volver a casa después de haber pasado un temporada fuera por razones laborales o formativas. Después de pasar unos meses en el extranjero, a la vuelta estamos incómodos y a disgusto con todo. Los psicólogos aseguran que muchos de los jóvenes y trabajadores que tuvieron que marcharse por la crisis padecen una gran ansiedad a la vuelta, e incluso, afecta a sus relaciones personales y familiares derivando incluso en conductas asociales.

Trasladado a la relación de pareja, la cosa va así: las parejas sanas salen más reforzadas de unas vacaciones; mientras que para las que tienen problemas, un periodo de descanso y de convivencia continuada puede ser una bomba de relojería.

Os vais con las maletas cargadas de ilusión y diversión pero cuando llegáis al destino nada va bien. No os ponéis de acuerdo en nada, él se pasa la mañana sobando y tú quieres ver amanecer y pasarte el día en la playa pero él ya tiene preparado un maratón de actividades… Los conflictos afloran uno detrás de otro porque ahora es cuando más tiempo libre tenéis y estallan por los motivos más tontos.

Así es imposible conseguir realmente una sensación de calma y desconexión. Y es que las relaciones de pareja que son malas, se vuelven peores en vacaciones. Pasadas las vacaciones se produce esa desilusión y ese mayor deseo de separación.

En serio, si sabes que no va a ir bien, ¡díselo cuanto antes! (Foto: Getty)
En serio, si sabes que no va a ir bien, ¡díselo cuanto antes! (Foto: Getty)

Por eso, y quizás para evitar este tipo de traumas ahora las parejas se ponen la venda antes de la herida y la tendencia se ha invertido, en vez de romper a la vuelta del verano, deciden cortar por lo sano antes de irse de vacaciones. Bien mirado es mucho mejor, te ahorras un verano lleno de broncas, la ‘depre’ de la vuelta y encima, disfrutas a tope de la soltería en el mejor momento del año, ¿no?

Pues eso, si la cosa no funciona, ¿para qué esperar? ¿crees que un viaje lo va a arreglar? Muchos piensan que sí, que “es un bache pasajero”, “que es normal”, “que es por el estrés diario y por el trabajo”… y se aferran a la idea de que unas vacaciones juntos podrá solucionarlo todo.

Para nada, al contrario, si de verdad tenéis problemas no se van a hacer solucionado a la vuelta, de hecho, es bastante probable que hayan empeorado.

Si lo tienes claro, sabes que lo vuestro no tiene futuro y tu pareja te resta más que te suma y en vez de ayudarte y simplificarte la vida te la complica, no esperes más, pasar un tiempo lejos de casa no deja atrás los problemas. Demelénate y disfruta del verano.

Por el contrario, si la relación es buena y las diferencias entre vosotros no son abismales, puede que al final del verano todo vaya mucho mejor y hayáis afianzado vuestro lazos.

Si quieres que así sea pon en prácticas estos consejos:

  • Di no a la rutina. Cambiar el lugar en el que se tienen relaciones sexuales o se habla.

  • Mejora la comunicación. No ocultes lo que sientes ni lo que piensa. Desvelar sentimientos o anécdotas que nunca antes os habíais dicho.

  • Añade diversión y novedad a la relación. Aprovechad para redescubrir juntos aficiones infantiles o juveniles que la otra persona ignoraba.

  • Vaciad la mente. Olvidaros de problemas y preocupaciones. Sed positivos y buscar el sentido del humor.

  • Erotizaros. Volver a seducir a la pareja sin dar por hecho que estará ahí siempre aunque tú no muevas un dedo.

  • Pon el foco en el otro. Vuelve a interesarte por la otra parte de la pareja, dedícale todo el tiempo y atención que no puedes el resto del año. Conversar y hacer preguntas en vez de presuponer os evitará muchos desencuentros.

  • Poneros un reto conjunto: recobrar la forma física, descubrir el punto G, aprender un deporte acuático, subir una montaña… Fijarse metas junto es esencial para sentiros unidos. Deben ser actividades gratificantes y distintas que abran nuevas inquietudes y una vía de comunicación muy positiva.

  • Intercambiar los roles: que el que nunca lo hace, organice los viajes, elija los restaurantes o hable por teléfono con la familia…

Además, antes de salir de viaje es importate llevar hechos los deberes, hacer realizado un trabajo de campo en pareja para tener claro las expectativas de uno y otro. Para eso hay que planificar, sí, planificar, los dos. No vale dejarle todo el marrón a uno. La toma de decisiones se debe hablar con tranquilidad y si hay que ceder ante los gustos de tu pareja, vale, pero sin pasarse. También tenemos que satisfacer nuestras necesidades. ¡Felices vacaciones pareja!

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