El 'toc' masculino más común (lo hacen más de 200 veces al día)
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por pensamientos obsesivos, es decir, ideas fijas que generan inquietud, temor, ansiedad o aprensión. Según los expertos este es el más preocupante
Es una de las obras de teatro con más éxito de la escena madrileña, tanto que acaba de llevarse a la gran pantalla. Una parodia muy acertada de unos de los problemas más acuciantes de la sociedad actual. En el mundo más de 100 millones de personas padecen un TOC (trastorno obsesivo compulsivo), una de las cinco enfermedades psiquiátricas más frecuentes, que está considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las 20 enfermedades más discapacitantes.
Las nuevas tecnologías o mejor las denominadas tecnologías de la información y comunicación (TICs) han revolucionado nuestra forma de vida. La aparición fundamentalmente de Internet y el móvil ha cambiado la concepción previa a la aparición de estas de la forma de comunicación entre personas y el acceso y procesamiento de la información, además de ser la plataforma para otras múltiples aplicaciones como el juego y otras actividades de ocio.
Hasta un 94 por ciento de los niños entre 10 y 14 años tiene un smartphone, según el estudio ‘El uso del teléfono móvil en España. Noviembre de 2015’ del Instituto de Psicología Desconecta.
El 32 por ciento de las mujeres adultas tocan el móvil más de 100 veces al día (es decir cada 15 minutos) y un 19 por ciento por ciento de los hombres más de 200 veces diarias (es decir cada 7 minutos). Esto quiere decir que el 80 por ciento de la población española sufre dependencia al teléfono móvil.
Internet ha sido la gran revolución del siglo y las nuevas tecnologías han avanzado de forma abrumadora. Conscientes de los grandes beneficios de la tecnologías, desde la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España, CAARFE, quieren estar preparados también para los riesgos. Y es que las nuevas tecnologías, sobre todo entre los más jóvenes, pueden acarrear serios problemas de abuso que deriven en otro tipo de problemáticas.
Por ejemplo, ¿has oído hablar del ‘selficidio? Algunos psiquiatras han adoptado este término para hablar de la evolución del trastorno dismórfico corporal, que ha aumentado desde la aparición de los móviles.
El fenómeno selfie ya forma parte de nuestro día a día y prácticamente todos en alguna ocasión hemos sucumbido a él, algo que no nos hace presagiar la parte negativa que puede tener. Y es que el trastorno dismórfico corporal corresponde a una alteración en qué los pacientes están disconformes con sus rasgos físicos y para verificarlo se fotografían compulsivamente con sus smartphones.
Con el auge de los selfies esta enfermedad ha evolucionado hasta conducir a muchos pacientes a desórdenes obsesivo-compulsivos. Expertos reconocen y alertan sobre las adicciones a los teléfonos móviles e Internet y el uso inadecuado que muchas veces se hace de estos elementos.
En el caso de las mujeres la cosa se pone peor ya que se ha asociado el uso del teléfono móvil durante el embarazo con riesgo de hiperactividad y falta de atención en niños, según un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona hecho a casi 85.000 madres e hijos de España, Dinamarca, Corea, Holanda y Noruega.
El estudio, el mayor hecho hasta ahora sobre conductas madre e hijo, ha constatado que las mujeres embarazadas que utilizan teléfonos móviles con una frecuencia media y alta tienen más probabilidades de tener un hijo con problemas de conducta, en especial con hiperactividad y falta de atención.
Cómo saber si sufres Intoxicación Digital:
¿Pasas cada vez más tiempo usando tu teléfono móvil?
¿El tiempo que dedicas a usar tu teléfono móvil te lleva a que descuides algunas tareas importantes de manera sistemática y que dejes de hacerlas o les dediques menos tiempo?
¿El uso del teléfono afecta a menudo a tu concentración en el trabajo o en los estudios?
¿Está afectando el móvil de alguna manera a tus relaciones sociales?
¿Con frecuencia utilizas el teléfono mientras estás con otras personas y les prestas menos atención?
¿Te han llamado alguna vez la atención por estar usando el teléfono en una situación inadecuada y por no prestar atención a la persona?
¿Te pones muy nervioso si te dejas el móvil en casa o si alguna persona o situación te impide usarlo cuando te gustaría?
¿Miras el teléfono para ver si has recibido algo aunque no haya sonado?
¿Te pones excesivamente nervioso si has mandado un whatssap y la persona tarda en contestar? ¿Controlas si esa persona se ha conectado y si ha leído tu mensaje?
¿Utilizas el teléfono en situaciones dónde puede suponer un peligro, como por ejemplo conduciendo?
¿Necesitas publicar en las redes sociales cosas sobre tu vida de forma sistemática para sentirte bien?
“Es necesaria la concienciación social, darnos cuenta de que tenemos un problema y hacer un plan individualizado para cada persona. Hay un perfil de adicto y una hoja de ruta, pero cada caso es diferente“, explica Marc Masip, psicólogo y director del Instituto Psicológico Desconecta, en Barcelona (España).
Consejos para evitar la adiccion al movil
Apaga el teléfono mientras estés en el trabajo o en el instituto o desconecta los datos. Déjalo dentro de la bolsa. Evita tenerlo en el bolsillo o encima de la mesa.
De vez en cuando, pasa un día entero sin teléfono y consigue desconectar del movil.
Si quedas con alguien y no esperas ninguna llamada importante puedes silenciar el teléfono y dejarlo dentro de la bolsa. También puedes desconectar los datos para evitar que te entren mensajes y notificaciones. Otra alternativa es dejar que entren o incluso que las oigas pero no mirarlas hasta que no te encuentres en un momento más apropiado.
Si eres de los que se obsesiona con saber la hora de la última conexión de las personas y saber si hay leído o no tu mensaje de whatsapp puedes cambiar tu configuración para que no tengas acceso a esta información (los demás tampoco la tendrán de ti).
Establece algún día a la semana libre de consultar las redes sociales.
Toma conciencia y decide cuándo y durante cuánto tiempo usas el teléfono. Establece un momento del día que tú consideres adecuado para consultar las redes sociales y/o jugar con el teléfono y ponte un límite de tiempo.
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