Emily Blunt está en contra de la etiqueta de 'mujer fuerte'

LONDRES, INGLATERRA - 15 DE OCTUBRE: Emily Blunt asiste al estreno mundial de
LONDRES, INGLATERRA - 15 DE OCTUBRE: Emily Blunt asiste al estreno mundial de "The English" durante el 66º Festival de Cine de Londres BFI en el BFI Southbank el 15 de octubre de 2022 en Londres, Inglaterra. (Foto de Kate Green/Getty Images para BFI)

Ni el éxito o su posición en Hollywood como actriz destacada salvan a Emily Blunt de lidiar con etiquetas arcaicas. Y así lo reveló en una entrevista reciente, explicando que está “aburrida” de recibir libretos donde su personaje se describe bajo el arquetipo de “mujer fuerte”.

"Es lo peor cuando abres un guion y lees las palabras 'protagonista femenina fuerte’”, dijo a The Telegraph. Me hace poner los ojos en blanco, ya lo descarto. Me aburre. Esos papeles están escritos como increíblemente estoicos, te la pasas todo el tiempo actuando duro y diciendo cosas duras”.

Personalmente comprendo la decepción de la actriz de El regreso de Mary Poppins. Después de exponer la misoginia y el machismo en Hollywood a través de los movimientos #MeToo y Time’s Up, comenzó el derribo de los estereotipos dando espacio al reconocimiento tardío del lugar de la mujer en la industria. Tanto a nivel de igualdad como de oportunidades salariales, así como de las carencias en las historias narrativas donde, precisamente, se encontraba esta etiqueta de “mujer fuerte”. Por eso, que a estas alturas se continue describiendo a la mujer protagonista como “un personaje fuerte” deja lugar a la perpetua idea equivocada de lo que debe ser una mujer como atractivo narrativo de una serie o película. Porque “fuerte” puede tener muchas connotaciones, pero ser vulnerable o independiente no debería caer en una etiqueta de valentía ruda, sino de empoderamiento personal que nada tiene que ver con la fuerza bruta, física o de personalidad.

Y Emily Blunt no es la única que está en contra de esta etiqueta. Varias actrices la rechazan, como es el caso de Tatiana Maslany. La estrella de She-Hulk dijo a The Guardian que se trata de un estereotipo que reduce a la mujer. “Es tanto una eliminación de todos los matices como un tropo. Es una caja en la que nadie cabe. Incluso la frase es frustrante. Es como si se supusiera que debemos estar agradecidas de poder ser eso”. Y si ella se sumó a un personaje “fuerte” en apariencia no fue por caer en esa etiqueta de “protagonista fuerte”, sino por el aspecto humano y antiheroico que tenía. Para ella se trataba de una serie “profundamente femenina”. “Hay feminidad en ella. Esa palabra se usa a menudo como un término burlón, pero para existe es una celebración de la amistad femenina en She-Hulk que es muy divertida”.

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Ojo, esta etiqueta no es nueva, siempre existió pero se suele asociar erróneamente a personajes como la Teniente Ellen Ripley (Alien), Sarah Connor (Terminator), Furiosa (Mad Max: Furia en la carretera) o G.I. Jane. O roles que durante mucho tiempo eran escasos y donde los arcos dramáticos empoderaban a sus personajes a través de historias que utilizaban la debilidad social impuesta sobre el sexo femenino para contar una historia de superación personal, como fue el caso de Thelma & Louise o Erin Brokovich. Sin embargo, este perfil de “mujer fuerte” se relaciona con una imagen arcaica de la mujer, machista incluso, que nos dice que para que una mujer sea protagonista tiene que ser “fuerte” en el sentido rudo de la palabra, poco romántica y de armas tomar. De lo contrario, era secundaria.

Pensemos en las películas de los 80s y 90s -para no irnos muy lejos en el tiempo- y en esos personajes femeninos con ingenio, fuerza moral y picardía: estaban siempre por detrás del protagonista masculino. En muy contadas ocasiones fuimos testigos de protagonistas femeninas diferentes (El silencio de los corderos, Misery, la princesa Leia de Star Wars) mientras los hombres saltaban de edificios, derrotaban terroristas y lideraban dramas profundos (Philadelphia, Alguien voló sobre el nido del cuco) o thrillers ingeniosos (Presunto inocente o las películas de Martin Scorsese).

Podemos poner como ejemplo Regreso al futuro donde el hombre principal era el personaje más desarrollado, o Indiana Jones, La jungla de cristal, Independence Day… Cuando una mujer se colocaba en un rol similar, solía tener características de ‘badass’. Un término que se refiere a personajes agresivos pero excelentes, formidablemente agiles y heroicos. Algo que Emily Blunt ya vivió en Al filo del mañana haciéndole sombra a Tom Cruise como héroe de acción.

Sin embargo, esa etiqueta de “mujer protagonista fuerte” ya no aplica. Y creo que si se mantiene es en el intento equivocado de empoderar a la mujer desde una visión masculina (después de los trapos sucios que dejaron en evidencia a Hollywood), que a realmente querer elevar y comprender a las historias femeninas.

Las actrices de Hollywood ya no callan sus críticas y necesidades. Aquellas que han logrado triunfar están montando sus propias productoras para contar historias sin que la industria imponga su narrativa -como el caso de Reese Witherspoon, Margot Robbie, Alicia Vikander, Natalie Portman-, mientras otras se mantienen lejos de los blockbusteres comerciales que impongan sobre ellas estereotipos, como Florence Pugh. Porque las mujeres no somos simplemente seres que debemos ser “fuertes” para tener una historia que contar. Y todas estas actrices lo están demostrando junto a muchas más, como Kate Winslet, Viola Davis, Jessica Chastain, Kristen Stewart, Julianne Moore, Jennifer Lawrence, Nicole Kidman, Kirsten Dunst y un larguísimo etcétera.

Existen infinidad de matices a la hora de abordar las complejidades femeninas desde el tipo de historia, género o película que se quiera contar. Y que Emily Blunt, a estas alturas, siga recibiendo libretos que definen a los personajes como “fuertes” nos dice que algunos en Hollywood siguen sin entender el rico universo de ser mujer.

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