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A Emily Blunt no debería sorprenderle la reacción brusca de Tom Cruise

NEW YORK, NY - MAY 28:  Actors Emily Blunt and Tom Cruise attend the
NUEVA YORK, NY - 28 DE MAYO: Los actores Emily Blunt y Tom Cruise asisten a la alfombra roja "Edge Of Tomorrow" en la gira de estreno de fans en AMC Loews Lincoln Square el 28 de mayo de 2014 en la ciudad de Nueva York. (Foto de Jim Spellman/WireImage)

Que Tom Cruise es un hombre entregado de lleno a su trabajo es una verdad conocida por el mundo entero. Así como se entrega a las secuencias de acción más arriesgadas, lucha por seguir siendo un imán para la taquilla a favor del cine tradicional y se involucra de lleno en cada rodaje, con o sin pandemia de por medio. Él mismo desafió a todo Hollywood, aseguradoras e inversores rodando Misión Imposible 7 durante lo peor de la pandemia y con rabieta incluida. Por eso, que Emily Blunt rompiera a llorar delante suyo en el rodaje de Al filo del mañana quejándose de un detalle técnico me sorprende mucho más que la reacción que tuvo su compañero.

Si nos remontamos a la década pasada recordaremos que, antes de aquella película futurista dirigida por Doug Liman, Emily Blunt estaba viviendo un encasillamiento en Hollywood como la damisela del protagonista masculino de turno. Rodaba películas de menor presupuesto donde podía ser más protagonista pero, cuando se trataba de producciones a gran escala, eran Steve Carell (Como la vida misma), Benicio del Toro (El hombre loco), Jack Black (Los viajes de Gulliver) o Matt Damon (Destino oculto) los que lideraban las historias. Todo esto cambió el día que se convirtió en partenaire de Tom Cruise con un personaje diseñado para hacerle sombra como héroe de acción.

Sin embargo, las cosas fueron muy distintas cuando comenzaron el rodaje porque, según contó Emily Blunt en el podcast SmartLess (vía NY Post), se dio de golpes con la realidad en cuanto a lo que supone hacer una película de estas características. Pero también con la entrega de Tom Cruise al trabajo sin espacio para las dudas o quejas. “Teníamos que llevar esos trajes enormes, que creo que hubieran quedado estupendos si los hubiéramos hecho en CGI, pero queríamos hacer todo de manera táctil” explicaba.

Cuando oyes la palabra ‘táctil’ piensas que suena a algo lindo y acogedor. Pero no había nada acogedor en esos trajes. Pesaban como 40 kilos. Eran muy pesados” continuaba. “La primera vez que me lo puse comencé a llorar y [Cruise] no sabía qué hacer”. Emily Blunt añade que su compañero se la quedó mirando a medida que iba entrando en pánico metida dentro del traje, cuestionándose cómo iba a poder rodar toda la película llevando algo tan pesado. “Le dije ‘Tom, no estoy segura cómo voy a superar todo el rodaje’ y empecé a llorar” admitía. “Le dije ‘Me siento un poco en pánico por todo el rodaje’”.

Cartel de 'Al filo del mañana' (Warner Bros.)
Cartel de 'Al filo del mañana' (Warner Bros.)

Pero entonces Tom Cruise la frenó en seco y, sin rodeos, le dijo lo que pensaba. “Me miró durante un largo tiempo sin saber qué hacer y me dijo ‘Vamos, deja de ser tan cobarde ¿ok?’”. Blunt revela que la frase de su compañero la tomó por sorpresa y la hizo reír, logrando aparentemente frenar los miedos que estaba sintiendo. Es decir, nada de charlas compasivas, ni explicaciones ni conversación al respecto, sino una sola frase que resume en pocas palabras la visión estrecha y directa que Tom Cruise tiene cuando se trata del trabajo: mirar hacia adelante y cumplir el cometido entregando el máximo.

No me extraña la reacción aparentemente brusca de Tom Cruise porque precisamente así lo conocemos a través de las anécdotas e historias que rodean su carrera. Su afición por superarse a sí mismo a través de elaboradas secuencias de riesgo son prueba de ello, así como el audio filtrado del rodaje de Misión Imposible 7 donde se lo podía escuchar regañando a un par de empleados técnicos por incumplir los protocolos de la pandemia. Su entrega es absoluta. No sabemos nada de su vida privada más allá de su pasión por pilotar aviones y helicópteros o su cercanía a la iglesia de la cienciología, pero nada más. Pero de su entrega y dedicación al trabajo lo sabemos todo.

Por ejemplo, Jake Johnson (Cómo conocí a vuestra madre) trabajó con él en La momia (2017) y dijo en un podcast de The Daily Beast en 2017 (vía Eonline) que “es un tipo intenso” que espera la entrega absoluta de cada compañero. “En términos de cineasta, quiere entretener a la audiencia, y si no te preocupas por eso, te va a sacar de quicio”, dijo. “Porque está allí para entretener a la audiencia y está dispuesto a ponerse en peligro para hacerlo”. Muchos de sus compañeros a lo largo de los años han alabado su compromiso y ética al trabajo. Rebecca Ferguson, Simon Pegg y el director Christopher McQuarrie me lo comentaron en los estrenos de Misión Imposible; y personajes como Jay Ellis han dicho que trabajar con Tom Cruise en la secuela de Top Gun le sirvió como escuela para aprender sobre la dedicación completa en un rodaje. “Él lo hizo cada día en el set” aseguró a Insider.

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Incluso el propio Tom Cruise ha confesado su devoción profesional con orgullo, asegurando que jamás se ha tomado un día libre. “Este es un día libre para mí porque no estoy rodando”. le dijo a Bella durante un día de promoción de Top Gun: Maverick. “Solo me estoy relajando ahora. No tengo días libres. Mira, tengo suerte. He pasado mi vida en platós de cine y viajando por el mundo, que es lo que siempre quise hacer. Así que esto no es trabajo, estoy viviendo el sueño” (vía ET).

Por eso, que Emily Blunt rompiera a llorar metida en un traje pesado con el rodaje ya en marcha me hace pensar que la actriz no sabía todavía con quién estaba lidiando. Y más teniendo en cuenta que se trataba de su primera producción de esta magnitud, con escenas de acción intensas de por medio y con un papel que podía romper por fin con la racha constante de damisela del cine hollywoodense. Lo que ella vivió le podría haber pasado a cualquiera. Puedo imaginarme la situación como uno de esos momentos laborales o de estudio en donde te sientes abrumado ante una tarea que se antoja imposible a primera vista. Sin embargo, me parece evidente que no iba a recibir simpatía o consuelo de alguien como Tom Cruise, sino más bien algún tipo de mensaje de ánimo que la ayudara a ponerse en marcha. Como esa frase directa al grano.

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