En medio de la interna oficialista, ahora la CGT pone en duda el acto con el Presidente

Héctor Daer, Secretario general de la CGT
Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT, organiza un acto con la presencia de Alberto Fernández para el viernes 1 de julio para recordar los 48 años de la muerte de Perón - Créditos: @Ignacio Sánchez / LA NACION

Tras una jornada de idas y vueltas entre la CGT, la Casa Rosada y el Senado, la central obrera puso en duda esta noche la convocatoria al acto del viernes en el que el principal orador sería el presidente Alberto Fernández, después de un debate caliente de su mesa chica en la sede nacional de UPCN, donde se quejaron por la “desprolijidad” con que se hizo la invitación y plantearon que “hay que bajar la tensión” entre el mandatario y la vicepresidenta Cristina Kirchner.

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Según pudo saber LA NACION, para el moyanismo y un sector de los Gordos, aliados a Daer, el acto no debería realizarse, aunque desde la Casa Rosada todavía no lo daban por caído y apostaban a que en las próximas horas pueda ser reflotado. El nerviosismo se extendió entre los sindicatos después de que Cristina Kirchner confirmara su reaparición para el próximo sábado en Ensenada , también en un encuentro para homenajear a Juan Domingo Perón.

Entre los secretarios generales de los gremios que integran la mesa chica de la CGT no pasó inadvertido que la invitación al acto del viernes les llegó desde “ceremonial de Presidencia” no desde la propia central obrera , lo que fue tomado como una intervención desprolija de la Casa Rosada y activó la resistencia a la convocatoria.

El rol de Daer

Después de haber estado cara a cara durante dos horas con Cristina en el Senado, Héctor Daer viajó a Fortaleza, Brasil, a un congreso sindical. Desde allí, digitó la organización del acto que se haría en el salón Felipe Vallese de la central obrera por los 48 años de la muerte de Perón. El orador central iba a ser el Presidente y un sector de la CGT lo imaginaba como la réplica a lo que fue la presentación de la vicepresidenta, en la CTA, desde donde reforzó el debate para modificar el mecanismo de administración de los planes sociales con fuertes críticas al Movimiento Evita.

A pesar de su cordial reencuentro con Daer y de haber cruzado saludos hace una semana con Pablo Moyano, Cristina nunca estuvo en la lista de invitados que apuran los sindicatos organizadores. Los gremialistas esperaban recibir a gobernadores e intendentes del PJ y habría dos butacas reservadas para Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico, los dos dirigentes del Movimiento Evita señalados por la vicepresidenta por el presunto manejo irregular de la ayuda social. “Ellos ayudaron mucho a mantener la paz social durante la pandemia”, los defendió un gremialista casi con el mismo argumento que había utilizado el Presidente.

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El regreso de Alberto Fernández a la CGT generó un debate interno en la central obrera. Daer no tuvo tiempo de hacer personalmente un resumen de su encuentro con Cristina ante sus pares del triunvirato de mando. Según reconstruyó LA NACION a partir de dos fuentes sindicales, la vicepresidenta y el dirigente de Sanidad se comprometieron a mantener la unidad del Frente de Todos camino al año electoral. “Hablaron de los planes sociales, de la situación económica, del funcionamiento interno del Gobierno, del mercado del trabajo y de la posibilidad de que avance una reforma laboral si gana la oposición”, dijo un dirigente de confianza de Daer.

Alberto Fernández, en una de sus visitas a la CGT
Alberto Fernández, en una de sus visitas a la CGT


Alberto Fernández, en una de sus visitas a la CGT

“No vamos a jugar en contra de Alberto, pero tampoco a favor”, dijo la semana pasada un sindicalista camaleónico, que anhela con que Daniel Scioli o Sergio Massa aparezcan como alternativa electoral posible ante el resurgir de Cristina. Cuando dio su mensaje, el acto que se organiza para el viernes todavía no estaba en los planes.

Con el acto del viernes, puesto en duda esta noche, la CGT congelaría cualquier reacción callejera que se presumía contra la inflación. Si es que se consuma, aprovecharán la visita del Presidente para renovar su reclamo por la inflación, pero siempre manteniéndose alineados. La novedad tal vez esté en que no habrá un operativo clamor para pedir la reelección de Alberto. “Ya tiene el boleto picado para 2023″ , dijo un jerárquico de un gremio numeroso que tampoco fogonea un acercamiento hacia el kirchnerismo.