Errores de Assassin’s Creed que la serie de Netflix no debe cometer

Errores de Assassin’s Creed que la serie de Netflix no debe cometer
Errores de Assassin’s Creed que la serie de Netflix no debe cometer

La serie de Netflix no será la primera adaptación de la franquicia de videojuegos Assassin’s Creed. Ya hubo un intento de trasladar la historia de acción y aventura a la pantalla grande en 2016 con una producción en la que intervinieron Ubisoft Motion Pictures, New Regency Productions y 20th Century Fox. No fue precisamente un éxito a pesar de la ambición del estudio, no por falta de ambición, sino porque no hizo justicia al material del que se originó, el cual continúa en expansión y ciertamente dispone de una amplia cantidad de elementos, personajes y mundos que podrían ser adaptados.

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A pesar de tener una dirección que en realidad no estuvo mala, y un elenco impresionante liderado por Michael Fassbender que además estuvo conformado por grandes talentos como el de Marion Cotillard, Brendan Gleeson, Michael Kenneth Williams y Jeremy Irons, Assassin's Creed (18%) pasó a ser un ejemplo de lo que se puede hacer con recursos que fueron poco usados de una forma en la que se hubiera reflejado todo lo que hace rico al mundo de la franquicia en los propios videojuegos. Cabe destacar que incluso hay novelas basadas en ellos, así que para la película había material más que suficiente para echar una ojeada.

Netflix tiene una ambición mayor que la de los estudios Fox en ese momento y junto con la nueva confirmación de que está desarrollando una serie basada en los videojuegos, también se reveló durante un evento de Ubisoft que habrá un juego exclusivo para la aplicación de la plataforma de streaming, donde los suscriptores serán los afortunados en jugarlo. Es un movimiento sin precedentes que al menos deja ver que la compañía intentará exprimir al máximo su acuerdo con la dueña de Assassin’s Creed. Lo que no sabemos es si lo hará bien más allá de ese juego, puesto que en ese sentido no es que se tengan las mismas expectativas que con una adaptación.

La compañía de streaming tiene algo a su favor, ya que puede referirse a la versión cinematográfica que se estrenó hace unos años para encontrar cosas que debe y no debe hacer en su intento de lograr una adaptación exitosa. Después de todo, no sirvió de mucho tener nombres atractivos en su elenco porque el filme no logró hacer un buen trabajo según la opinión del público y mucho menos para la crítica especializada. El primer acierto de Netflix debería ser no tomarse a la ligera el trabajo y mirar con atención las señales que dejó la película protagonizada por Michael Fassbender.

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Una trama demasiado complicada para su propio bien

Uno de los errores de Assassin’s Creed fue que se complicó más de la cuenta. El filme evitó cosas aparentemente sencillas, como poner a un personaje principal conocido dentro de la franquicia, o simplemente permitirse a sí misma ser una película de videojuegos. Al contrario, la adaptación buscó el camino más difícil al intentar trasladar a la pantalla los aspectos más complejos de los videojuegos (y fracasar en el intento). Los constantes saltos en el tiempo hicieron que la historia sea más enredada, y en general tuvieron gran parte de la culpa en hacer que la película se vuelva un desorden. Con el relato cortando la narración para saltar de Aguilar a Cal cada cierta cantidad de minutos, también encontramos otras debilidades en la adaptación como el hecho de que no hizo un gran trabajo para tratar de conectar estos puntos. Una historia mejor conectada y con sentido suena fácil en vista de los resultados, pero es algo que Netflix debería intentar.

Hacer una película que tiene miedo de adaptar un videojuego

Algo que nunca entenderemos es por qué los estudios consiguen los derechos para adaptar un videojuego cuando luego parece que la película tiene miedo de estar ligada a él. Es demasiado común ver que las historias toman demasiadas libertades que no vienen al caso; algunas siguen la fórmula de la trama, pero los personajes ni siquiera son los que los jugadores conocen. ¿Cuál es el punto de tener un Ezio Auditore, con quien muchos pasaron su tiempo frente a una pantalla, para poner a un Aguilar de Nerja? La película no lo hizo suficientemente bien como para que el personaje se ganara al público, pero fue una extensión de este problema que tienen las adaptaciones de videojuegos. Lo mejor sería apoyarse en aquello que los distingue y apegarse a sus orígenes.

Poco interés en adoptar el género de acción

Abrazar la acción para lograr increíbles escenas, como si fueran sacadas del videojuego, es algo que debería ser obligatorio para una adaptación de Assassin’s Creed. Sin embargo, por alguna razón la película empezó bien, con una secuencia inicial prometedora, y al final se convirtió en un producto decepcionante. Aunque entendemos que puede ser difícil hacer una historia con acción que no se detiene, ya que de vez en cuando es necesario tomar un poco de aire, la adaptación se estancó y bajó mucho el ritmo así como también decayó en sustancia. Los momentos de acción deben estar mejor conectados y servir como enganche para que la historia tenga mayor atractivo. Si Netflix quiere hacerlo bien, deberá considerar esto.

Tratar de diferenciarse demasiado de su origen

Varios detalles pasaron de los videojuegos al cine, aunque no resultó tan bien. Por ejemplo, la adaptación del Animus fue considerada una de las cosas más ridículas. El protagonista está atado a una garra alrededor de su cintura y simula partes del entorno con el que Aguilar está interactuando. El mecanismo que pone a una persona en los zapatos de su antepasado pasó a ser una máquina salida de algún parque de atracciones, y ni qué decir del efecto de sangrado que ocurre cuando alguien pasa demasiado tiempo en el Animus. En la película, Cal fue afectado desde el principio, lo cual no tendría sentido. Por tratar de diferenciarse del origen, la película tomó unas cuantas decisiones que acabaron con las posibilidades que tenía de triunfar y a su vez nos regresa al punto en el que mencionamos que un gran acierto para Netflix sería abrazar el hecho de que es una película (o serie) basada en videojuegos y que no hay algo de malo en ello.

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