Esos dolores cervicales, de cabeza y oído que padeces tienen mucho que ver con tu forma de masticar

La falta de sueño, el estrés o las malas posturas son el origen de muchos dolores habituales; pero hay otra causa menos conocida que va a sorprenderte

Se calcula que hasta un 75 por ciento de la población puede padecer algún tipo de trastorno temporomandibular a lo largo de su vida que presenta como síntomas principales el dolor de cabeza o general en la cara. (Foto: Getty)
Se calcula que hasta un 75 por ciento de la población puede padecer algún tipo de trastorno temporomandibular a lo largo de su vida que presenta como síntomas principales el dolor de cabeza o general en la cara. (Foto: Getty)

La lumbalgia y la cervicalgia son la primera y la cuarta causa de dolor que restringen nuestra actividad cotidiana, eso si sacamos de la ecuación a los dolores de cabeza, una de las afecciones más comunes, dolorosas e incapacitantes que sufre la sociedad actual.

Los principales desencadenantes de todos ellos son el estrés, la ansiedad, los cambios hormonales o antecedentes genéticos, la falta de sueño y adoptar posturas incorrectas. Pero hay un factor que pasa desapercibido: la forma en la que mordemos, que determina, en gran medida, la estructura facial, y puede afectar negativamente a nuestra salud.

Una alteración en la mordida puede generar muchas incomodidades en nuestro día a día. Por eso, los especialistas insisten en la importancia de masticar correctamente (y de aprender a masticar desde niños) para evitar molestias como dolor de estómago, de cervicales o migrañas, que pueden llegar a ser crónicos.

Debemos masticar bien (por lo menos 30 veces cada bocado) para para tener una buena digestión y asimilación, y para conseguir una buena salud. (Foto: Getty)
Debemos masticar bien (por lo menos 30 veces cada bocado) para para tener una buena digestión y asimilación, y para conseguir una buena salud. (Foto: Getty)

De hecho, el 53 por ciento de los pacientes con problemas de articulación de la mandíbula también padecen dolores de cabeza severos y el 54 por ciento dolores de cuello, según desvela el estudio ‘Plesh et al’ del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM).

Otras consecuencias de una mala ‘mordida’ según nos cuentan los especialistas de Ferrus & Bratos, clínica dental especializada en procedimientos innovadores y de última generación, serían:

  • Desgastes excesivos y roturas de dientes: la maloclusión genera contactos inadecuados entre los dientes y provoca sobrecargas en algunos de ellos. Esto hace que los dientes se vayan desgastando y que, incluso, los más afectados se fracturen.

  • Dolores articulares: una mordida inadecuada también ocasiona una tensión excesiva en la mandíbula al comer o masticar, lo que se traduce en dolores en la articulación de la boca e incluso cervicales, de cabeza y oído.

  • Fractura de coronas y caída de empastes: el roce o la presión producida por los dientes que no contactan adecuadamente puede provocar una menor perdurabilidad de los tratamientos dentales.

Entonces, ¿cómo hay que masticar?

Respetar estas normas básicas es fundamental según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) para una adecuada masticación:

1.- Tener una adecuada higiene bucal. “La falta de piezas dentarias, la presencia de heridas en la mucosa y/o caries dentales dificultan la masticación, de manera que la comida se fragmenta insuficientemente, y además eleva el riesgo de impactaciones alimentarias”, indica.

2.- Comer despacio, sin prisa, dando el tiempo suficiente para la masticación e ingerir fragmentos de alimento pequeños para que puedan ser masticados con facilidad.

3.- Evitar comidas a temperatura inadecuada que suponga molestias tenerlas en la boca excesivo tiempo induciendo una deglución precoz.

4.- Evitar hablar mientras se come.

La mordida perfecta

Es la que se identifica como ‘Clase I’. En estos casos, el maxilar y la mordida han tenido un crecimiento armónico y la forma de morder es la correcta; cuando los dientes de la arcada superior encajan perfectamente con los de la inferior.

Si se produce, el primer molar y el canino se encuentran con las piezas de la arcada opuesta. “Si no es así se aconseja seguir tratamientos encaminados a corregir los distintos tipos de maloclusión” , apunta la doctora Patricia Bratos, ortodoncista y cofundadora de la clínica.

Si se detecta que puede ocurrir un problema en la mandíbula con tiempo suficiente, se puede prescribir en los niños aparatos funcionalesque relajen la musculatura y activen el crecimiento para desarrollar un tipo de mordida de Clase I.

Para resolver una maloclusión en la edad adulta, el proceso es más complejo, puesto que el crecimiento ya ha finalizado. Suele ser necesario el uso de tracción con elásticos, ya sea con alineadores invisibles o con los brackets. El objetivo es alinear la arcada hasta llegar la posición en la que la mordida será de Clase I. ¡Ojo con las férulas de descarga!

(Foto: (Getty Images)
Otros hábitos diario que hacemos de manera incorrecta como una mala postura a la hora de hablar con el móvil o al usar el ordenador puede producirnos lesiones en cuello y hombros. (Foto: Getty Images)

Qué más podemos hacer

Evitar los otros desencadenantes del dolor articular y muscular como el frío y las posturas forzadas o inadecuadas, que también influyen el aumento de lumbalgias y cervicalgias.

Esto es lo que puedes hacer para evitarlo:

  • Abrígate bien y evita los cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire. Si pasas del frío extremo al calor en muy poco tiempo, el cuerpo tarda en adaptarse. Esto va a favorecer que suframos dolores de espalda. El frío hace que nos encojamos y adoptemos malas posturas como elevar los hombros, encorvar el cuerpo, agachar la cabeza y, en definitiva, tensionar todo el cuerpo.

  • Evita los movimientos bruscos, para prevenir tirones haz ejercicios de estiramiento, y ante cualquier tipo de esfuerzo, afloja los músculos y articulaciones.

  • Bebe entre 8 y 10 vasos de agua todos los días para mantenerte hidratado.

Y descansa lo suficiente. Como te decía al principio, dormir mal es uno de los motivos principales por los que sientes dolor ya que varios estudios, publicados en las revistas científicas Clinical Journal of Pain y European Journal of Pain, concluyeron que una mala calidad del sueño excita los centros neurológicos encargados de procesar el dolor o también es posible que los mecanismos de coordinación entre distintos grupos musculares se vean afectados por la mala calidad de sueño, contribuyendo a la persistencia de contracturas.

¿Sabes qué tipo de mordida tienes? ¿Conocías las consecuencias negativas de una alteración en la mordida?

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