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España un "punto caliente" en la incautación de marfil

Madrid, 12 ago (EFE).- La caza furtiva y el comercio ilegal de especies y colmillos de marfil destacan entre las causas del declive de las poblaciones de elefante, que tiene en España uno de sus "puntos calientes" en la incautacion de marfil.

Lo recuerda a EFE la técnico del Programa de Especies amenazadas de WWF España, Laura Moreno con ocasión de la conmemoración este viernes 12 del día mundial del elefante.

En el mundo "sigue habiendo caza ilegal, y en España hay bastantes incautaciones por su posición estratégica de tránsito entre África a Asia”, explica Moreno.

En la última década se ha perdido cerca del 90 % de los elefantes africanos de bosque, especie catalogada en Peligro Crítico de Extinción e incluido en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Mientras los elefantes de sabana (también africanos) han desaparecido en un 60 % en el último medio siglo y además quedan menos de 40.000 elefantes asiáticos, ambas especies también catalogadas en Peligro de Extinción por la UICN, aunque “están en declive, pero no a un ritmo tan rápido”, según Moreno.

El tráfico de marfil es ilegal a partir del momento de la entrada en vigor de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y hay incautaciones de marfil en España”, recuerda la técnico de WWF, por eso -ha incidido- “nuestras autoridades tienen un papel importante para perseguirlo, detectarlo e impedirlo, y formar a los que luchan contra él".

Sobre estas especies, de gran tamaño, fortaleza y longevidad -pueden vivir hasta 60 años en libertad-, pesa la sentencia de la codicia humana y sus dos mayores amenazas, el comercio ilegal y la pérdida de hábitat, sobre todo desde los países asiáticos, donde "el marfil continúa valorándose como símbolo de suntuosidad y perduran las falsas creencias de poderes curativos".

Según WWF, las mafias actúan como una poderosa red criminal que contribuye a financiar guerrillas paramilitares o grupos terroristas, y trafican con sus colmillos, su piel y su carne para su consumo.

Al elefante africano, el mamífero más grande de la tierra, el marfil de sus colmillos lo ha convertido en una de las principales víctimas del tráfico de especies, al igual que el elefante indio, símbolo cultural en Asia, donde en zonas como en Myanmar (Birmania) también está en peligro por su captura para el “uso doméstico” o su uso en la industria maderera, el turismo o el comercio ilegal de vida silvestre.

WWF España trabaja a través del proyecto europeo LIFE Swipe conjuntamente con organizaciones de otros 11 países europeos para capacitar a todos los que luchan contra el crimen ambiental y en la cooperación fronteriza entre distintos actores, endureciendo la persecución del crimen por parte de los gobiernos para prohibir su consumo, aunque “aún quedan muchos mercados ilegales por cerrar”, ha afirmado la organización.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) estimó que en el período 2010-2018, la caza furtiva exterminó a más de 71.000 elefantes en África meridional, 58.000 en África oriental y aproximadamente 27.800 en África central.

Los datos del Monitoreo de la matanza ilegal de elefantes (MIKE) de CITES -de septiembre de 2020- registró entre 2003 y finales de 2019, más de 20.712 cadáveres de elefantes en 30 estados del área de distribución en África, más de 711 muertes por área, además, de los 1.294 cadáveres de elefantes adicionales reportados en 2019.

Según Moreno, "CITES es complejo" porque hay especies que están incluidas en distintos anexos, con zonas donde el “comercio de trofeo de caza con fines no comerciales” está permitido por los ingresos que "aporta" a la conservación de esas especies, como es el caso del elefante africano en zonas como Sudáfrica o Zimbabue.

La expansión de la agricultura, la ganadería, la deforestación y la construcción de infraestructuras también daña los hábitats de los elefantes, dejándoles sin refugio, alimentos o rutas migratorias.

Desde WWF, también trabajan en la concienciación de la problemática a través de campañas de sensibilización como “Stop Tráfico de Especies” en España.

En la Reserva de Selous, en Tanzania, -donde el 90 % de los elefantes han muerto a manos de furtivos- monitorizan las interacciones entre humanos y elefantes, y fomentan el ecoturismo y el diálogo con la población para minimizar conflictos.

Noemí Romero

(c) Agencia EFE