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¿Sabías que este tipo de comida encoge tu cerebro?

Somos lo que comemos”, dijo a mediados del siglo XVIII el filósofo y antropólogo Ludwig Feuerbach, y no andaba desacertado. Ahora la ciencia está comprobando que los alimentos que consumimos no solo hacen que tengamos más o menos michelines y que seamos más o menos propensos a desarrollar ciertas enfermedades, sino que también influyen en la salud de nuestro cerebro.

La alimentación influye - para bien o para mal - en el funcionamiento cerebral. [Foto: Getty]
La alimentación influye - para bien o para mal - en el funcionamiento cerebral. [Foto: Getty]

Dime lo que comes y te diré de qué tamaño es tu hipocampo

Nuestro cerebro es el centro de mando de nuestros pensamientos, emociones, recuerdos y comportamientos. También interviene en funciones fisiológicas como el ritmo cardíaco y respiratorio, por lo que no es extraño que consuma el 20% de la energía corporal. Esa energía proviene de los alimentos.

Los alimentos, sin embargo, no son una mera fuente de energía, también influyen en la producción de neurotransmisores, unas biomoléculas que permiten la transmisión de información de una neurona a otra. Eso significa que lo que comamos influirá – positiva o negativamente – en nuestro funcionamiento cerebral, pudiendo incluso alterar su estructura.

Un estudio publicado recientemente en la prestigiosa BMC Medicine descubrió que las personas que consumen habitualmente bebidas azucaradas, snacks salados y carne procesada tienen un hipocampo más pequeño. En otras palabras: las hamburguesas, las patatas fritas y los refrescos pueden estar encogiendo nuestro cerebro, o al menos una parte importante de este, precisamente el área vinculada con la memoria y el aprendizaje.

Estos neurocientíficos, de la Deakin University y la Australian National University, pidieron a 255 personas de entre 60 y 64 años que reportaran su dieta habitual y las sometieron a resonancias magnéticas a distancia de cuatro años. Constataron que quienes llevaban una dieta rica en grasas saturadas, sal y azúcar mostraban una reducción del hipocampo, independientemente de su género, educación, nivel de actividad física o enfermedades que padecieran. Eso significa que no importa cuánto entrenes tu cerebro o cuánto deporte practiques, comer mal le pasará factura.

¿Por qué es tan importante cuidar el hipocampo?

El hipocampo es el epicentro de la memoria, el aprendizaje y la neurogénesis. [Foto: Getty]
El hipocampo es el epicentro de la memoria, el aprendizaje y la neurogénesis. [Foto: Getty]

El hipocampo es una estructura cerebral muy importante por dos razones:

1. Es el epicentro del aprendizaje y la memoria. El hipocampo interviene en la consolidación de la memoria a corto y largo plazo, por lo que las personas que presentan un daño en esta estructura suelen sufrir amnesia y déficits selectivos en la memoria declarativa. El hipocampo nos ayuda a procesar y recordar tanto la información espacial como las situaciones que hemos vivido. De hecho, un estudio publicado en la revista Brain reveló que en enfermedades que afectan la memoria, como el Alzheimer, se produce una reducción del hipocampo, el cual puede perder hasta un 8% de su volumen al año.

2. Facilita la neurogénesis. Cada día perdemos muchas neuronas. Por suerte, el hipocampo se encarga de reemplazar algunas de ellas. En el giro dentado del hipocampo se forman 700 células nerviosas cada día, según un artículo publicado en la revista Cell, las cuales luego se transforman en neuronas u otros tipos de células cerebrales. La neurogénesis es fundamental porque nos ayuda a mantener nuestro rendimiento cognitivo y nos permite seguir aprendiendo a lo largo de la vida.

Por eso, un hipocampo más pequeño no solo implica la pérdida de memoria sino también de otras funciones cognitivas ya que la capacidad de “auto-reparación” del cerebro se reduce.

La comida rápida, rica en grasas saturadas, azúcares y sal, no solo “encoge” nuestro cerebro sino que también genera estados emocionales negativos. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Granada halló un vínculo entre el consumo de bollería industrial y comida rápida con la depresión. Por otra parte, investigadores de la Universidad de California apreciaron que los alimentos ricos en grasas saturadas aumentan la irritabilidad y agresividad.

Todo no está perdido: Los alimentos saludables para el cerebro

Una alimentación saludable nos ayuda a mantener en forma el cerebro. [Foto: Getty]
Una alimentación saludable nos ayuda a mantener en forma el cerebro. [Foto: Getty]

La buena noticia es que una dieta sana, rica de frutas, verduras y pescado, contribuye a mantener en buena salud el cerebro y previene la reducción de volumen del hipocampo. Los pescados ricos en ácidos graso omega-3, por ejemplo, son ideales ya que alrededor del 60% del cerebro está compuesto por grasas. El ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico son las formas de omega 3 más importantes para el funcionamiento cerebral ya que se utilizan en las membranas celulares y promueven la formación de nuevas células nerviosas.

Los granos enteros, en vez de los carbohidratos refinados, son una excelente fuente de energía para el cerebro. También se recomienda consumir arándanos y cúrcuma ya que ambos tienen un potente efecto antioxidante y anti inflamatorio, por lo que son ideales para el cerebro.

El chocolate, libre de azúcar y con un alto contenido de cacao, también mejora las funciones cognitivas, nos permite mantenernos alertas y mejora nuestro estado de ánimo. Y no podemos olvidar los huevos, demonizados durante mucho tiempo, pero que en realidad son una excelente fuente de colina, un micronutriente que nuestro cuerpo utiliza para crear acetilcolina, un neurotransmisor que nos ayuda a regular el estado de ánimo y mejora la memoria.