Estrenos de teatro. Los 39 escalones, una efectiva reposición con buen elenco y chistes de más

Autores: John Buchan y Alfred Hitchcock. Idea original: Simon Corble y Nobby Dimon. Adaptación: Patrick Barlow. Dirección, escenografía e iluminación: Manuel González Gil. Intérpretes: Fabián Vena, Fredy Villarreal, Marcos Bicho Gómez y Andrea Rincón. Vestuario: Pablo Battaglia. Teatro: Picadilly, Corrientes 1524. Funciones: jueves, a las 20.30; y viernes y sábados, a las 21. Duración: 80 minutos.

Acaba de reponerse por tercera vez en el teatro Picadilly la obra inspirada en la famosa película de Alfred Hitchcock, de 1935, aquella protagonizada por Lucie Manheim, Godfrey Tearle y Peggy Ashcroft, todo un clásico del suspenso. La pieza, que desde su estreno en Londres, en 2005, tuvo un largo y exitoso recorrido (premios incluidos) por las más importantes plazas teatrales del mundo, tiene la peculiaridad de no responder a ese género y ser una alocada y vertiginosa comedia, en la que cuatro actores deben interpretar numerosos personajes en sólo 80 minutos.

El nuevo elenco de Los 39 escalones (instagram/)

En Los 39 escalones un hombre con una vida aburrida conoce en un teatro a una misteriosa mujer que dice ser una agente de inteligencia y necesitar su ayuda. Cuando la lleva a su casa ella es asesinada y, antes de que se pueda dar cuenta, él pasa a ser perseguido por una organización de espionaje llamada, precisamente, Los 39 escalones, que no le perderá pisada en una cacería humana por toda Europa. Esa sería, en síntesis, la historia que relata la pieza (y también la película homónima, claro). Pero eso no es lo importante aquí, sino la forma en la que, desde la dramaturgia, los hechos son relatados, y todos los recursos a los que los autores y los actores apelan para convertirla en un buen espectáculo, posiblemente uno de los más originales de las últimas décadas.

La obra abreva en el teatro físico, en la pantomima y en el gran guiñol; de ahí que exija de sus intérpretes todo y aún más. Un solo error puede echar abajo una escena y tornar incomprensible lo que se avecina. Por eso, del elenco actual, quien mejor se adapta a la propuesta es Bicho Gómez, un todo terreno de tradición circense. A su lado, también se luce Fredy Villarreal, experto en imitaciones. Ambos son los que más personajes distintos tienen a su cargo, y los que mantienen vivo el espíritu de la comedia. También, lamentablemente, son los que agregan innecesarios chistes y comentarios (algunos de actualidad) y llevan el espectáculo por un carril más acorde con la liviandad y la falta de respeto al texto original, muy común en las temporadas veraniegas, en la costa o en las sierras (¿será porque vienen de actuar en Villa Carlos Paz?). Cabe la duda sobre si se trata de una decisión de los actores o de una marcación del director Manuel González Gil (quien también se hizo cargo de las dos puestas anteriores, en 2010 y 2015). Fabián Vena, como siempre, impecable en el papel protagónico del atribulado Richard Hannay; y Andrea Rincón –si bien debería mejorar su dicción– suma puntos en su ascendente carrera.