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Estrenos de teatro. Las irresponsables, tres grandes actrices en una comedia hilarante

Gloria Carrá, Paola Krum y Julieta Díaz, en Las irresponsables
Gloria Carrá, Paola Krum y Julieta Díaz, en Las irresponsables

Autor y director: Javier Daulte. Intérpretes: Gloria Carrá, Julieta Díaz, Paola Krum. Diseño de vestuario: Ana Markarián. Escenografía: Alicia Leloutre. Diseño de luces: Matías Sendón. Asistencia de dirección: Guillermo Krieger. Producción: Andrea Stivel - Claudio Gelemur para Blueteam Group. Teatro: Astros, Corrientes 746. Funciones: viernes y sábados, a las 20.30; y domingos, a las 20. Duración: 80 minutos.

Dupla de re/inauguraciones: una obra y un teatro. Con la puesta de Javier Daulte se reabrió el Astros, doblemente renovado, en términos edilicios y creativos, bajo la dirección artística de Andrea Stivel. La propuesta abre un panorama muy interesante porque permite una lectura en capas, en el reino de la calle Corrientes.

Las irresponsables, cuyo título es una toma de posición, no responde literalmente a su rótulo temático. De hecho, absolutamente nada de lo que parece efectivamente es. Ya desde el inicio se plantea una conversación que intenta hacerse pasar por otra cosa, algo que se supone comestible resulta no serlo. El procedimiento de construcción está puesto de manifiesto desde el comienzo. Todo el resto funcionará con esta premisa: la construcción de los personajes, la iluminación (los colores con los que juega) el vestuario en contraste con el lugar en el que están, las actrices acomodando la escena. Tal vez, la escenografía funcione como anclaje para que lo demás se modifique en torno suyo.

Tres mujeres están reunidas en una casa prestada para acompañar a una de ellas que fue abandonada. Ésa parece ser la síntesis. Sin embargo, aunque ése podría ser el resumen de lo que pasa, es apenas la superficie. De algún modo, buscarán convertir en real lo que tiene que ver con la fantasía, esa instancia en donde no hay demasiado control, ni lógica, donde surgen las asociaciones libres como si fuera una escritura automática de la escena.

¿Qué pasa si eso que se fantasea desde el lugar del impulso deviene real? ¿qué pasa si, además, alguien lo hace por una? Este proceso de desvío funciona de manera permanente en Las irresponsables. Y lo hace también en relación con la respuesta del público, de pronto algo que despertó la carcajada se vuelve oscuro y viene la pregunta ¿es posible reírse de esto? O exactamente el camino opuesto, algo que parece del orden de lo serio o solemne se convierte en objeto risible sin solución de continuidad.

Lo que sucede con la dramaturgia y con los otros lenguajes escénicos, también sucede con la construcción de los personajes: Julieta Díaz, Gloria Carrá y Paola Krum articulan a sus mujeres de modo tal que describirlas sería dar cuenta de mutaciones constantes. La dirección de Daulte apuesta, al igual que la dramaturgia, por una vuelta de tuerca más .

Las irresponsables tiene ese rasgo particular: acepta lecturas diversas y en simultáneo, uno encuentra lo que puede buscar.