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Eutanasia: en ningún caso debe ser una actividad médica

Los últimos en hablar del caso de Charlie, el bebé en estado terminal, han sido los médicos, ¿están o no de acuerdo con la decisión final? ¿Qué dice la Ley?

El bebé británico Charlie Gard será desconectado como recomendaron los médicos. Padece una enfermedad genética llamada ‘síndrome de depleción del ADN mitocondrial’, que le provocó un daño cerebral considerado irreversible. (Fito: Getty)
El bebé británico Charlie Gard será desconectado como recomendaron los médicos. Padece una enfermedad genética llamada ‘síndrome de depleción del ADN mitocondrial’, que le provocó un daño cerebral considerado irreversible. (Fito: Getty)

Tras unas semanas agónicas, los padres de Charlie Gard han decidido poner fin a la batalla legal que mantenían a fin de poder someter a su hijo a un tratamiento experimental en Estados Unidos; ya no se opondrán más a la recomendación de los médicos de desconectar al niño para que tenga una muerte digna.

Esta ‘sentencia’ de muerte ha generado tanta indignación como pena y es que lo que para algunos es una decisión que responde a criterios humanitarios para otros es sumamente cruel al no agotarse todas las opciones. Acusan al tribunal de aumentar el dolor y la impotencia de estos padres al prohibirles viajar a EEUU para someter a su hijo a una terapia de nucleósidos experimental que, no obstante, ni siquiera ha sido probada en ratones. ¿El motivo principal? Que la situación de Charlie es ‘irreversible’ puesto que no tiene ninguna función activa.

“Para Charlie es demasiado tarde. El tiempo se ha acabado. Se han producido daños musculares irreversibles y el tratamiento ya no puede tener éxito. Debido al retraso, la ventana de oportunidad se ha perdido”, ha explicado el abogado de la pareja.

La desconexión de Charlie sigue provocando ríos de tinta y reacciones opuestas, pero los padres reconocen que el tiempo para el menor “se ha agotado”. (Foto: Getty)
La desconexión de Charlie sigue provocando ríos de tinta y reacciones opuestas, pero los padres reconocen que el tiempo para el menor “se ha agotado”. (Foto: Getty)

Un final dramático, difícil de asumir y entender. Cierto es que la legislación es diferente en cada país, como los procedimientos médicos autorizados pero, en lo relativo al final de la vida, no hay dilema que valga. El colectivo médico cierra filas y responde al unísono emitiendo la “Declaración de Panamá” durante la celebración del X Foro Iberolatinoamericano de Entidades Médicas (FIEM), reunido en la Ciudad de Panamá entre los pasados 20 y 22 de julio.

Aunque a veces es difícil entender la verborrea legal, por la cuenta que nos trae, conviene tenerlo presente. Así que pido perdón por antelación por meterme en este lío, pero ten paciencia y lee hasta final.

Los 5 razonamientos médicos contra la eutanasia:

  1. En algunos casos, los avances de la Medicina conllevan un aumento en pruebas clínicas innecesarias y tratamientos fútiles que, en ocasiones, alargan interminablemente la agonía de muchos de nuestros pacientes. Es aquí donde comienza el territorio de los cuidados paliativos al tratar de dar la atención técnica y humana, que no buscar alargar ni acortar la vida, sino dar un mayor bienestar a quienes están padeciendo.

  2. Al médico se le prepara para curar y aliviar. La práctica de la eutanasia atentaría contra la ética médica y la confianza que el paciente y sus familiares deben tener en su médico.

  3. La eutanasia traslada un mensaje social negativo a los enfermos más graves e incapacitados, que pueden ser coaccionados a solicitar un final más rápido al suponer que son una carga inútil para sus familias y la sociedad.

  4. Una legislación permisiva con la eutanasia frenaría la implicación, tanto científica como asistencial, de algunos médicos y profesionales de la salud en la atención a unos enfermos sin posibilidad de curación que requieren una considerable dedicación de tiempo y recursos humanos.

  5. Por vocación, formación y mentalización, quien elige la Medicina como razón de ser sabe que todos sus esfuerzos, todo su saber, estriban en salvar la vida de sus pacientes y ahorrarle cuanto sufrimiento sea posible, no puede dedicarse simultáneamente a terminar con su vida. La eutanasia en ningún caso debe ser una actividad médica.

Por otro lado, la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) advierte que términos como “muerte digna” o “eutanasia pasiva” son denominaciones confusas que contribuyen a desinformar a la población y desviar la atención de la verdadera cuestión que está encima de la mesa en relación al proceso de morir sin sufrimiento.

En España, cada año 225.000 pacientes y sus familias precisan de atención paliativa, estimándose que, de éstos, 50.000 necesitan cuidados paliativos avanzados y no los reciben, muriendo con sufrimiento evitable. El impacto de la futura Ley de Atención al Final de la Vida (pendiente de aprobación) podría beneficiar anualmente a un millón de personas, entre pacientes y familiares directos.

Además, desde la profesión médica, la Organización Médica Colegial (OMC) seguirá defendiendo los principios que emanan del Código de Deontología de 2011, que en
su Capítulo VII sobre Atención Médica al final de la vida dice:

Artículo 36
 (1) El médico tiene el deber de intentar la curación o mejoría
del paciente siempre que sea posible. Cuando ya no lo sea,
permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas
para conseguir su bienestar, aun cuando de ello pudiera
derivarse un acortamiento de la vida.
 (2) El médico no deberá emprender o continuar acciones
diagnósticas o terapéuticas sin esperanza de beneficios para
el enfermo, inútiles u obstinadas. Ha de tener en cuenta la
voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento
para prolongar su vida. Cuando su estado no le permita tomar
decisiones, tendrá en consideración y valorará las
 (3) El médico nunca provocará intencionadamente la muerte
de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa
por parte de éste.
 (4) El médico está obligado a atender las peticiones del
paciente reflejadas en el documento de voluntades
anticipadas, a no ser que vayan contra la buena práctica
médica.
 (5) La sedación en la agonía es científica y éticamente
correcta sólo cuando existen síntomas refractarios a los
recursos terapéuticos disponibles y se dispone del
consentimiento del paciente implícito, explícito o delegado.

Bueno, siento haber elegido un tema tan desalentador, del que nos cuesta hablar, pero es mejor saber a qué nos enfrentamos, ¿no crees?

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