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¿Existen alimentos que favorecen la fertilidad?

Puede que no hayas tenido en cuenta a este potente aliado. Sin embargo, la ‘nutrición fértil’ te ayudará a concebir ese bebé tan deseado y a tener un embarazo saludable

Embarazo y dieta vegetariana: ¿son compatibles?
La dieta del arcoiris, que incluye frutas y vegetales de todos los colores, es muy beneficiosa para las futuras madres. (Foto: Getty)

La alimentación es uno de los factores que más influyen sobre nuestra salud, por no decir que es el principal, junto con mantener una serie de buenos hábitos y estilos de vida saludable. Es decir, que los factores ambientales, fumar, consumir alcohol o drogas o la propia dieta también tienen un impacto evidente en la fertilidad de las mujeres y los hombres.

Y es que nos encontramos en un punto en el que la importancia de la alimentación y la concienciación sobre ello empieza a estar más presente en nuestro día a día, lo que nos lleva a cuestionarnos si la comida determina nuestra salud y si existe realmente una dieta que mejora la fertilidad.

Come muchas <a href="https://es.vida-estilo.yahoo.com/con-5-no-basta-te-quedas-muy-corto-esta-es-la-cantidad-de-frutas-y-verduras-que-debes-tomar-a-diario-113736569.html" data-ylk="slk:frutas y verduras.;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas;outcm:mb_qualified_link;_E:mb_qualified_link;ct:story;" class="link  yahoo-link">frutas y verduras.</a> Son un complejo multivitamínico de la Madre Naturaleza. (Foto: Getty)

Según Virginia Ruiperez, autora de ‘Fertilidad Natural’ y nutricionista de la clínica madrileña Minifiv, “una alimentación fértil es aquella que optimiza la fertilidad, ya que aporta todos los nutrientes que intervienen en la bioquímica de la fertilidad. Los nutrientes que nos ofrecen los alimentos intervienen en todas las funciones corporales, y también en la fertilidad, y son necesarios para que ésta funcione correctamente. Por poner un ejemplo, para el óptimo funcionamiento de la hipófisis, encargada de orquestar toda la sinfonía hormonal, como la maduración de un óvulo o la producción de esperma, se precisa de vitaminas del complejo B presente en los cereales integrales, como el arroz”. Aunque se se recomienda que, al menos la mitad de los granos que consumes al día (como el trigo, avena, arroz, pan), sean enteros.

Es decir, que sí habría alimentos que favorecen la fertilidad. Los vegetales como la espinaca, la acelga, lechuga romana, los espárragos y el brócoli son altos en vitamina B y folatos (su forma sintética es el ácido fólico). Consumir alimentos ricos en folato durante la preconcepción y el embarazo, puede ayudar a prevenir defectos de nacimiento en el tubo neural, como la espina bífida.

Los alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, fresas, brócoli y tomates pueden ayudar a tu cuerpo a absorber mejor el hierro, un mineral muy importante para las embarazadas.

Por el contrario, otros, además de tener efectos negativos en la salud, dificultarían la fecundación; por lo que sería recomendable eliminar estos alimentos de la dieta si queréis ser padres.

Además es recomendable evitar la ingesta en exceso de hígado, bebidas estimulantes, algas y verduras crudas sin lavar. Otros alimentos que debes evitar por completo son: Ceviche y sushi crudo, mariscos ahumados refrigerados (como el salmón ahumado), queso blando hecho con leche sin pasteurizar y otros lácteos no pasteurizados.

Un consumo bajo o moderado (menos de 300 mg por día o alrededor de dos tazas de café) no sería un obstáculo para lograr un embarazo. Pero si hay dificultad para concebir o te estés sometiendo a fecundación in vitro mejor déjalo. (Foto: Getty)
Un consumo bajo o moderado (menos de 300 mg por día o alrededor de dos tazas de café) no sería un obstáculo para lograr un embarazo. Pero si hay dificultad para concebir o te estés sometiendo a fecundación in vitro mejor déjalo. (Foto: Getty)

Como recomendación general, una alimentación que favorezca la fertilidad debe estar basada “en alimentos naturales, frescos, no procesados, donde predominan los alimentos de origen vegetal, como frutas, verduras, cereales, legumbres y frutos oleaginosos y preferiblemente procedentes de agricultura ecológica”, añade la experta.

En concreto, el ingrediente estrellla de la dieta mediterránea, el aceite de oliva, podría ser una herramienta terapéutica de cara a mejorar la fecundidad masculina ya que tiene una capacidad inmunoprotectora en los testículos, lo que contribuye a reducir anomalías que provocan una deteriorada fertilidad masculina.

El calcio es fundamental para la formación de los huesos y dientes del bebé. No hace falta tomar leche entera. La ‘semi’ o desnatada con bajo aporte de grasa y enriquecidas con calcio o las vitaminas A+C que se eliminan al desnatar. Se recomienda 3 raciones de lácteos diarias (queso, yogur, leche…).

Y no dejes de lado el pescado. Habrás oído que algunos tipos como el atún, el pez espada o el emperador contiene contaminantes como el mercurio. Es cierto, en dosis altas, ese metal es peligroso para el cerebro del bebé en gestación y para su sistema nervioso. Pero los estudios sugieren que una dieta rica en ácidos grasos omega-3 podría ayudar a regular la ovulación, mejorar la calidad de los óvulos e incluso retrasar el envejecimiento de los ovarios.

El omega-3 también es importante para el desarrollo del cerebro y ojos del bebé y podría traer muchos otros beneficios al embarazo, como reducir el riesgo de parto prematuro, de preeclampsia y aminorar la depresión posparto. Así que puedes y debes tomar pescados blancos; especialmente recomendables las sardinas y el salmón.

El picoteo entre horas está más que permitido en el embarazo. Opta por snacks saludables como los frutos secos. (Foto: Getty)
El picoteo entre horas está más que permitido en el embarazo. Opta por snacks saludables como los frutos secos. (Foto: Getty)

Recuerda que debes ingerir otras proteínas, si eres carnívora elige carne de pollo o cerdo, y a menos que tu médico diga lo contrario, tómate un buen filete de carne roja de vez en cuando (no más de dos veces a la semana). La carne roja magra es la fuente de absorción de hierro más rica y fácil.

Si no te van las proteínas animales recuerda que hay vegetales altos en proteínas como los frijoles y las lentejas, más bajos en grasa y calorías que un filete o pollo frito, incluirlos en tu dieta es bueno para tu salud y una gran forma de mantener un peso saludable.

Desde un punto de vista médico, la obesidad así como una serie de hábitos alimentarios negativos puede suponer, además, un grave problema para la consecución del embarazo. Y es que el estado físico de la mujer que quiere quedarse embarazada puede ser un punto a favor o en contra a la hora de concebir, y lo que comas también puede ayudarte a proteger a tu futuro hijo de la diabetes y el sobrepeso.

“Es evidente, desde una perspetiva científica, que la obesidad supone un problema en los tratamientos de Reproducción Asistida ya que provoca una menor respuesta ovárica a los fármacos empleados en la inducción a la ovulación lo cual disminuye las probabilidades de embarazo”, comenta el Dr. Alfonso Bermejo, director Minifiv, clínica madrileña de infertilidad especializada en el ciclo natural de la mujer y la estimulación mínima.

Embarazada con sandwich y pepinos encurtidos.
No, no hay que comer por dos y complacer todos los antojos. mitos (Foto: Getty)

“En el caso de la mujer, que el riesgo de complicaciones obstétricas es tres veces mayor en mujeres con obesidad, las tasas de aborto aumentan y además tienen mayor riesgo de que ocurra muerte fetal, que en las mujeres con peso normal. Por estas razones, se recomienda que, si la pareja está buscando el embarazo o bien está por someterse a un tratamiento de reproducción asistida, opte por modificar sus hábitos de alimentación, por lo menos de tres a seis meses antes de iniciar la búsqueda del embarazo”, concluye Bermejo.

Por otro lado, además de cuidar lo que comes, si el embarazo es planificado, la mayoría de los expertos recomiendan la mujer comience a tomar ácido fólico al menos un mes antes de empezar a buscar un embarazo. Tambiénes importante comenzar con un suplemento vitamínico de vitamina B9 y hierro.

¿Has modificado tus hábitos alimenticios durante el embarazo? ¿Cuáles alimentos fueron prioritarios y qué otros dejaste de comer?

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