Anuncios

Experta en lenguaje corporal compara los primeros momentos como madre de Kate Middleton y Meghan Markle

A la izquierda, Meghan Markle y el príncipe Harry, que han sido padres el miércoles, y a la derecha, Kate Middleton y el príncipe William en 2013 (Foto: Getty Images).
A la izquierda, Meghan Markle y el príncipe Harry, que han sido padres el miércoles, y a la derecha, Kate Middleton y el príncipe William en 2013 (Foto: Getty Images).

¡Archie Harrison Mountbatten-Windsor está aquí!

El príncipe Harry y Meghan Markle presentaron orgullosos a su hijo ante el mundo el miércoles, en lo que supone su primera aparición como familia ‒dos días después del parto en lugar de durante el mismo día del nacimiento‒ en el castillo de Windsor. La lluvia mantuvo a los tres en el salón de St. George, el lugar de su boda en 2018.

Una Meghan radiante, vestida con un Givenchy sin mangas ceñido justo encima de su barriga posparto y con unos zapatos abiertos Manolo Blahnik, dijo que empezar a ser madre es “mágico”. Harry, con un traje gris pálido, sostenía al bebé en sus brazos, mientras que Meghan miraba a su hijo y le colocaba los cabellos durante la sesión de fotos.

¿Entonces que significaron sus preocupaciones por pequeñeces y cambios?

“Daba muchas señales de comodidad con su cabello, que forma parte de su estilo natural, pero lo hacía bastante”, dice Patti Wood, experta en lenguaje corporal y autora de Snap: Making the Most of First Impressions, Body Language, and Charisma, a Yahoo Lifestyle, tras estudiar el video de la presentación de la familia real.

Un signo de comodidad, explica, “es un toque suave que envía un mensaje al sistema nervioso para producir sustancias químicas calmantes. Es su señal de comodidad y una categoría de aseo personal, lo cual es un signo de comodidad con su apariencia personal, algo que tiene mucho sentido. Creo que indica ansiedad, ya que está exponiendo a su bebé ante las cámaras de los medios de comunicación y también se expone a posibles críticas y burlas”.

En general, no obstante, lo que más notó Wood fue que “Meghan parecía estar controlándolo, en términos de que inició y se mantuvo fuerte con las conversaciones”, dice. “Los comienzos y finales suelen ser los más reveladores y ella se dio prisa en cerrar. Hubo una urgencia y un apresuramiento, gran felicidad, pero eso fue suficiente. Lo cual fue interesante, teniendo en cuenta la estructura de poder. Harry podría haber estado allí por más tiempo”.

Harry estaba tranquilo, “hasta cierto grado”, añade Wood. “Fue bonito y seguro cuando tenía al bebé en brazos, y era obvio que había sostenido a muchos bebés y que estaba cómodo. Muchas veces lo veo como travieso y juguetón, pero aquí había algo de seguridad detrás”.

El príncipe británico Harry y Meghan, Duques de Sussex, durante una sesión de fotos con su hijo recién nacido en el salón St George del castillo de Windsor el miércoles 8 de mayo de 2019 (Foto: Dominic Lipinski / Pool a través de AP).
El príncipe británico Harry y Meghan, Duques de Sussex, durante una sesión de fotos con su hijo recién nacido en el salón St George del castillo de Windsor el miércoles 8 de mayo de 2019 (Foto: Dominic Lipinski / Pool a través de AP).

En cuanto a Megan, sin embargo, “siguió acercándose. Se podría decir que ella quería estar sosteniendo al bebé”.

Cuando Kate Middleton y el príncipe William posaron primero en los escalones del Lido Wing en 2013, presentando a su primogénito George, cada uno de ellos se pasó al bebé para sostenerlo. “Se lo intercambiaron, lo que obviamente estaba preparado y estilizado”, señala Wood, y retrocediendo aún más, recuerda cuando Carlos y Diana aparecieron para su primera foto familiar, y cómo Carlos sostuvo a William con “mucha torpeza”.

Más estudios sobre Kate en 2013 indicaron a Wood un alto nivel de comodidad. “Físicamente, no vi ningún dolor. Tenía una seriedad que la conectaba a tierra y estaba realmente cómoda con las idas y venidas”, señala Wood. “No estaban tan juntos o tocándose entre sí, pero sí estaba en un lugar mucho más expuesto, lo que los volvía más vulnerables, aunque no lo demostraron”.

Meghan, por su lado, “estaba incómoda físicamente, lo que era evidente en la tensión de su rostro y en sus pasos, que eran muy cortos. Había tensión en sus pies y tobillos”, señala Wood. “Doy gracias por eso, porque siempre está muy bien arreglada y es maravillosa, por eso quiero que tengamos algo de empatía”.

Beth Greenfield