Fallece el hijo monje de Paco Martínez Soria, quien llevaba más de treinta años recluido en un monasterio de Tarragona

Completamente en silencio y sin hacer ningún tipo de ruido, así es como se ha apagado la vida del único hijo varón, los cuatro que tuvo el inolvidable actor Paco Martinez Soria. Le conocían como Francisco Martínez-Soria y tenía 88 años aunque su  nombre real era Francisco Martínez Ramos, pero su padre decidió cambiar los apellidos a fin de que no se perdieran.  A pesar de que era el fan número uno de su padre nunca deseó seguir sus pasos en el mundo de la interpretación ni siquiera quiso ser  un personaje público y por ello, a pesar de comenzar a estudiar la carrera de Farmacia decidió tras un periodo de reflexión entregar su vida a Dios.

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Francisco Martínez Soria
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De esta manera y con tan solo  21 años, abandonó sus estudios para ingresar al noviciado de los escolapios de Moià, y siete años después, en 1962, fue ordenado presbítero en Salamanca. Y aunque su padre nunca entendió que tomara esta decisión e incluso intentó quitarle por completo esa idea de la cabeza, al final acabó rindiendo pleitesía y mostrándole todo su respeto, de ahí que acabara animandose a dar un paso más y convertirse en monje y de esta forma en 1991 se puso por primera vez el hábito cisterciense, y, tres años después, en 1994, hizo la profesión como monje cisterciense de Poblet y ha sido precisamente ahí, en el monasterio de Santa Maria de Poblet, donde él ha residía, donde su vida tocaba a su fin.

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Monasterio de Poblet
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De carácter abierto y divertido, Francisco ejerció numerosas actividades y de esta manera trabajó de sacristán, fue responsable de la tienda de recuerdos, refectorio, hospedador, y, antes de jubilarse, responsable de la lavandería. Capaz de sacar el lado bueno de todas las personas, pasó sus últimos años trabajando en la enfermería donde ofreció "su disponibilidad para ayudar en lo que podía los demás enfermos, sea velándolos, sea acompañándolos espiritualmente".

Capaz de sacar el lado bueno de todo aquel que a él se acercaba o le pedía consejo, fue precisamente él quien ayudó a su padre a dar forma a su papel de cura en la popular película de 1970 Se armó el belén. "Mi padre era muy meticuloso. Durante los ensayos solía decir: 'No, no, no lo hace bien. Pronuncie, hable más claro, haga las pausas, las palabras tienen alma, ha de hablar para que le oiga el de la última fila. Así aprendí a predicar gracias a él y yo le enseñé a bendecir cuando hizo de cura en Se armó el belén", explicó en una entrevista en El Mundo en 2019.