El fuerte y emotivo mensaje de Gastón Pauls, junto a sus hijos, Muna y Milo: “Son la razón de ser y mantener mi recuperación”

El fuerte y emotivo mensaje de Gastón Pauls, junto a sus hijos, Muna y Milo: “Son la razón de ser y mantener la recuperación”
El fuerte y emotivo mensaje de Gastón Pauls, junto a sus hijos, Muna y Milo: “Son la razón de ser y mantener la recuperación”

“Esto no estaba armado, ni organizado y ni siquiera pensado”, comienza expresando Gastón Pauls, en un sentido mensaje que subió a su cuenta de Instagram y del que participan, también, sus dos hijos, Muna y Milo. El extracto, formó parte del último programa de Seres Libres, el ciclo televisivo de entrevistas, en el que distintas figuras desandan su experiencia con las adicciones.

“Se nos ocurrió porque recién Germán Barceló -actor, cantante y expareja de Denise Dumas, uno de los invitados del programa emitido el viernes- nos contaba que la recuperación le permite ir a buscar a su hija al colegio”, explicó Pauls. Y continuó: “Mis hijos, que estaban acá, en el estudio, son la razón de ser y mantener la recuperación”.

En ese momento, su hija, fruto de su relación con la actriz Agustina Cherri, giró su rostro para mirarlo a los ojos y tras algunos segundos de silencio, los dos sonrieron emocionados. “Estoy absolutamente orgulloso de poder llevar la recuperación adelante. Y si vos estás ahí drogándote, te estás cagando la vida y creés que es el único camino que podés tomar, quiero decirte que hay mucha vida esperándote ”, señaló.

Luego, les dedicó el programa a algunos de los padres y madres de personas adictas que pasaron por el ciclo para brindar su testimonio, entre ellos a Marina Charpentier, la madre de Santiago “Chano” Moreno Charpentier. “También a todas las madres y padres que perdieron hijos”, agregó.

“ Algunos no están más; algunos se están yendo ahora, se están muriendo quizás hoy. Y muchos, seguramente, están ahora intentando recuperarse y trabajando para eso. Para todos ustedes es este homenaje, para todos los que están sufriendo y padeciendo esta enfermedad ”, finalizó, y les dio un beso a cada uno de sus hijos.

Pauls decidió acompañar el clip en las redes sociales con una reflexión. “Ayer, durante la emisión de Seres Libres, sumé a mis hijos al vivo. Veníamos hablando de madres, padres e hijos sufriendo el infierno de las adicciones. Más que nunca queremos valorar y celebrar la vida”, explicó.

“Si te estás matando, si sentís que no podés salir de la oscuridad, si una y otra vez volvés a consumir lo que está destrozando tu vida, date una oportunidad para ser verdaderamente libre. A pesar de que te quieran hacer creer que es imposible, vos podés”, insistió.

El año pasado, en una entrevista con este medio, Pauls repasó su historia de consumo y superación. Reveló que probó la cocaína a los 17, pero que desde hacía años consumía alcohol, un elemento al que consideró “la puerta de entrada”. “Yo venía de tomar alcohol en la casa de un amigo. No sé, cuatro botellas de gin entre varios. Después fumamos porro y nos fuimos al boliche, que era un boliche en Belgrano, Rainbow se llamaba. A unos metros de donde yo estaba bailando, había un tipo en la puerta metiéndose algo en la nariz. Y me acerqué y le pregunté qué era. Era un amigo mío, supuestamente. Yo tenía 17 y él tenía 27. Me dijo: ‘Merca’. ‘¿Qué te hace?’, le pregunté. ‘Vas a ser Superman’, me dijo. Y me ofreció. ‘Sí, obvio’, le dije. ¿Quién no quiere ser Superman, sobre todo a los 17? Y me dio, y me acuerdo lo que me pasó cuando me metí esa sustancia en mi nariz en el año 89″, recordó.

“Fue la gloria. Salí del baño levitando. Sentía que tenía la capa de Superman y la S en el pecho. Es real. Ahí está el engaño. Si fuese una mierda desde el comienzo, y… no la consume nadie, o la prueba una vez y no consume más. El tema es que, de ser Superman, de estar como a diez metros de distancia de los mortales, ese estado te dura lo que te dura la dosis. Se te va y cuando se te va, caés. Cuando estás en el piso decís: “No, yo quiero volver a ser Superman”. Y tenés que ir a comprar más porque el segundo ya no te lo regalan. La segunda bolsa la tuve que comprar”, reveló.

También contó cómo fue el momento en el que tomó la determinación de dejar de consumir: “ Después de cuatro noches sin dormir y de ver que de verdad venía la muerte. Y ni siquiera es una muerte plácida. No es que es una muerte heroica, o pacífica con los seres queridos al lado. Es una muerte decadente, tercermundista berreta, arrastrándote por el piso. Y decís: ‘No, pido ayuda’. Le pedí ayuda a Dios primero, y después pude pedírselo a mi pareja de ese momento. Y no fue fácil, pero fue mucho menos difícil de lo que yo creía. Lo difícil era mi cabeza, que todo el tiempo me decía: ‘No lo vas a lograr’. Eso es la enfermedad. Lo más difícil era cómo aquietar ese pensamiento”.