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Gana con un Martini

La primera pregunta que asalta el paladar es: ¿Existe el trago óptimo? Recorriendo las historias de los tragos clásicos y las anécdotas que los rodean, llegamos al Martini. Inmediatamente surge un nuevo interrogante: ¿Cómo lograr un Martini perfecto?

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Este es un tema que se discute desde el mismo origen de los tiempos. Bueno, en realidad desde los años cincuenta como mínimo. Si le haces esa pregunta a diez conocedores de Martini, apuesto a que obtendrás diez respuestas diferentes. De hecho, es un combinado simple pero magnífico y se ha convertido en un ícono de la coctelería.

El Dry Martini. De entre las múltiples historias que rodean este drink clásico, una de ellas cuenta que fue el bartender norteamericano Jerry Thomas fue su verdadero creador. Además de ser el primero en mezclar bebidas, también fue el encargado de escribir el que es considerado el primer libro de coctelería en 1862, llamado “How to Mix Drinks”.

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No sólo el Martini de 007 se ha convertido en un cóctel famoso dentro del mundo del cine, otras mezclas realizadas con vermut, como el Gibson o el Manhattan robaron protagonismo a las actrices más veneradas del cine clásico, como Marylin Monroe o Bette Davis. Tragos y luminarias del cine se han llevado de maravillas desde siempre.

Como decíamos, cabalmente conocido es el gusto de James Bond por este cóctel hecho a base de ginebra y vermouth seco, que el espía insiste en disfrutar con vodka y ‘mezclado, no agitado’. Pero el personaje sacado de las novelas de Ian Fleming no es el único que se ha visto conquistado por el sabor de esta famosa mezcla. La estrella del cine clásico Humphrey Bogart fue un fan declarado de los Martinis, hasta el punto de beberlo con regularidad durante el rodaje, de ‘Sahara’. Se cuenta que Bogart eludió el malestar intestinal que sufrieron todos los implicados en el rodaje de ‘La Reina de África’ bebiendo Martinis en lugar de agua.

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Otro amante de este combinado era Winston Churchill quien optaba por su versión seca, sin añadirle vermouth, mientras que a Ernest Hemingway lo prefería con una mayor dosis de ginebra: 15 a 1 en lugar de 8 a 2, como manda la tradición clásica.

El Martini es un típico licor tan originario como representativo de Italia, que a través de 140 años de historia, supo marcar la diferencia. Su nacimiento se remonta a la gloriosa época del antiguo imperio romano, quién con esfuerzo y esmero fue mejorando la mezcla del vino con hierbas mediterráneas. El Turín (ciudad donde se encuentra la companía Martini & Rossi) del siglo XIX se convierte en el centro de atención culinario de Italia, siendo los creadores del llamado aperitivo antes de las comidas.

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Existe un universo inmenso en lo que se refiere a la preparación de Martinis. Ello se debe a que el Martini siempre será una excelente opción para comenzar una velada; a través de los años, la elegancia de este cóctel lo ha convertido en una de las bebidas alcohólicas preparadas más populares y reconocidas alrededor del mundo. Existe una gran variedad de Martinis saborizados para todos los gustos, que incluyen diversos licores.

Los amantes del cóctel Vodka Martini nunca lo tomarían agitado, sino removido, pues al agitarlo la mezcla no ofrece un aspecto limpio, y lo más importante: para que parte del alcohol no se evapore. Se decora con una aceituna, enjuagada para no ensuciar la mezcla con la salmuera,—aceitunas manzanilla sin ningún relleno ni sabor—. También se puede utilizar de guarnición una espiral de cáscara de limón o naranja, siempre en su justa medida de espiral.

Definitivamente, los fanáticos aseguran que un smoking es el mejor atuendo para beber un Martini.