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Garrapatas, pulgas y otros peligros para tu mascota en primavera

Como cada año en primavera, los campos e, incluso, las ciudades se llenan de ‘peligros’ que pueden comprometer la salud de nuestras mascotas. Sobre todo, para los perros que, habitualmente, pueden pasar más tiempo fuera de casa, aunque nos encontremos en un momento de confinamiento. Hablamos de parásitos como pulgas y garrapatas, posibles transmisores de enfermedades tan graves como la babesiosis, la erliquiosis, enfermedad de Lyme, borreliosis o la anaplasmosis. Estas patologías pueden provocar fiebre, anemias graves, manchas en la piel, artritis y, en los casos más graves, el fallecimiento de nuestra mascota. También hay que tener en cuenta que es tiempo ya de mosquitos, y que algunos tipos de estos insectos pueden transmitir la leishamaniosis o la filariosis.

Por eso, es importante que adoptemos todas las medidas que tenemos a nuestra disposición para la prevención. De este modo, evitaremos que la presencia de estos desagradables 'bichos' nos den un disgusto.

Cómo saber si mi perro ha sido infectado

En primer lugar, hay que recordar que no todas las garrapatas transmiten la enfermedad. “Las garrapatas, por sí mismas, no son peligrosas. Constituyen un peligro para la salud de nuestros animales porque pueden ser vectores de enfermedad. Si están previamente infectadas y pican a nuestra mascota, sí pueden contagiarla y poner en peligro su vida. También conviene saber que una garrapata pica y, al poco tiempo o a los días, se desprende. En otras ocasiones, puede quedarse enganchada e hincharse y hasta poner huevos (en el caso de las hembras), pero jamás penetra en la piel de la animal, solo introduce su boca", explica el veterinario Roberto López, Practice Manager de AniCura Uribe Kosta Clínica Veterinaria.

Para saber si nuestro perro ha sido infectado por alguna de las enfermedades que transmiten las garrapatas debemos observar si manifiesta signos de decaimiento, orina de color oscuro, tiene pigmentación en la piel y picor y fiebre. “Si nuestra mascota presenta estas señales, no podemos esperar a que mejore y debemos acudir rápidamente al veterinario”, alerta el especialista. Y es que son enfermedades rápidas y en poco tiempo pueden evolucionar hasta que sea demasiado tarde.

Diagnóstico de las enfermedades por garrapatas

El diagnóstico de estas patologías es sencillo. Se realiza mediante los test ‘ELISA’. Tal como explica la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU, ELISA es el acrónimo en inglés para enzimoinmunoanálisis de absorción. Se trata de un examen de laboratorio comúnmente usado para detectar anticuerpos en la sangre. Un anticuerpo es una proteína que el sistema inmunitario del cuerpo produce cuando detecta sustancias dañinas, llamadas antígenos.

En ocasiones, también se puede sospechar mediante un análisis de sangre, en el que el hemograma se encuentre alterado y confirmarse mediante el test ELISA o un análisis de una muestra de sangre mediante el microscopio.

Un tratamiento para cada mascota

Afortunadamente, contamos con un arsenal de productos para la prevención y evitan que nuestras mascotas se infecten y enfermen. En este sentido, Roberto López recomienda consultar con nuestro veterinario para saber cuál es el mejor tratamiento preventivo, ya que “según el riesgo de cada zona puede ser necesario optar por dos tipos de profilaxis para incrementar la eficacia".

Cuando se trata de adquirir un producto antiparasitario externo adecuado para nuestra mascota, la oferta es tan amplia y variada que, en ocasiones, puede resultar un auténtico desafío escoger el idóneo. Desde Tiendanimal detallan los tipos disponibles en el mercado:

  • Pastillas orales: se trata de una opción bastante efectiva, y su efecto dura de uno a tres meses

  • Pipetas: contienen un líquido que es absorbido por la piel y que se aplica en la nuca del perro y a lo largo de su dorso (espalda) una vez al mes

  • Collares: el principio activo es liberado progresivamente y se distribuye por todo el cuerpo del animal. Tiene una duración de 3 a 12 meses según el collar

  • Sprays: suelen utilizarse para eliminar en poco tiempo los parásitos cuando ya hay una infestación importante. Una vez eliminados, se debe elegir uno de los productos de larga duración para proteger al animal de una nueva infestación

Además, señalan los expertos de Tiendanimal, es importante que adoptemos otras medidas de prevención. Por ejemplo:

  1. Es recomendable cumplir la regularidad de bañar al perro en función a su tipo de pelo y piel

  2. Un cepillado habitual es fundamental para mantener más limpio al animal y así observar si tiene algún huésped indeseados

  3. Lo mejor es sacudir su cama cada día y lavarla una vez a la semana con agua caliente: si hubiera huevos de parásitos, así se eliminan con mayor eficacia

  4. Hay que potenciar los cuidados preventivos si el animal accede a zonas de campo y bosque: con la llegada de la primavera, los parásitos acechan en estos lugares

  5. Cada perro es diferente y requiere productos diferentes; por eso siempre se debe consultar al veterinario

Otros problemas

Esta estación también puede ocasionar otros problemas en la salud de nuestras mascotas. Por ejemplo, y según señala el veterinario:

Ojo con la oruga procesionaria del pino: en esta época sale de sus refugios en la copa de los pinares y en su tránsito por el suelo es extremadamente peligrosa por las graves lesiones que provoca por el contacto con las mucosas de nuestros curiosos compañeros.

Aumentan las alergias: el desarrollo de brotes relacionados con la atopia (animales que presentan reacciones alérgicas con una frecuencia anormalmente elevada), alergia a alégrenos del ambiente, es muy frecuente en esta época, ya que la presencia de pólenes en suspensión y en el suelo comienza en estos meses. Los perros que padezcan esta enfermedad comienzan a sufrir la aparición de picores, eccemas, otitis y dermatitis de forma mucho más frecuente y grave en esta época. Los pacientes crónicos tienen reagudizaciones de sus síntomas, tanto dermatológicos como respiratorios, así que conviene estar atentos a estos cuadros y acudir a consulta en cuanto los detectemos.

Comienza la época de celo: los celos en los caninos suceden aproximadamente cada 6 meses y no tienen una marcada estacionalidad, sin embargo, en los felinos, la época de celos comienza poca antes de la primavera y se extiende hasta el verano. De esta manera una gata puede tener múltiples celos desde el final del invierno, dependiendo de la raza y la presencia en el entorno de otros gatos con actividad sexual. Por fortuna, la generalización de esterilizaciones ha reducido mucho los problemas derivados de los embarazos no deseados en nuestros animales de compañía.

Muda del pelo de invierno al de verano: en la primavera comienza la muda más llamativa en el pelo de nuestros amigos, ya que cambian el pelo de invierno por el del verano. Esto es mucho más llamativo en determinadas razas y hacen que el cepillado deba de ser mucho más frecuente. La muda es un proceso natural y necesario que no debe de asustarnos.