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Hay una película genial de los 80 que merece tanta fama como ‘Los Goonies’

Cuando hablamos de clásicos de los 80, inmediatamente nos vienen a la mente títulos como Regreso al futuro, Los Cazafantasmas o Los Goonies, joyas incontestables del pasado que definieron a una generación entera y siguen levantando pasiones entre el público. No cabe duda del impacto que causaron todas ellas, pero aquella década está llena de joyas que, a pesar de no gozar de la misma fama, merecen el mismo reconocimiento.

Por eso hoy me he propuesto reivindicar la que para mí es una de las mejores películas de aventuras de los 80, Aventuras en la gran ciudad, un film juvenil que nada tiene que envidiar a los títulos mencionados y que, aunque tiene sus fans, en mi opinión merece tanta fama como Los Goonies y sus contemporáneas.

El icónico cartel de 'Aventuras en la gran ciudad' (Touchstone/Disney)
El icónico cartel de 'Aventuras en la gran ciudad' (Touchstone/Disney) (Touchstone, Disney)

Aventuras en la gran ciudad (en inglés Adventures in Babysitting) es el debut en la dirección de Chris Columbus, uno de los directores más prominentes dentro del cine familiar y de aventuras gracias a los éxitos de Solo en casa, Señora Doubtfire o la saga Harry Potter. Mucho antes de ponerse al cargo de algunos de los blockbusters más grandes de Hollywood, Columbus dirigió una película más modesta que nos invitaba a pasar una noche loca junto a una niñera y tres adolescentes en la ciudad de Chicago.

Aventuras en la gran ciudad está protagonizada por Elisabeth Shue, cuya fama se había disparado unos años antes gracias a su participación en el fenómeno Karate Kid, uno de sus primeros papeles. Shue interpreta a Chris Parker, una chica de 17 años a la que su novio da plantón en su aniversario y acaba haciendo de canguro de una niña de 8 años, su hermano de 15 (que está totalmente colgado de ella) y el mejor amigo de este. Tras recibir una llamada histérica de su amiga Brenda (Penelope Ann Miller), Chris deberá ir en su rescate a la otra punta de la ciudad, arrastrando a los niños en una aventura llena de sorprendentes contratiempos y peligros.

La premisa de Aventuras en la gran ciudad era tan sencilla como efectiva, y su desarrollo lleno de giros, humor y un ritmo endiablado, la convertía en un pasatiempo infalible para ver una y otra vez. La película era algo así como una versión adolescente de ¡Jo, qué noche!, el clásico de Martin Scorsese. De hecho, Columbus obligó a los jóvenes actores a ver dicha película (que se acababa de estrenar por aquel entonces) para inspirarse antes del rodaje y entender lo que el cineasta buscaba.

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Siempre que tengo la ocasión, la defiendo como una de las películas más redondas y divertidas de los 80. De hecho, el tiempo la ha tratado muchísimo mejor que a otros clásicos de la época. Esta es una de esas películas en las que no sobra nada y cada minuto es memorable. El metraje está repleto de escenas icónicas que se quedaron grabadas en la memoria de este niño de los 80: el inolvidable inicio musical con Shue bailando en su dormitorio al ritmo de Then He Kissed Me de The Crystal (tres años antes de que Scorsese la usara en Uno de los nuestros, por cierto), el blues improvisado de Chris para escapar de los mafiosos, el encuentro con Thor (interpretado por Vincent D’Onofrio), todas las escenas de Brenda en la estación o el trepidante clímax en el rascacielos.

Inicialmente, Aventuras en la gran ciudad fue un fracaso de taquilla, estrenándose en el puesto número 9 de la box office estadounidense. Sin embargo, el estudio decidió mantenerla en cartelera a lo largo del verano y acabó convirtiéndose en un éxito sleeper, recaudando la nada desdeñable cifra de $34 millones (€28 millones, sin aplicar inflación; BoxOfficeMojo). Con el tiempo, el público la fue descubriendo y su popularidad aumentó con su llegada a los videoclubs, alzándose como uno de los títulos ochenteros de mayor valor de revisionado.

Gran parte de la clave del éxito de Aventuras en la gran ciudad reside en la elección de Shue como protagonista. En una entrevista reciente con Vulture, la actriz de Leaving Las Vegas, a la que hemos visto hace poco retomar su personaje de Karate Kid en Cobra Kai, recuerda con cariño el rodaje, especialmente la escena del blues de la niñera, que cita como una de las mejores experiencias de su vida. Sin embargo, Shue no fue la primera opción. Más de 150 actrices (entre ellas Sharon Stone, según los rumores) participaron en el casting antes de que el papel de Chris recayera en ella.

Aventuras en la gran ciudad supone una rara avis al ser una comedia juvenil producida por la mojigata Disney que incluye temáticas más adultas, referencias abiertas al sexo (Shue acudió a la mansión Playboy para realizar una sesión de fotos que formaría parte de la subtrama más picante del film) y palabras malsonantes, con la frase “Don’t fuck with the babysitter” (“No jodas a la niñera”) convirtiéndose en una suerte de eslogan no oficial. La razón es que la película estaba producida por Touchstone Pictures, la filial de Disney dirigida por Jeffrey Katzenberg y dedicada a producir películas de corte más adulto y arriesgado, como Un, dos, tres... Splash, El color del dinero, Good Morning, Vietnam o Pretty Woman.

Shue concuerda con que el éxito de Aventuras en la gran ciudad fue lento. De hecho, la actriz recuerda que, en su día, nadie la paraba para hablar de ella y reconoce que es ahora cuando la gente la aprecia más. Para ella, el film de Columbus fue solo uno más en sus primeros pasos como actriz en Hollywood, pero con el tiempo ha acabado siendo recordada como uno de los trabajos más emblemáticos de su filmografía.

En los años posteriores, Shue participó en Cocktail y la saga Regreso al futuro entre muchos otros proyectos, lo que la llevó a encasillarse como sex-symbol y “la novia de”. Precisamente para deshacerse de esas etiquetas hizo Leaving Las Vegas en los 90, su papel más aclamado, que le valió su primera (y hasta ahora única) nominación al Óscar. Desde entonces ha desarrollado una carrera muy estable en Hollywood y no ha parado de trabajar. Lo último, un papel de villana en la irreverente serie de Amazon The Boys, el triunfal regreso de Ali Mills a Cobra Kai y la serie de Netflix creada por Julie Delpy Al borde. Aunque para muchos, siempre será nuestra niñera Chris Parker.

En 2016, Disney produjo un remake televisivo de Aventuras en la gran ciudad que se estrenó en Disney Channel. Pero claro, ya no era lo mismo. Una película como la original simplemente no se puede replicar, no puede volver a repetirse, sobre todo porque ahora tenemos Internet y móviles.

Por eso me gusta tanto volver a sus calles nocturnas de vez en cuando, porque me recuerda un tiempo que ya no existe y que no puede volver, pero al que yo sí puedo regresar, aunque sea a través de la pantalla. Aventuras en la gran ciudad merece mayor reconocimiento. No solo es infalible como entretenimiento y ha envejecido mucho mejor que otras de la misma época, sino que además es una de las películas que mejor capta la magia analógica de los 80, una era en la que perderse en la gran ciudad se podía convertir en la aventura de nuestras vidas.

Aventuras en la gran ciudad está disponible en Disney+.

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