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El Gobierno británico se enroca en su plan fiscal pese a la crisis

Londres, 29 sep (EFECOM).- El Gobierno británico defendió este jueves su masiva rebaja de impuestos que ha llevado a una crisis de la deuda pública y de la libra esterlina, al tiempo que trató de atribuir la situación a su programa de ayuda para reducir la factura energética de hogares y empresas.

Tras varios días de silencio absoluto, mientras la libra se devaluaba hasta su nivel histórico más bajo, la primera ministra, Liz Truss, lanzó una contraofensiva mediática con su presencia en numerosas entrevistas por radio y televisión para justificar la necesidad de adoptar "decisiones difíciles y controvertidas".

En su ronda por emisoras regionales de la BBC, la líder conservadora, en el poder desde hace solo tres semanas, justificó que su Ejecutivo debió "adoptar medidas urgentes para hacer crecer la economía".

Ese plan contiene puntos, como la rebaja del 45 % al 40 % del tramo más alto del impuesto sobre la renta, que han sembrado dudas sobre la capacidad del Reino Unido de afrontar un endeudamiento de esa magnitud.

La reacción de los mercados, que llevó a la libra esterlina a su cotización más baja frente al dólar el pasado lunes, motivó además la intervención extraordinaria ayer del Banco de Inglaterra para estabilizar el mercado de bonos de deuda pública a largo plazo.

Pese a que muchos analistas consideran que el proceso de corrección del valor de la libra continuará hasta que se sitúe por debajo de la paridad con el dólar, la intervención hoy de Truss pareció serenar las aguas y la divisa británica recuperó terreno, al subir un 2,18 % frente al dólar, hasta 1,10 dólares.

AYUDA ENERGÉTICA

La jefa de Gobierno mantuvo su argumento de que "reducir los impuestos impulsará la inversión, lo que creará puestos de trabajo y oportunidades para todos", aunque reconoció que "llevará tiempo" que se noten los beneficios.

Sin embargo, al mismo tiempo que defendían la bajada de impuestos -el tramo inferior de la renta pasará del 20 % al 19 %-, las autoridades británicas se esforzaron por vincular la reacción de los mercados al plan de ayuda a familias y empresas para pagar las facturas de la energía, disparadas por la guerra en Ucrania.

Ese paquete de ayudas está valorado en unos 150.000 millones de libras (170.000 millones de euros) y pondrá un tope durante dos años al precio minorista para los hogares y de seis meses para las empresas.

Truss no ha especificado cómo se reducirá la deuda pública que se acumulará con estas medidas, aunque su ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, indicó hoy que se pedirá a los ministerios que recorten gastos y a la Oficina de responsabilidad presupuestaria (OBR, en inglés), que supervisa las finanzas públicas, que prepare un informe sobre el crecimiento, la inflación y la deuda.

Aunque el ministro prevé precisar su plan de reducción de la deuda en una intervención parlamentaria el 23 de noviembre, se alzan las voces que le reclaman, incluso dentro de su propio partido, que adelante ese anuncio.

FUEGO AMIGO

La comisión del Tesoro de la Cámara de los Comunes (Baja), presidida por el conservador Mel Stride, instó hoy por carta a Kwarteng que dé "una fecha lo antes posible" para presentar sus planes, toda vez se conoce ya que la OBR facilitará una previsión inicial en octubre.

Las críticas a Kwarteng arrecian entre sus correligionarios, y la prensa británica ha aireado que algunos diputados habrían pedido ya su cabeza a Truss para seguir apoyando al Ejecutivo.

Otra voz cualificada, el exgobernador del Banco de Inglaterra Mark Carney, dijo hoy que el Gobierno ha "socavado" los esfuerzos de la institución monetaria por controlar la inflación galopante.

Carney señaló que los 45.000 millones de libras (50.000 millones de euros) de rebaja de impuestos ha provocado un "giro dramático" en los mercados, al no llevar aparejado un plan para sostener la deuda.

Los efectos políticos de la crisis comienzan a ser devastadores para el Gobierno "tory". Una encuesta sobre intención de voto realizada por YouGov para el diario "The Times" dio hoy una ventaja de 33 puntos (54 % frente a 21 % a los laboristas frente a los conservadores.

Se trata de la diferencia más amplia en ningún sondeo en el Reino Unido desde finales de los años 90.

Enrique Rubio

(c) Agencia EFE