Goya Toledo: ‘He aprendido a lidiar con la fama... despiertas un sexto sentido que ya me gustaría tener menos alerta'

Goya Toledo
(Valero Rioja)

Todavía queda algo en ella de aquella niña que jugaba y cantaba en el patio de su casa, en Lanzarote, mientras soñaba con convertirse, algún día, en actriz. "Creo que lo bonito es jugar mientras se pueda. Meterse en otra realidad, creérsela… pero no por evadirte, porque creo que tienes que ser consciente de las cosas que pasan, que son muy duras también". Esa pequeña es hoy una de esas estrellas que no necesitan presentación. Han pasado más de 25 años de su debut en el cine, con Mararía, pero a Goya Toledo no le invade la nostalgia. Abraza el paso del tiempo y, nos dice, se encuentra en una etapa "de aprendizaje, de curiosidad, de encontrar el camino más real… De buscar la manera de hacerlo realmente como creo que debo y lo que más me puede hacer crecer". Mientras, se incorpora a Culpa tuya, la segunda parte de la trilogía Culpables, el fenómeno literario que Prime Video ha llevado a la gran pantalla. En la película —disponible en la plataforma desde el 27 de diciembre—, da vida a Anabel, la misteriosa madre de Nick (Gabriel Guevara), el protagonista, que regresa a su vida después de un tiempo desaparecida.

Goya Toledo posando sentada en un banco

—Goya, ¿cómo ha sido esta experiencia en Culpa tuya?

—Maravillosa. Cuando me ofrecieron el personaje, pregunté en el whatsapp familiar quién había visto la película. Inmediatamente, saltó mi sobrina, de 17 años, diciéndome que la había visto, que había leído los libros... Fue tan bonito que le dije: 'Quiero ver la película contigo'. La vimos las dos juntas y fue tan emocionante que pensé que está descubriendo el mundo a través de la película, se siente otra protagonista más de la historia.

Siendo ella tan fan, ¿te dio algún consejo cuando le dijiste que ibas a participar?

—No... No daba crédito, no se lo esperaba, porque, además, ha visto muchísimas veces la película... Me preguntaba qué es lo que iba a pasar y yo le decía que no se lo podía contar (risas). Qué bonito que eso pase, que te ilusione tanto una historia y que vivas tanto el cine. Me encanta.

—Nicole Wallace y Gabriel Guevara forman parte del elenco y representan una nueva generación de actores. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?

—Ha sido una experiencia muy buena. Casi todas las escenas las tengo con Gabriel, más que con Nicole. Además, algunas son bastante intensas, y ha sido muy 'guay' poder conectar así para el trabajo y en la vida real también. Con él ha sido muy fácil, con Nicole también… son todos muy profesionales.

"Comparo esta carrera como actriz con la de un ser humano. Más que nostalgia, ves cuánto aprendizaje hay en la vida mientras la transitas. Lo vivo como algo natural, no hay vuelta atrás y no pasa nada"

—¿Te entra cierta nostalgia al verlos? 

—Fíjate, yo comparo esta profesión y esta carrera como actriz con la de un ser humano. Eres adolescente, luego tienes pareja, te casas, tienes hijos, tus hijos crecen, tú pasas a otro lado... Más que nostalgia, ves cuánto aprendizaje hay en la vida que tienes que hacerlo mientras la transitas. Te das cuenta de que en la vida pasan cosas, pero yo lo vivo como algo natural, como un proceso, no hay vuelta atrás y no pasa nada y está todo bien. Es como tiene que ser.

Echando la vista atrás, ¿estás orgullosa de todo tu recorrido? ¿O hay algún papel que piensas que, quizá, no tendrías que haber cogido?

—Sí, lo que pasa que la vida, según la transitas, también te da experiencia. Sí que piensas: 'Tendría que haber que hecho esto, lo otro…' No tanto con papeles, sino con actitudes ante la profesión. Hay momentos en los que igual he trabajado más o menos, pero aprendes a disfrutar cada momento que te llega. A lo mejor, cuando eres más joven, eso no lo aprecias tanto.

—Parece que cada vez hay más papeles para mujeres de todas las edades. ¿Crees que se abre más el abanico?

—Creo que no tiene nada que ver con cómo era antes, por experiencias que he visto. Yo nunca me he sentido encasillada... Porque la mamá que hago en Culpa tuya no tiene que ver con la que hice en Veneno. Por edad, me toca más ser madre y no pasa nada, me parece maravilloso. Dentro de ese rol, me han tocado madres muy diferentes. También puedo tener una historia mía, personal, que no implique ser madre. Me gusta hacer cosas variadas, no siempre lo mismo, más que porque te encasillen, por ti mismo... Por explorar nuevas cosas.

Goya Toledo
Goya Toledo

"Nunca me planteé seguir en el mundo de la comunicación, porque hice televisión para pagarme mis clases y vivir en Madrid. Lo disfruté mucho, pero jamás dudé de que mi sitio estaba en la interpretación"

Esta es una profesión muy difícil, hay mucha incertidumbre... ¿Cómo la gestionas?

—He aprendido a organizar muy bien mis tiempos. La incertidumbre está en este trabajo, pero también en otros. Forma parte de la vida. Nadie sabe lo que nos va a pasar mañana. Lo importante es intentar aprovechar el tiempo lo máximo posible con lo que realmente queremos hacer y con lo que creemos que suma a nuestros sueños, no quedarse en la queja... Reeducarse a veces en ciertos temas cuesta mucho, pero hay que hacerlo para prosperar y seguir avanzando.

—Has dado otro pequeño salto, escribiendo guiones… ¿Cómo se dio este paso? ¿Surgió por evolución personal?

—Surgió, por supuesto, por mi evolución personal. Me pasaba que, cuando veía algo, decía: 'Jo, esto me encantaría escribirlo, esto hay que rodarlo…' Al final llegó un día en el que decidí que tenía que saber lo que es eso de escribir, porque es otro mundo, otra profesión. Estoy poniendo un pie ahí, por lo menos, dándome la libertad de tener ideas, anotarlas y dar pequeños pasitos... Eso también te da una libertad y esperanza (no sé si es la palabra correcta), de que, si algún día uno de estos proyectos sale, puedes interpretar al personaje. Realmente lo hago siempre con esa mentalidad. No sé en el futuro, pero, a día de hoy, siempre pienso en el actuar, en el personaje que estoy escribiendo, en qué personaje me gustaría hacer.

¿Y qué personaje te gustaría interpretar que todavía no hayas podido hacerlo?

—Uno que estoy escribiendo que, si sale, ya os diré (risas) y otro que me encantaría sería La rosa tatuada de Tennessee Williams.

"He aprendido a lidiar con la fama porque no es fácil... Lo que pasa es que despiertas un sexto sentido hacia cosas que ya me gustaría tenerlo menos alerta"

Goya Toledo vestida de gris
Goya Toledo vestida de gris

Te puede interesar

De sus 'pinitos' en la televisión a su 'trauma' con las maletas

—Eres muy familiar, ¿siempre te apoyaron en este sueño, confiaron en ti?

—Sí… Sobre todo, a las madres les da mucho ‘miedito’ esto. Soy la más pequeña de cinco hermanas. Al principio, tuve algunos momentos... Era la primera de la familia que se dedicaba a esto, tampoco tenía mucha información, pero lo que sí sabía es que era lo que quería y, afortunadamente, tuve el soporte y el apoyo. Que la gente que tengas alrededor te sostenga es muy importante porque te da mucha fuerza. Me fui a la escuela de Cristina Rota y durante cuatro años estuve totalmente sumergida allí. No sé si por protección, porque podría haber salido a hacer castings, pero no me apetecía, quería estar ahí viviendo la intensidad de los trabajos que ella nos proponía.

Esa inmersión que tú dices, ¿te benefició?

—Pues no lo sé, fíjate. Era lo que necesitaba y lo que quería en ese momento y no me fue mal tampoco porque me vinieron oportunidades muy buenas... Tuve suerte, estuve en el momento que tenía que estar, no sé... Pero creo que despegué muy bien.

—También diste algunos pasitos en el mundo de la comunicación (con Alfonso Arús). ¿Te has preguntado qué hubiese pasado si hubieras seguido este camino?

—Cuando hacía eso, estaba estudiando Arte Dramático y tenía claro que lo que me llenaban eran mis clases. Nunca me lo planteé porque, desde el principio, lo hacía para pagarme mis clases y vivir en Madrid. Lo disfruté mucho, pero jamás dudé de que mi sitio estaba en la interpretación.

Goya Toledo con conjunto de falda y chaqueta
Goya Toledo con conjunto de falda y chaqueta

—Siempre has sido muy discreta, ¿en algún momento te ha llegado a agobiar la fama?

—He aprendido a lidiar porque no es fácil... Al final, tu gente es tu gente, pero no todo el mundo te ve igual. No todos te conocen, no saben quién eres… Pueden conocerte por imagen, por trabajo, pero nada más… Y tienes que lidiar con eso y ver cómo lo manejas. Creo que lo importante es seguir con tus amigos, los que has tenido siempre y los que se van uniendo en el camino. Lo que pasa es que despiertas un sexto sentido hacia cosas que ya me gustaría tenerlo menos alerta. Pero, bueno, es normal, como en cada trabajo, cada uno sabe.

¿Lees lo que se dice de ti?

—Depende. Si el que escribe es un profesional, sí que me interesa saber su opinión, pero si hay gente que escribe por escribir, por molestar… También hay quien lo hace por todo lo contrario y lo agradeces.  Aunque, al final, la opinión de tu trabajo la sabes tú mejor que nadie, porque uno sabe cuando las cosas están de una manera o podrían haber sido de otra... No leo todo porque, si no, sería una pérdida de tiempo y hay muchas cosas que hacer durante el día como para contaminarte de eso. Más ahora con todo el tema de las redes sociales.

—Vives a caballo entre España y Estados Unidos y has estado en Hollywood. Antes era más difícil entrar… 

—Ahora ha cambiado tanto... Las plataformas han abierto más puertas. Pero, curiosamente, yo creo que casi todos los españoles y de otros países que han estado ahí trabajando han llegado por una producción de su país. A mí me pasó con Amores perros, una película de México. Quizá fue un momento de quedarme ahí porque fue nominada al Oscar, tuvo mucha visibilidad, pero en ese momento no tenía esa intención... Nunca sabes dónde se abren las puertas, lo que hay que hacer es estar trabajando constante, lo que más se pueda y lo que mejor se pueda.

Goya Toledo apoyándose en un árbol

—Has dicho que tu «trauma» es hacer maletas y ahora, en cambio, las haces constantemente. ¿Ya está superado entonces?

—No (risas) Ya sé de dónde viene, el por qué... pero hasta que te das cuenta de por qué te pasa eso, es tremendo, pero, bueno, ya lidio mejor con ello también. Hacer maletas para ir porque, para volver, no me importa: es meter lo que has llevado. Y no sólo por meter ropa, sino por cosas emocionales. Todos tenemos cosas que nos condicionan y no sabemos por qué, y resulta que tienen un pasado.

Te interesa mucho la Psicología...

—Sí porque siempre creo que hay algo más allá de las cosas que pasan. No sólo es la fachada y lo que ves en ese momento.

Tienes muchos sitios, pero tu centro sigue siendo Lanzarote. ¿Qué tiene tu isla?

—Lanzarote, aparte de tener unos paisajes maravillosos y ser una isla mágica, huele tan bien... ese mar que hay en Lanzarote no huele así en ningún otro sitio. Yo me conecto tanto cuando estoy allí y estoy mucho tiempo porque también vivo allí. Es mi infancia, es mi vida, es mi familia, es alguien que te conecta contigo misma, en mi caso, aunque creo que da igual de dónde seas. Llegas a ese sitio y hay algo que se conecta con algo muy profundo de ti, con la infancia, con el sitio donde has crecido... es muy bonito y no hay que perderlo.

¿Cómo te encuentras en esta etapa? 

—Me encuentro en una etapa de aprendizaje, de curiosidad, de encontrar el camino más real en lo que me queda de existencia, de vida, de trabajo, personal... De buscar la manera de hacerlo realmente como creo que debo hacer y encontrar lo que más me puede hacer crecer. Estoy en crecimiento todavía, no hay que parar de crecer.

Goya Toledo con una fuente detrás
Goya Toledo con una fuente detrás

Hablábamos antes de sueños, de metas... ¿qué sueños te quedan por cumplir?

—Creo que los sueños cada vez simplifican más... Mi sueño ahora es trabajar, tener salud, sobre todo (sin ella, no podemos hacer mucho), que mi familia esté bien, que haya más comprensión en el mundo, que tengamos más empatía con el otro. Lo ideal sería vivir en un mundo de armonía y tener paz todos los días.

Te encanta la música. ¿Tienes un lado rockero?

—Yo creo que sí, lo tenía desde pequeña y no lo sabía. Tengo un lado de disfrutar de la música, de la que me gusta y de la que me llega. No es que tenga canción favorita y sólo escuche ciertos artistas, hay cosas nuevas que escucho que desconocía y me pueden encantar.

Además, por tu entorno, estás rodeada de música. ¿No terminas saturada?

—No, y aparte es súper inspirador porque me rodeo de gente que también están aprendiendo, que sigue creciendo, amando lo que hacen y me inspira tanto... Es tan bonito eso. Es ser jóvenes en tus sueños, y ser jóvenes significa desear y conocer cosas nuevas porque creo que se puede ser joven toda la vida. ¡A mí me encantaría serlo siempre!

Has demostrado que también se pueden crear amistades reales en una profesión como la tuya. 

—Como todo en la vida. Tengo amigos, pero no tengo muchísimos, y los que tengo, son de verdad, independientemente de la profesión que tengan. La amistad es como la familia y tiene que haber mucha bondad y mucha lealtad. Pero no es decir nada a nadie, lo que se da, se da. Mi trabajo es mi trabajo y mi vida es diferente. Nunca optimizo mi vida para mi trabajo y por eso mismo creo que los separo muy bien y disfruto de mis momentos de amistad muchísimo.

Te puede interesar