Haddad, un intelectual de izquierdas para relanzar la economía de Brasil

Sao Paulo, 9 dic (EFE).- Pragmático y de talante conciliador, Fernando Haddad es el fiel escudero del presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva que tomará las riendas de la economía brasileña a partir de enero, en medio de los recelos del mercado financiero.

Apuntado como el posible sucesor político de Lula, Haddad asumirá el Ministerio de Hacienda, el principal de los tres ministerios que se ocupará de la economía, con la misión de intentar relanzar el crecimiento de la mayor potencia de Latinoamérica con el libro de estilo del Partido de los Trabajadores (PT).

Su llegada supondrá un giro importante con respecto a su predecesor en el cargo, el economista Paulo Guedes, un liberal ortodoxo de la Escuela de Chicago que apostó por la austeridad fiscal y las privatizaciones.

UN INTELECTUAL MUY CERCANO A LULA

Abogado, político y profesor de universidad, Haddad es un académico de la izquierda que bebió en el marxismo durante su juventud y que hoy, a sus 59 años, se acerca más al socialismo europeo.

Con una maestría en Economía y un doctorado en Filosofía, siempre ha sido un hombre de la máxima confianza de Lula, quien será investido presidente el 1 de enero por tercera vez.

Fue ministro de Educación entre 2005 y 2012, durante buena parte de los Gobiernos del PT, primero con Lula (2003-2010) y luego con Dilma Rousseff (2011-2016).

Ahora se pondrá al frente de una de las carteras más poderosas del Gobierno, después de haber perdido tres elecciones consecutivas.

Perdió la reelección a alcalde de Sao Paulo en 2016, las presidenciales de 2018 ante Jair Bolsonaro, en las que sustituyó a un Lula impedido de presentarse desde la cárcel, y este año no pudo contra un exministro del líder ultraderechista en la carrera por la Gobernación de Sao Paulo.

Carente del estilo aguerrido y apasionado de Lula, su discurso moderado siempre ha sido bien visto por el ahora mandatario electo como una forma de atraer al siempre volátil electorado de centro.

De su autoría es el giro al centro que dio Lula en la pasada campaña al convencerle de que sumara a su fórmula a un antiguo adversario, el hoy vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, un histórico político liberal y católico.

DESCENDIENTE DE LIBANESES

Amante del deporte, casado con la odontóloga Ana Estela Haddad y padre de dos hijos, fue criado en el seno de una familia de comerciantes libaneses en un barrio de clase media de Sao Paulo.

El mundo de la política se cruzó en su camino mientras estudiaba en la prestigiosa Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo (USP), en los años en que empezaba a agonizar la dictadura militar (1964-1985).

En los 80 se afilió a un PT que estaba recién fundado por Lula y, antes de sumergirse en la vida pública, fue analista de inversiones.

Su trayectoria en la política arranca con el cambio de siglo al asumir el cargo de jefe de gabinete de la Secretaría de Finanzas y Desarrollo Económico de la Alcaldía de Sao Paulo.

En 2003, recibe la llamada del Gobierno de Lula para trabajar como asesor en el Ministerio de Planificación, desde donde impulsa el proyecto que hizo posible las asociaciones público-privadas en la administración federal.

ADALID DE LA EDUCACIÓN

Después asumiría el Ministerio de Educación. Allí puso en marcha diversos programas que abrieron las puertas de la educación superior a las familias más pobres.

Su labor en una de las áreas con más deficiencias del país le acercó definitivamente a Lula, que ahora busca empoderar a su delfín político con vistas a una posible sucesión en 2026. El antiguo sindicalista asegura que no se presentará a la reelección.

No obstante, Haddad tendrá menos poderes que Paulo Guedes, pues Lula ha decidido que el ahora Ministerio de Economía se desmembrará en tres carteras: Hacienda, Planificación e Industria.

Además, el presidente electo reconoció la autonomía de sus futuros ministros, pero ya anticipó que quiere tener voz y voto en las decisiones económicas del país.

Carlos Meneses

(c) Agencia EFE