Esto es lo que les dice Harvard a los que hacen 'running'

Como a muchas personas de mi edad, me gusta salir a correr. Intento dedicar todas las mañanas 30 minutos a este ejercicio que combino con entrenamiento de fuerza. Esta rutina que procuro convertir en hábito me ayuda a tener energía el resto del día y mi mente está más clara. Sin embargo, los corredores tenemos una preocupación: ¿podemos acabar sufriendo artritis? ¿Correr es malo para las rodillas? Harvard se ha pronunciado al respecto y este este es el mensaje que nos ha lanzado.

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¿Qué es la artritis?

La artritis es un problema de salud cuyos síntomas principales son la hinchazón, rigidez y la sensibilidad en una o varias articulaciones. Estos tienden a empeorar a medida que la persona envejece. Los tipos más conocidos de artritis son la artrosis y la artritis reumatoide. Esta última es una enfermedad autoinmune y crónica en el que el propio organismo ataca al sistema inmunológico causando dolor, inflamación e incluso deformidades en las articulaciones. Puede afectar a cualquier persona a cualquier edad.

En cambio, la artrosis se produce por la degeneración del cartílago que recubre las articulaciones. Este se va desgastando gradualmente y produce dolor, rigidez e inflamación en las articulaciones afectadas. Por ello, si correr hace daño a las articulaciones y puede acabar causando un problema que arrastremos el resto de nuestras vidas es una preocupación muy frecuente.

Sin embargo, Harvard ha planteado una hipótesis: ¿y si correr no daña las articulaciones tal como pensamos?

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Parece que correr no causa artritis, según Harvard

La relación entre correr y la artritis ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Sin embargo, cada vez hay más pruebas que sugieren que correr no es la causa por la que se puede desarrollar una enfermedad articular. Según el Robert H. Shmerling, que fue jefe clínico del departamento de reumatología del Centro Médico Beth Israel Deaconess (BIDMC) y que, actualmente, forma parte del cuerpo docente en la Escuela de Medicina de Harvard, señala que hay varios estudios que respaldan esta afirmación.

Es el caso de un estudio publicado en 2017 que examinó a corredores recreativos, corredores competitivos y no corredores, y encontró tasas más bajas de artrosis de cadera y rodilla en los corredores recreativos (3,5%) en comparación con los corredores competitivos (13,3%) y los no corredores (10,2%). Otro estudio realizado en 2018 analizó a 675 corredores de maratón y descubrió que tenían la mitad de la tasa de artritis de cadera o rodilla en comparación con la población general de los Estados Unidos. Es decir, según estos trabajos, correr es una causa poco probable de artrosis.

Como concluye es Dr. Shmerling, la evidencia médica actual sugiere que este deporte que tanto nos entusiasma a muchos no desgasta las articulaciones o no hasta tal punto de provocar artrosis. Por lo que recomienda que las personas que disfrutan de este ejercicio, no dejen de practicarlo por el temor de dañar sus rodillas. También invita a que aquellas personas a las que no les gusta correr a que desechen la excusa de no hacerlo por el daño que pueden sufrir las articulaciones. Es perfecto que practiquen otro tipo de actividad, pero no hay que escudarse en que el running nos hace daño.

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