Anuncios

Huracán Ian dañó o destruyó más de 77,000 viviendas en Cuba, dice el gobierno

El huracán Ian, que azotó el oeste de Cuba la semana pasada con vientos de fuerza de categoría 3 y provocó devastadoras inundaciones en las provincias de Pinar del Río y Artemisa, dañó o destruyó mas de 77,000 viviendas, dijeron las autoridades cubanas.

Según la Oficina de la Presidencia de Cuba, solo en Pinar del Río sufrieron daños 68,370 viviendas, incluidas 7,664 que quedaron totalmente destruidas por el ciclón que tocó tierra en la costa sur de la provincia el 27 de septiembre y pasó varias horas azotando su territorio. Más de mil personas permanecen en refugios gubernamentales, dijo la Oficina en Twitter el jueves.

Más de una semana después, la mayoría de los pinareños sigue sin luz, pues la empresa estatal cubana Unión Eléctrica solo ha podido restablecer el servicio al 20% de sus clientes en esa provincia. Muchos también se quedaron sin agua corriente, aunque las autoridades no han proporcionado cifras precisas.

En la cercana Artemisa, donde localidades costeras bajas como Batabanó sufrieron graves inundaciones, otras 9,015 viviendas sufrieron daños. De ellas, 7.200 perdieron parte o la totalidad de sus techos, informó la Oficina. En algunas de las localidades más afectadas de Artemisa, como Bahía Honda, solo una tercera parte de sus habitantes tiene energía eléctrica.

Incluso en la capital, La Habana, que no estaba directamente en el camino del centro de Ian, 1,227 viviendas sufrieron daños, dijeron las autoridades.

Las cifras publicadas por la Oficina provienen de una reunión de gobierno celebrada el miércoles para verificar los esfuerzos de recuperación, según informó también el diario Granma del Partido Comunista de Cuba.

A pesar de la devastación generalizada, el gobierno dijo que vendería a mitad de precio materiales de construcción y otros bienes, como colchones, para las víctimas del huracán. Las autoridades dijeron que también ofrecerían opciones de financiamiento y, en casos mínimos, que deben ser verificados por los trabajadores sociales, subsidios totales. Pero las malas condiciones de las casas destruidas, muchas de madera y techos de tejas de zinc, sugieren que se trata de grupos vulnerables con pocos recursos para comprar lo que necesitan para reconstruir. Cuba tampoco cuenta con un sistema de seguro de hogar.

Mientras los cubanos exigen libertad, Díaz-Canel dice que no tolerará protestas ‘ilegítimas’

En La Habana, escenario de múltiples protestas tras días de apagones por el colapso de la red eléctrica del país el martes de la semana pasada, las autoridades locales dijeron que la mayoría de los servicios han vuelto a la normalidad.

Según Justicia 11J, un grupo que rastrea los arrestos de activistas y disidentes en Cuba, al menos 28 personas fueron arrestadas durante las jornadas de manifestaciones que comenzaron exigiendo el restablecimiento de la electricidad y evolucionaron rápidamente para incluir demandas políticas.

Salomé García Bacallao, activista de Justicia 11J, dijo que un manifestante, el tatuador de 38 años José Adalberto Fernández Cañizares, fue golpeado tan brutalmente por las fuerzas de seguridad del estado que necesitó 37 puntos de sutura en la cara y el hombro. Tras recibir atención médica en un hospital de La Habana, fue detenido y acusado de “desorden público” y “desacato a las autoridades”, dijo García Bacallao.

El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, advirtió a los manifestantes que su comportamiento era “ilegítimo” y contraproducente, y solo perjudicaba a las mismas personas que se suponía que debían solucionar sus problemas.

Pero los residentes de algunas pequeñas comunidades rurales en Pinar del Río dijeron que los funcionarios del gobierno no se presentaron y que las autoridades han hecho poco para reparar sus hogares destruidos y proporcionar a sus residentes agua, alimentos y asistencia médica.

“El pueblo está devastado y aquí no ha venido nadie a preguntarnos qué nos sucedió”, dijo al medio independiente Cubanet una residente de Punta de Cartas, una remota comunidad costera de San Juan y Martínez, en Pinar del Río. “Los niños se están muriendo de hambre; no tienen nada para comer, ni pan, ni leche”, dijo otra mujer.

Un mini-documental producido por Cubanet muestra a los habitantes del pueblo cargando tanques de agua en carretas tiradas por caballos. Ellos dijeron que bombearon el agua de un pozo insalubre. En las imágenes, se ve a otros residentes tratando de fijar algunas tejas de zinc “sin clavos”, dijo un hombre.

“Lo que queremos es que se acuerden de nosotros”, dijo otra mujer. “Que existen personas”.